miércoles, 2 de marzo de 2011

SEÑOR ESTAMPILLA

River Plate 1938 / 1953 - 393 partidos - 0 goles - 6 títulos.


Pacha!!!. Vos vas con Erico, eh!.
Norberto Yácono era un hombre de desafíos constantes. Lo debe haber aprendido en su infancia transcurrida en el barrio más riverplatense de la historia, La Boca, pero que ya para esos años en la década del 20, comenzaba a compartir cuña con el mal necesario. El pequeño Pacha era enfermo de River. A los 6 años lo hicieron socio del club y jugaba a ser Bernabé Ferreyra en sus tardes del Colegio San Juan Evangelista. Nunca hubiera pensado que juntos, jugarían respectivamente el primer y último partido de sus carreras.

Pacha!!!. Mirá que Boyé es tuyo, eh!.

Había nacido el 8 de enero del 19. Dicen que su vieja no veía con buenos ojos que a su nene le gustara más la pelota que el estetoscopio, pero tuvo que rendirse ante lo inevitable cuando en 1933 se llevaron a probarse en River y quedó de una. Allí empezó a despuntar ese estilo tesonero e inclaudicable que tanto enamoraba a su tribuna y molestaba a sus ocasionales marcados. En verdad eran muy pocos –y menos su madre- los que hubieran creído que ese tanito retacón alcanzaría a jugar 393 partidos oficiales en el club mas importante del país.
Pacha!!!. Vas con Pontoni, vos!.
Desde 1938 a 1953 cada domingo le representó una aventura diferente, pero su misión siempre era la misma: Anular al crack adversario, los que no solo rebalsaban de talento sino también de mañas. Se mordía los labios, abría grandes los ojos y se posesionaba con el esmero de un perro encarnizado. En una de sus primeras tardes como profesional, tuvo que marcar al legendario “Chueco” García, y fue tal la intensidad de su custodia que al termino del juego, el wing de Racing lo elogió ante la prensa diciendo “lo felicito, se me pegó como una estampilla”. Desde allí, decir Yácono, y decir estampilla eran lo mismo.
Hoy marcás a Tucho, Pacha!.
Jugó en el mejor equipo de la historia, La Maquina. Y lo hizo por comprender rápido sus limitaciones y por saberse pieza clave en un rubro específico. Es que La Máquina no era Muñoz, Moreno, Pedernera, Labruna y Loustau. Fueron 11 tipos que concebían el oficio del fútbol de una misma manera; O sea, como el arte de defenderse bien y atacar mejor. Es por eso que el fulgor de los cinco estelares podrá eclipsar pero jamás borrar la otra cara fundamental de ese superequipo: La defensa. Tipos anegados y comprometidos, dispuestos al sacrificio personal en pos del brillo colectivo. Y en ese laburo, nadie mejor que el Norberto Yácono.
Pacha!!!. Pegátele a De la Mata, dale!.
Habrá oído esa orden mil veces en su carrera. Anegó su figura con tal de opacar al mejor de los contras. Pacha rendía cuentas siempre con puntualidad. Era un especialista, de esos que ahora se ven poco por nuestras canchas, confundidos por el vendaval del polifuncionalismo que obliga a los jugadores a saber hacer un poco de todo, y al fin de cuentas, no hacer nada bien. Después de 16 años, 6 campeonatos y 393 partidos, el 21 de junio de 1953 jugó su último partido en Manuela Pedraza y Cramer ante Platense. Se fue a México a actuar en el América. Luego anduvo por Canadá y se retiró en el 60 siendo el primer jugador argentino en actuar en la Liga de fútbol de los Estados Unidos. Mas tarde siguió ligado al fútbol en el rol de técnico, ya sea de profesionales como de juveniles. River –su casa- lo acunó como coordinador de inferiores en los últimos días de su vida, que llegó a su fin en noviembre de 1985.
Desde allí y para toda la eternidad, el ángel gambeteador de todos los cielos jamás volvió a dormir tranquilo, sabedor de que Yácono pidió marcarlo en el duelo celestial.

5 comentarios:

Marcelo desde Mendoza dijo...

Que hermoso y lindo homenaje a este glorioso jugador . Cuantos recuerdos me traes al mencionar el colegio San Juan Evangelista de calle Necochea dónde algunas veces he jugado al Papi Fútbol , de sólo pensar que un tipo como el Pacho pisó esas baldosas se me eriza la piel . Lástima que el Pacha no pueda estar en la misma vitrina de los 5 grandes la máquina porque seguro tiene la misma importancia en el crecimiento de ese equipo pese a no ser la figurita del equipo .
Gracias Adrian por este recuerdo

Centrojas dijo...

Dicen que el Pacha fue el inventor del puesto de marcador de punta, el inventor de los cierres (debe tener el record de goels salvados sobre la linea).
Nuestra historia es tan grande que nos sobran cracks en todos los puestos.

de los que nombraste que le tocaba marcar Boye no tenia ni para arrancar contra los demas mounstros
segun mi viejo lo de boye era el tiro fuerte y el cabezazo pero cuando tenia que encarar mano a mano era del monton

dalmassito dijo...

Seguro que sí, centrojás.

Boyé era el atómico. Un disparo fuerte y mucha polenta. Pero los que mencione los mencioné al azar y tal vez guiandome un poco por la fama que tenían en ese entonces.

Épocas en las que crack sobraban.

Nicolas dijo...

Gracias por tanto, de verdad.

Enrique dijo...

Poste digno de un libro de historia riverplatense, realmente un lujo.