sábado, 31 de marzo de 2012

GOLIAT TREZEGUET

River Plate 3 - 0 Ferro Carril Oeste
B Nacional 11/12 - 27ª fecha.
Estadio Monumental - 31/03/12.



RIVER PLATE: Vega (6); Abecasis (5), Maidana (5), Ramiro Fune
s Mori (6) y J.M. Díaz (5); C. Sánchez (5), Ponzio (5), Ocampos (6) y Domínguez (5); Cavenaghi (4) y Trezeguet (7). Posteriormente Villalva (6), Aguirre y Rogelio Funes Mori. DT: Matías Almeyda.
FERRO CARRIL OESTE: De Giorgi; Oreja, Martínez Montagnolli, Schunke y Marcos Sánchez; Pereyra Díaz, Zaninovich, Navarro y M. Acuña; Miranda y Salmerón. Luego C. Acuña y Aquino. DT: Carlos Trullet.
GOLES: Ramiro Funes Mori (RP) 32 st. David Trezeguet (RP) -penal- 36 st. David Trezeguet (RP) 39 st.
ARBITRO: Mauro Vigliano -bien-
MAN OF THE MATCH: David Trezeguet (River Plate)
RESULTADO MORAL: River Plate 1 - Ferro Carril Oeste 0.

La perla del final merece un encabezado de párrafo completo. A los 39 del complemento, los "quetejedi" ya han bajado de la garganta a su lugar natural. Un centro cae sobre el área de un Ferro desahuciado. Sin marcas en el vértice izquierdo, Trezeguet empalma de volea una pelota a la altura de su hombro. El remate es gol desde que parte y es un gol de los que no se olvidan. Un derechazo de cara externa con slice tenístico que describe una línea recta paralela al piso girando hacia atrás. Viaja lenta como si estuviera filmada por la cámara de Matrix y culmina allá arriba, más al ángulo imposible. El pobre De Giorgi nunca supo si lamentarse o aplaudir. Juega en el ataque de River un delantero clase A. Añejado como los vinos buenos, otorga su calidad de a sorbitos. Cada toque lo distingue. Cada gol lo agiganta. Cada ovación lo mete más en el corazón. El eterna duda de su físico dirá hasta donde llegará la historia de un ídolo que parece nacer.
Un detalle estadístico marcaba la previa del choque ante Ferro: En 14 de los 26 partidos jugados, el verde había mantenido su valla invicta. Cuando uno está urgido y nervioso, a veces, llamar al gol es como marcar un número de teléfono siempre ocupado. El tanto que más cuesta siempre es el primero y su tardanza determina el carácter del partido. Desde el vamos River supo que debía ir al frente por el gol, lo que nunca tuvo muy en claro fue cómo. Se encontró repetidamente con el "tu-tu-tu-tu" del otro lado hasta que, después de discar y discar sin ya mucha convicción, un "hola" lo devolvió a la vida. Llegó sucio y feo, arrancado entre varias piernas que se interponían, luego de un centro y mil rebotes, pero llegó. El desahogo tras el grito de Ramiro aún conmueve corazones.
Ferro vino con su ordenadito libreto metepata, y nos sacó canas verdes, como siempre ocurre cuando el trámite no se rompe. A esta altura queda claro que el nuevo sistema táctico no funciona demasiado y que si el andar de River se ha sostenido firme (remember victorias ante Chacarita, Desamparados, Deportivo Merlo) ha sido por obra y gracia de la inspiración de sus individualidades. Deberá el Pelado apoyarse en el valor moral de triunfos como éste para encontrar definitivamente la armonía entre el juego y las figuras. Con el Chori bajo y Cavenaghi lagunero, no es muy recomendable seguir invocando los favores del hasta ahora generoso San David.
La B Nacional ve avecinarse una línea de quiebre en el torneo. Hasta aquí River siempre ha estado de este lado de la cerca. En la previa de la zona caliente, antes que Instituto, habría que preocuparse por que Quilmes y Central no molesten más de la cuenta con un asalto a tierras de ascenso. Pero sobre todo, deberá ocuparse la banda, por limar las varias imperfecciones que no lo dejan todavía transitar aliviado. Ganando es el camino más corto (y mas tranquilo) para lograrlo.

miércoles, 28 de marzo de 2012

DIDÍ


No caben dudas que la historia es selectiva. Ya sea por injusta, ya sea por exagerada, también puede ser inexacta, Tanta aura romántica que se ha vertido sobre la experiencia de Didí en River Plate puede (ahora que bastante tiempo ha pasado) confundir sobra la dimensión precisa que su aporte tuvo. Contra lo que puede suponerse, Didí no era un Rey mago. No andaba por los pasillos del Monumental encantando a empleados reos con lluvias de estrellas, ni le leía poemas light a los futbolistas rústicos, ni adoctrinaba con florida prosa de romance a las mentalidades pragmáticas. Fue –eso sí- un estricto gerente cumpliendo las precisas órdenes del capataz. Se doblegó por cumplir con la titánica doble labor que le encomendaron: Salir campeón, y de paso, retornar a River a las históricas fuentes que marcaron su camino. ¿Falló?. ¿Lo logró?. Todos tienen una respuesta distinta. Lo cierto es que le dieron licencia para hacer y deshacer en el afán de esta empresa ambiciosa. E hizo y deshizo. Aró y fertilizó un terreno que era un yuyal hasta plantar la semilla del cambio. El tiempo, las incapacidades, las urgencias no le dieron la chance de ver germinar ese retoño.
A grandes rasgos, Brasil le ha dado al juego del fútbol el toque artístico, desinhibido, misterioso, y festivo que lo ha hecho especial entre todos los deportes. El mundo lo conoce con su nombre comercial: Jogo Bonito. Del fondo de esa tradición ancestral vino Didi, nacido como Waldir Pereira, el 8 de octubre de 1928 (fallecido en 2001) en Campos do Goytacazes, ciudad del estado de Río de Janeiro. Se cargó de pergaminos jugando a lo grande con bestias como Garrincha, Vavá, Mario Zagallo o Pelé, y fogueo sus convicciones a fuerza de goles, gambetas, paredes y un respeto supremo por la idea de que la estética y la efectividad debían ir siempre de la mano. Llevó su marca a donde le toque, peleó por imponerla a como de lugar, privilegió el "cómo" al "qué". River Plate le ofreció un tiempo prudencial para hacer tronar su revolución. Sabemos que fracasó en la corta. Tal vez haya vencido en la larga.
La salida de Labruna a mediados de los 70 preanunciaba una anarquía. En ese tiempo el plantel millonario era una convención de caciques que cuidaban con celo su quintita. Tipos de palabra fuerte, muy a menudo propensa a la camarilla. Para reemplazar el carácter encantador de serpientes del feo, había dos opciones: Contratar a un Mariscal plenipotenciario con amianto en las manos para manipular el fierro caliente, o bien, arrimar a Núñez a un paracaidista descontaminado, con la suficiente “inconsciencia” para desinfectar un plantel pasado en su fecha de vencimiento.
Su Perú osado y lujoso del Mundial de México 70 le dio un soberbio cartel de presentación. Didí debutó en River en la provincia de Tucumán. Fue triunfo 2-0 sobre San Martín con goles de Morete y Daniel Onega. Hilvanó 4 victorias seguidas (una de ellas 2-1 ante Boca con 2 pepas de Pinino) y peleó por un pase a semifinales del Nacional, que se tronchó llamativamente con dos derrotas en las últimas jornadas ante Chacarita y Gimnasia de Mendoza. Gradualmente corrió a los capataces de las anteriores campañas (Zurdo López, Chamaco Rodríguez, Pipo Ferreiro, Laucha Recio) para darle paso y continuidad a chicos de la cantera (Alonso, JJ López, Osvaldo Pérez, Morete, Ghiso, Joaquín Martinez, Larraigneé, Pellerano, Marchetti) reseteados bajo el discurso del toque, el juego lindo y la libertad de acción. Su apuesta ganó en frescura y porvenir, pero también en irregularidad e inexperiencia.
Para 1971 la idea ya había perdido algo de consistencia, cosa que se evidenció con las compras de Chirola Pignani, Della Savia y Carlos Bulla. De todos modos, River arrancó el Metropolitano –nuevamente- para la ilusión. Su propuesta cristalina traccionó varias victorias y arrastró enormes multitudes. Un empate insólito ante Boca 3-3 en el arranque de la segunda rueda marcó un click mental que el plantel no pudo superar. Ya con el Nacional de cierre de temporada como objetivo palpable, una repentina huelga de profesionales cortó el mambo de un millonario que venía haciendo los deberes con prolijidad. De esas semanas jugando con la tercera se puede extraer una reliquia de nuestra historia como lo es el 3-1 a Boca en la cancha de Racing. Pero lo cierto es que una vez levantada la medida de los profesionales, el enojo dirigencial obligó a Didí a seguir manteniendo el piberío en Primera. Una serie de derrotas lógicas abortaron cualquier ilusión de título. Ya sin demasiado crédito, el brasileño arrancó 1972 sabiendo que no podía defeccionar. En las primeras 9 fechas recibió tres 0-4 lapidarios y chau. Un concierto de goles del Lobo Fisher y una estruendosa cortina de silbidos marcaron su salida ese 9 de abril de 1972.
Los sucesos posteriores a su salida mejoran notablemente la era de Didí en River. Un tiempo que carga consigo varias victorias morales, el gesto plausible de la buena intención pese a todo, y éxitos simbólicos que han cobrado sentido con el aplacar de las urgencias. Un legado palpable en los conceptos que pibes como Alonso, Juan José López y Mostaza Merlo llevaron durante todas sus carreras. Esas solas circunstancia eximen a Didí de integrar la larga lista de fracasos que colmaron esos años, y lo colocan para siempre dentro de los entrenadores del eje del bien riverplatense.

domingo, 25 de marzo de 2012

EQUILIBRISTA SIN RED

Gimnasia y Esgrima (La Plata) 0 - 0 River Plate
B Nacional 11/12 - 26° fecha.
Estadio Gimnasia La Plata - 24/03/12.


GIMNASIA Y ESGRIMA: Monetti; Magallán, Macaluso y Goux; Casco, Capurro, Pouso, García y De Blasis; Cabrera y Altobelli. Posteriormente Benavídez, Benítez y Ruíz. DT: Pedro Troglio.
RIVER PLATE: Vega (5); Vella (5), Maidana (6), Ramiro Funes Mori (6) J.M. Díaz (5); Sánchez (7), Ponzio (6), Ocampos (5) y Domínguez (4); Cavenaghi (4) y Trezeguet (6). Luego Aguirre (6), Ríos y Rogelio Funes Mori. DT: Matías Almeyda.
GOLES: No hubo.
ARBITRO: Alejandro Toia -bien-.
ROJAS: Marcelo Goux (Gimnasia La Plata)
MAN OF THE MATCH: Fernando Monetti (Gimnasia La Plata).
RESULTADO MORAL: Gimnasia (La Plata 0 - River Plate 1.

Antes, para explicar cualquier circunstancia de partido había que amoldarse a un discurso histórico. Eso ya fue. Hoy, damos vuelta los discursos buscándole la forma hasta que cuadren en las necesidades que nos agobian. El viraje reglamentario de otorgar tres puntos por victoria tornó ambiguos los empates conseguidos de visitante. Varios se habrán ido del sucucho platense pensando que sumar no está del todo mal, otros sacando cuentas y preguntando resultados ajenos para morigerar algunas broncas. Solo una cosa es irrefutable. Sumando o dejando de sumar, al equipo le siguen faltando varias vueltas de tuerca para marchar ajustado.
Es indudable que este River imprime respeto. Los rivales se saben inferiores, modifican sus planteos, recrudecen sus precauciones, se conforman con bastante poco. Ese sería un detalle beneficioso si no fuera porque el millonario es un conjunto donde la ciclotimia es ley (lógico, no siempre las figuras pueden brillar), pero que es potenciada por un esquema de juego que a 27 fechas del arranque aún está por resolverse, por lo menos dentro de la cabeza del DT. River otorgó sus mejores momentos de fútbol plantado con el clásico dibujo 4-4-2, priorizando los tándems de las bandas, la versatilidad de Domínguez para mutar de enganche a delantero, el criterio de Cirigliano y el tino de Aguirre para romper en el medio y terminar en el área chica como un atacante más. Los arribos -y los niveles- de Ponzio y Trezeguet obligaron a una reformulación táctica peligrosa, y hasta aquí, con resultados por lo menos discutibles.

Sin una gran injusticia, y aún jugando muy por debajo de lo que puede, River mereció ganar en La Plata. Sacó del trabalenguas táctico propuesto por Gimnasia tres chances claras que duele mucho no haber aprovechado. Trezeguet tuvo dos en su cabeza. Una palomita a contrapierna que se le fue increíblemente afuera y un frentazo colosal que obligó a una volada formidable de Monetti, milagro que el joven guardavalla tripero volvió a repetir a tres minutos del final para ahogarle ahora un gol hecho a Martín Aguirre c
on un manotazo providencial
Pasó una nueva fecha en la que haber ganado (o perdido) podría haber sido clave. Mayormente todo sigue como está. Existe una tranquilidad de artificio, sospechosa, que se sabe efímera ante la certeza palpable de que el más mínimo contratiempo está a la vuelta de la esquina. River hace equilibrio en la soga. Hasta aquí su rutina marcha sin mayores objeciones. Saber que los de abajo mueven la cuerda, intranquiliza. Saber que no hay red para contener la caída, también.

miércoles, 21 de marzo de 2012

LA NOCHE ANTES DE LA NOCHE

River Plate 2 - 1 Portuguesa FC (Venezuela)
Copa Libertadores 1976 - 23/03/76.


21:00. Estadio Monumental. El pitazo del boliviano Ortubé se escucha omnipresente sin que la mediocre concurrencia opaque con fervor su estridencia. Juegan River y Portuguesa de Venezuela un ordinario partido de primera fase de Copa Libertadores que (a juzgar por la historia y la actualidad enormemente dispar) parece tener el resultado ya escrito de antemano. La pelota rodando sumerge a todos en el partido. Nadie sabe, nadie sospecha, nadie imagina, que no muy lejos de allí, un grupo de señores delinea los últimos detalles de una jugada maestra que terminaremos pagando todos. Para ellos también la historia está escrita.
21:40. La Pepona Reinaldi aprovecha un yerro de la defensa venezolana y sacude la red de la Figueroa Alcorta con un violento derechazo, mientras que allá arriba en la cabina, la voz de José María Muñoz anoticia a todo el país que River Plate ya está en ventaja 1-0. Tal vez aquel grito latoso del "Relator de América" haya retumbado como un eco lejano en los galpones del cuartel mientras un soldado limpiaba su fusil. Donde seguro no sonó fue en la cabeza de aquellos “heroicos” Generales, Brigadieres y Almirantes, agazapados ya, como el tigre en la maleza, prestos a dar el peor de los zarpazos. Demasiado tarde para fútbol. Demasiado tarde para lágrimas. Demasiado tarde para todo.
Pasadas las 10 de la noche. Isabelita está sentada en su despacho y piensa. Pétrea, absorta, desbordada. Parece una estatua de si misma jugando a ser lo que nunca debió. Piensa. Puede estar atenta a la búsqueda de la solución de todo este entuerto descomunal o esperando que Tony Bennett llegue para cantarle una canción. Nadie puede saberlo. Quienes la rodean solo quieren escapar de un incendio que es indefectible. Como indefectible es también la victoria de River esa noche, consumándose definitivamente con otro gol de la Pepona y un trámite taciturno que expulsaba de a puñados a los hinchas antes del cierre.
23:10. Todo concluye sin imprevistos. River gana apenas 2-1 regulando la máquina, encaminándose a una segura clasificación. Un periodista parte raudo en un taxi rumbo a la redacción para construir su crónica. Lleva en su anotador los detalles elementales. Los goles de Reinaldi, el descuento de Juan Carlos Núñez, la formación de la banda con Fillol; Zappia, Perfumo, Ártico y H. López; JJ, Merlo y Alonso; Pedro González, Reinaldi y Más. Los cambios de Sabella y Pena, los pormenores del match. Pero hay un movimiento extraño en la redacción. Llamadas agitadas, ordenes expeditivas, rumores febriles. Algo pasa, y es muy grosso. No habrá espacio en la plana mayor para la viñeta insignificante del triunfo millonario.
Ya hemos atravesado el umbral de la medianoche. El plantel de River retorna a casa para descansar y preparar el juego del domingo ante Temperley por el Metro. Al mismo tiempo la anunciada (y en amplios sectores pretendida) caída de María Estela Martínez finalmente ocurre. La soberbia troupe vestida de gala infesta en condecoraciones y charreteras “golpea” las puertas de Balcarce 50. Pasan sin anunciarse. Ariel Delgado locuta el célebre “Comunicado Nº 1”. Sombras fantasmagoricas se liberan de la caja de Pandora para cubrir un país que ahora duerme.
El reloj marca la 1:23 del jueves 24 de marzo de 1976. Se desperezan lentamente las aspas de un helicoptero de la Fuerza Aerea posado sobre el techo de la Casa Rosada. La historia ya ha sido escrita.

sábado, 17 de marzo de 2012

SON AMORES

River Plate 3 - 0 Deportivo Merlo
B Nacional 11/12 - 25ª fecha.
Estadio José Amalfitani - 17/03/12.


RIVER PLATE: Vega (6); Vella (5), Maidana (6), Ramiro Funes Mori (
5) y J.M. Díaz (6); Sánchez (6), Ponzio (8), Ocampos (5) y Domínguez (5); Trezeguet (7) y Cavenaghi (6). Posteriormente Aguirre, Cirigliano y Rogelio Funes Mori. DT: Matías Almeyda.
DEPORTIVO MERLO: Capogrosso; De Muner, Manchot, Delgado y Almada; Yeri, García, López y Matías Díaz; Blanco y Estévez. Luego Lázzaro, Barreiro y Sequeira. DT: Néstor Ferraresi.
GOLES: David Trezeguet (RP) 39 pt. Fernando Cavenaghi (RP) 26 st. Fernando Cavenaghi (RP) 47 st.
ARBITRO: Pablo Díaz -regular-
MAN OF THE MATCH: Leonardo Ponzio (River Plate)
RESULTADO MORAL: River Plate 2 - Deportivo Merlo 0.

David Trezeguet se llama. Con 34 años viene de un descenso en España y una infeliz experiencia en los Emiratos Árabes. "Je, no se dan cuenta que está roto y viene a robar". Pero en la cancha el ladrón lo disimula muy bien. Toca de primera de espaldas y ya te das cuenta que es diferente. Tiene el equilibrio justo para manejar con gracia un cuerpo fornido. Un coloso del gol sabedor de todos los secretos del área. Detecta huecos entre los centrales, ocupa hábilmente posiciones libres, marca líneas de pase, se ofrece, siempre busca. A los 39 recibe un centro llovido de Ocampos, gana arriba con la autoridad de decenas de goles en las mejores ligas del mundo, su cabezazo explota en el ángulo pero vuelve, tal vez arrepentido de tamaña picardía, a las fauses del goleador. Gol desatanudos. Gol anímico. Gol de goleador. Menos mal que estaba roto...
Fernando Cavenaghi se llama. Anda por los 28 y tras deambular con suerte dispar por media Europa, decidió el retorno a casa para ayudar en la reconstrucción. "Ja, no sean giles, fracasó en todos lados, viene a robar". Y es este -en todo caso- un paradigmático caso de choreo: 17 goles, uno mejor que el otro. No es super velóz, no es extremadamente potente, no lo distingue una incontenible habilidad. Es simplemente distinto. Puede desaparecer prolongadamente o parecer perdido en su maraña, pero cuando vuelve casi siempre encandila. Promediando el complemento recibe un pase largo de Domínguez. Pica al tiempo que otea por el rabillo a un arquero que se adelanta. Ya está todo cocinado. Cuando le llegue el balón resolverá bombeado, haciendo del esférico una gaviota mansa aterrizando con delicadeza en el nido del gol. Con ladrones así...
Goles son amores. Su poder explica casi todo en el fútbol. Justifica planteos, borra desacoples, desbarata trámites, ahorra explicaciones. Si hay algo que jamás podrá ser equiparado por los adversarios de River en esta B Nacional es la jerarquía de su plantel. Por ese poder individual (y solo por eso) el millonario resolvió con goleada un partido amarrado férreamente en el muelle del empate. Merlo ubicó el trámite en una hermética celda repleta de presión. River se escapó de ella con el gol de Trezeguet pero solo pudo estar cómodo recién luego de la exquisita definición de Cavenaghi en el segundo, momento en el que el "charro" definitivamente dijo basta. Opacado Domínguez allá lejos del arco, y tapadas las bocas de acceso a la generación de juego, la banda buscó (y encontró) en la clase de sus arietes y en la firmeza del cada vez mas fundamental Ponzio, las explicaciones para una victoria muy chiva, que de otro modo hubiese sido muy difícil de justificar.

miércoles, 14 de marzo de 2012

LA NOCHE DE WALT DISNEY


La máquina del tiempo. Algún día la van a inventar y reventarán las colas para volver a aquella burbuja del pasado que se antoja ideal. Y envueltos en nubes de humo y descargas eléctricas porque no soñar con aparecer de incógnito en la cancha de Racing, ese sábado a la noche del 71, y revivir a pleno otra vez ese orgasmo inexplicable que significa ganarle al eterno adversario de la forma más cristalina y perfecta que pueda existir: Con los pibes y con baile.
La jornada cumbre de Didí en River tuvo como protagonistas a 11 chicos de la cantera, sin bello facial, irresposables, defaschatados, inconscientes. Osvaldo Ardizzone llamó “la noche de Walt Disney” a ese show del toque y la pisada amenizado por la magia a estrenar de un tal Beto y un tal Jota Jota. Sería un despropósito romper el encanto explicando que hubo una huelga de profesionales, y que cuando la misma culminó, River decidió continuar con la reserva hasta el cierre de ese Torneo Nacional, y que la fría estadística marcó que River venció 3-1, con goles de Joaquín Martínez, Juan José López y Carlos Morete, descontando Mané Ponce para Boca. Mejor quedarnos allí, como un fantasma felíz, imaginando estar en esas tribunas, desarmados del placer de ver como Roberto Rogel ara el piso con su traste luego de un enganche del Beto Alonso, extraviados sin culpa en el limbo perfecto que jugó esa noche a mezclar hasta confundir el sueño con la realidad.

sábado, 10 de marzo de 2012

LA MANTA CORTA

Defensa y Justicia 3 - 3 River Plate
B Nacional 11/12 - 24ª fecha.
Estadio Único (La Plata) - 10/03/12.



DEFENSA Y JUSTICIA: Perafán; Aguilar, Lazzaroni, Ferrón y Benítez; Rearte, Jeréz Silva, Matías Díaz y Bustamante; López y Píriz Álvez. Posteriormente Ricci, Silva y F. Sánchez. DT: Ricardo Rodríguez.
RIVER PLATE: Vega (4); Abecasis (4), Maidana (4), Ramiro Funes Mori (4) y J.M. Díaz (4); C. Sánchez (5), Cirigliano (4), Ponzio (5) y Ocampos (6); Domínguez (4) y Cavenaghi (4). Luego Trezeguet (8), Aguirre (6) y Rogelio Funes Mori. DT: Matías Almeyda.
GOLES: Lucas Ocampos (RP) 2 pt. Matías Díaz (DyJ) 8 pt. David Trezeguet (RP) 4 st. Ramiro Funes Mori -en contra- (DyJ) 8 st. Luis Bustamante (DyJ) 16 st. David Trezeguet (RP) 23 st.
ÁRBITRO: Juan Pablo Pompei -regular-
MAN OF THE MATCH: Víctor Píriz Álvez (Defensa y Justicia)
RESULTADO MORAL: Defensa y Justicia 4 - River Plate 4.

Nobleza obliga. A pesar de estar enfermos por unos colores, de nublarnos la pasión, capaces de estallar o implotar por los nervios, también somos fanáticos del fútbol, del espectáculo, del juego. Lamentablemente ya parecemos acostumbrados a la cúspide del mal gusto en que se ha transformado el fútbol Argentino, infestado de músculo y patada, de volantes corredores, defensores pataduras, delanteros inefectivos, entrenadores cuida puntos, público intolerante, y dirigentes ladrones. Hallar en este matorral dos equipos que en una misma tarde solo miren el arco de enfrente, que prodiguen la idea de lastimarse con armas cristalinas, que otorguen un espectáculo infartante, sube y baja emocional pleno de goles convertidos y errados, es una rareza que se agradece.
Si algo nos dejó en el recuerdo el viejo Didí fue aquello de "la manta corta", simpática metáfora para definir lo más difícil de conseguir en un equipo de fútbol: El equilibrio. En La Plata, el único equilibrio mostrado por River fue el realizado para mantenerse en pié en un partido plagado de obstáculos. El millonario jugó mal de principio a fin. Su mediocampo fue una aduana permisiva, que sucumbió a la presión y el anticipo del Halcón de Varela, dejando expuesta a una defensa que, sin una referencia fija para presionar, chapoteó varias veces con desesperación en busca de un salvavidas que no siempre manoteó. Eso, mas la perra costumbre de no cabecear nunca un centro, expusieron a la banda a un resultado doloroso. Diga que David Trezeguet evitó a tiempo que el pánico cundiera, derramando en 45 minutos todos sus pergaminos del gol y su bagaje de delantero "fuoriclasse" que tornan cada vez más imposible su ausencia en el equipo titular.
Claro que el rival juega. Defensa y Justicia será lo que será, pero también es cierto que es uno de los mejores equipos de la divisional. Se plantó inteligente y sin miedo, uso la presión como arma y la pelota como argumento, obligó a su físico a un despliegue exorbitante y exigió (tal vez más que ninguno hasta ahora) a un River que en muchos pasajes del match se vio superado. Por eso el resultado no es taaaaaaan malo y para muestra un detalle: Mientras en Defensa hubo varias figuras de alto nivel (Víctor Píriz Alvez, Matías Díaz, Carlos Rearte, Luis Jeréz Silva), en River nadie -salvo Trezeguet, obvio- supo estar a la altura de las circunstancias.
Oigan señores. Esto es la B, y en la B nada es gratis. Oigan señores, esto es largo, esto es difícil. Oigan señores. Todos soñamos con un River mejor, y sobre todo, distinto. Pero despertemos ya del sueño y comprendamos que no hay 5 goles ni 15 puntos de ventaja sobre el resto. Aceptemos que la realidad se construye día a día, paso a paso, punto a punto. Y el que no comprenda que para volver vamos a tener que transpirar y sufrir, que se baje ya de este barco. Es un lastre indeseable.

jueves, 8 de marzo de 2012

CAMPAÑA 1960


Jhon Kennedy derrota a Richard Nixon y se convierte en Presidente de los Estados Unidos. Fidel Castro proclama a viva voz la tendencia marxista de su Revolución. Cuba es expulsada de la OEA y bloqueada comercialmente hasta el día de hoy. Un brutal terremoto golpea la region chilena de Valdivia. 9,5 en la escala de Richter, el sismo mas fuerte de toda la historia. Brasilia es oficialmente la nueva capital de Brasil. Una ola independentista sacude Africa: Ghana, Nigeria, Congo, Chad, Mali, Togo, Madagascar, Costa de Marfil, entre otros, dejan de ser colonia europea. El Papa Juan XXIII nombra por primera vez a un Cardenal de raza negra: Laurean Rubambwa.
El Mossad captura en Argentina al genocida aleman Adolf Eichmann. Arturo Frondizi prohíbe al Peronismo participar en las elecciones Legislativas. Astor Piazzolla compone su obra máxima "Adios Nonino". El censo poblacional demuestra que en el país hay más de veinte millones de habitantes. Pascual Pérez no puede retener su título del mundo mosca ante el tailandes Pone Kingpetch. Peñarol de Montevideo se queda con la primera edición de la Copa Libertadores de América. Jack Brabhan es campeón mundial de F1.
River tiene un 1960 de muchos contrastes. Comienza pésimamente la temporada y la concluye con un sprint final que lo dejó cerca del campeonato, ganado por Independiente. Convulciona el mercado comprando a José Varacka (ex Independiente), Carbone y Pederzoli (ex Argentinos), Marcelo Etchegaray (ex Atlanta), el peruano Joya y el brasileño Paulinho de Almeida. Liberti rompe las tradiciones y designa a Jim Lopes como entrenador. Lópes es el seudónimo de Alejandro Galán, un ex boxeador argentino radicado en Brasil, que llega al fútbol como preparador físico y luego salta a la dirección técnica. Rarísimo. Es un pragmático resultadista, al que los números le dan la espalda desde el comienzo. Su relación con el plantel es mala y a la 5ª derrota en 11 partidos le dan el raje. Se hace cargo interinamente el Tuerto José Ramos y desde allí el repunte es ostensible. Con Ermindo y Zárate como figuras, el equipo gana 14 de los últimos 20 partidos y concluye segundo a dos unidades del rojo.

CAMPEONATO AFA 1960

1- Gimnasia (LP) 2-1 - Onega, Joya / Ciaccia.
2- Chacarita Jrs 0-3 / Nonis, Diego, Rodríguez.
3- Boca Juniors 1-1 - Paulinho / Mansilla.
4- Rosario Central 1-1 - Paulinho / López.
5- Atlanta 2-0 - Sarnari, Joya.

6- Vélez Sarsfield 0-0.
7- San Lorenzo 3-0 - Joya, Menéndez, Zárate.
8- Estudiantes (LP) 1-2 - Zárate / Infante (2).
9- Lanús 2-2 - Sarnari, Joya / Dávila (2).
10- Independiente 0-1 / Vázquez.
11- Newell's OB 0-3 / Sánchez, A. Pérez (ec), Lallana.
12- Racing Club 1-2 - Zárate / Corbatta, Belén.
13- Argentinos Jrs 1-0 - Sarnari.
14- Ferro C.O. 3-0 - Sarnari (2), Gómez Sánchez.
15- Huracán 0-0.

16- Gimnasia (LP) 1-0 - Menéndez.

17- Chacarita Jrs 0-0.

18- Boca Juniors 1-3 - Menéndez / Valentim (2), Yudica.
19- Rosario Central 2-0 - Onega, Zárate.
20- Atlanta 2-1 - Onega, Joya / Artime.
21- Vélez Sarsfield 3-1 - Onega (2), Zárate / Mosca.
22- San Lorenzo 2-1 - Zárate, Joya / Sanfilippo.

23- Estudiantes (LP) 3-1 - Onega, Zárate, Gutiérrez (ec) / Infante.

24- Lanús 1-1 - Onega / Santos.
25- Independiente 3-0 - Onega (2), Menéndez.
26- Newell's OB 2-1 - Zárate, Menéndez / Carotti.

27- Racing Club 1-3 - Zárate / Sosa (2), Mansilla.
28- Argentinos Jrs 5-1 - Zárate (2), Onega, Paulinho, Menéndez / Carceo.
29- Ferro C.O. 2-0 - Onega, Zárate.
30- Huracán 1-0 - Paulinho.

GOLEADORES: Roberto Oscar Zárate 12- Ermindo Ángel Onega 11- Juan Joya 6- Norberto Menéndez 6- Juan Carlos Sarnari 5- Paulinho 4- Oscar Gómez Sánchez 1- Gutiérrez (Estudiantes La Plata -EC-) 1.

FORMACIÒN BASE: Amadeo Carrizo; José Manuel Ramos Delgado y Marcelo Etchegaray; Oscar Mantegari -Héctor Pederzoli-, José Varacka y Juan Carlos Schneider; Oscar Gómez Sánchez, Juan José Joya -Paulinho-, Norberto Menéndez, Ermindo Onega -Juan Carlos Sarnari- y Roberto Zárate.

miércoles, 7 de marzo de 2012

AMOR QUE LLENA MONTAÑAS

River Plate 2 - 0 Sp. Belgrano (San Francisco)
Copa Argentina 11/12 - 16avos de final.
Estadio Bicentenario (Catamarca) - 06/03/12.



RIVER PLATE: Chichizola (6); Vella (5), Pezzella (6), González Pírez (6) y J.M. Díaz (5); Aguirre
(7), Domingo (5), Ledesma (5) y Villalva (8); Trezeguet (6) y Rogelio Funes Mori (6). Posteriormente González, Ríos y Cazarez. DT: Matías Almeyda.
SPORTIVO BELGRANO: Barucco; Ponce, Vojvoda, Sbuttoni y García; Barrionuevo, Mazzina, Galarraga, Chanquía y Francia; Arostegui. Luego Malandra, Perassi y Conocchiari. DT: Daniel Primo.
GOLES: Martín Aguirre (RP) 16 st. Rogelio Funes Mori (RP) 40 st.

ARBITRO: Diego Ceballos -bien-
MAN OF THE MATCH: Daniel Villalva (River Plate)

RESULTADO MORAL:
River Plate 3 - Sportivo Belgrano 1.


Podríamos coincidir en que una de las falencias históricas de River Plate ha sido la de no haber sabido explotar al máximo las posibilidades que su enorme popularidad posee. Otros, con lo mismo, han vivido años y se han vendido al mundo con cosas que jamás fueron ni serán (la mitad mas uno, cosas por el estilo). Los otrora constantes éxitos deportivos y cierta refinada alcurnia de idiosincracia ocultaron por años lo que siempre fue evidente: River también es pueblo. River también es país. River también es pasión. Catamarca vino a mostrarnos una vez más por si hacía falta la vigencia de esa explosión de amor que el millo a despertado en esta mala hora. Las tribunas abarrotadas en un partido de morondanga y esa ladera de montaña colmada de cabecitas trepadas a las sombras de la noche, son testimonios fieles de un amor que de tan fuerte, ya resulta incomprensible.
Tanta pasión ameritaba un regalo, y River se obsequió el triunfo que la historia le exigía, tal vez debiendo trabajar más de lo pensado. Hubo un par de goles bonitos, varias chances desperdiciadas y un trío de nombres para resaltar en la monotonía: Keko Villalva (esa promesa que tanto seguimos esperamos), Martín Aguirre (y esa bendita costumbre de llegar siempre a posiciones de gol) y David Trezeguet (torcido para el arco, pero con destellos de delantero de alta clase). Enfrente hubo un entusiasta combinado jugando el partido de su vida. Podrá decir Sportivo Belgrano que le hizo frente dignamente al gigante durante todo el primer tiempo. En el complemento pasó lo que tenía que pasar y River -por jerarquía, por físico, por historia- literalmente lo pasó por arriba.

sábado, 3 de marzo de 2012

LA GUERRA DE LOS ROCES

River Plate 0 - 0 Quilmes
B Nacional 11/12 - 23ª fecha.
Estadio Monumental - 02/03/12.



RIVER PLATE: Vega (5); Abecasis (5), Pezzella (6), Ramiro Funes Mori (7) y Arano; Sánchez (5), Cirigliano (5), Ponzio (8) y Ocampos (5); Domínguez (6) y Cavenaghi (5). Posteriormente González Pírez (6) y Trezeguet (5). DT: Matías Almeyda.
QUILMES:
Trípodi; Serrano, Martínez, Carli y Corvalán; Mandarino, L. Díaz, Garnier y Mansilla; Caneo y Telechea. Luego Cauteruccio, Romero y Rimoldi. DT: Ricardo Caruso Lombardi.
GOLES: No hubo.
ARBITRO:
Pablo Lunati -regular-

MAN OF THE MATCH:
Leonardo Ponzio (River Plate)

RESULTADO MORAL:
River Plate 1 - Quilmes 0.


Gooouuuhhhhh!!!: A los 8 del complemento, el negro Martinez rechazó a duras penas una bola quemante en el área cervecera. El esférico enfiló a los tentáculos de Ponzio y no fue muy difícil suponer lo que enseguida ocurriría.
Hay jugadas que te hacen levantar de la silla segundos antes de que otorguen su desenlace, y cuando partió el latigazo de derecha, cara externa de arriba hacia abajo, un resorte imaginario expulsó a los hinchas de las butacas. El balazo trazó una curva fugaz a la que Trípodi solo pudo mirar. Y la miró con tanta fuerza que se estrelló en el palo y se fue.
Penaaaaaalllllll!!!:
La calentura saca lo mejor y lo peor de Chori Dominguez. La pide, se muestra, gambetea, boquea, provoca, incita. A los 26 recibe con campo libre enfrente, encara a Carli pisando el área, amaga justo a tiempo para que la pelota pase y el empellón lo derribe. Penalcito, pero penal al fin. Un penal que -ante tanta expectativa y tanta presión- se cobra más con los huevos que con el silbato. Un penal que (sabíamos) Lunati tenía decidido no cobrar nunca a menos que se cometa homicidio.
Puuuuuuutooo!!!:
Una discusión no existe si no se responde a la provocación. Caruso sazonó la previa convidando a cuanto medio quisiera con bocadillos de su especialidad: El lagrimeo. Lo hizo por su predilección al bufonazgo y porque poniendo el clima del partido un tanto fuera de los carriles normales las diferencias de categoría podrían llegar a disimularse. Nadie se lo prohibe, es una artimaña. Ahora bien. Si todos teníamos claro que eso era así. ¿Porque no lo supieron Domínguez y Almeyda?.
Todo se dio como se pensaba. River tuvo enfrente un adversario desinteresado de cualquier cosa que no sea el aguante. El no juego de Quilmes en los 45 iniciales perdió a la banda en una turba de presión y foul ejercida por 11 casacas blancas que parecían 28. Con menos aire en los pulmones, la guerra de los roces disminuyó y las grietas aparecieron en el complemento. El millonario pudo por fin conectarse en ofensiva para inclinar la cancha con mucho fervor y algunas ideas de fútbol claro. Insistió hasta el hartazgo en procura del grito que mereció. Una vez el palo, otra vez Trípodi, otras veces la mala puntería se lo impidieron.

¿Que deja este empate?. El fastidio de dejar pasar puntos muy ganables en otro partido clave. El leve alivio de comprobar que se puede intentar jugar aún ante adversarios que no lo quieren. Una respuesta anímica -mas allá de algún exabrupto- a la altura de la circunstancia. Una defensa veinteañera que se bancó la parada con categoría. Una convocatoria popular estremecedora. Y una sensación que por repetida no deja de ser inquietante: El camino del ascenso será sinuoso y con peligros sin señalizar.