miércoles, 29 de diciembre de 2010

ES LO TUYO, ANTONIO

River Plate 1982-83 / 1986-88 - 102 partidos – 43 goles – 3 títulos.
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Corre Antonio. No se porque siempre lo imagino corriendo. Siempre corriendo. De cara a un arquero o desatado en un festejo, como aquella madrugada del 14 de diciembre del 86 entre las bocinas de Tokio, cuando se ganó para siempre el pase a la eternidad. Corre Antonio y no lo pueden alcanzar. Libre. Vital. Prepotente. Rápido como una flecha lanzada con extrema precisión. Antonio apuntaba al corazón, y rara vez fallaba.
Corre Antonio y no pares de correr. Que mientras vos corrés, uno delira envuelto en sus recuerdos. Allí donde todo es perfecto perpetuamente, donde tus piques en diagonal siguen siendo imposibles de perseguir y tus definiciones certeras jamás pasan de moda.
Siga disparando, querido Antonio. Desde sus piernas atómicas detone el fuego inmaculado, desde su timming para el contragolpe levante tribunas impacientes. Parta raudo una vez más hacia esos estallidos imborrables. Carrera loca. Brazos abiertos. Torso erguido. Boca llena de gol. Beso a la casaca.
Corre Antonio. Corre sin parar. 7 en el lomo. Perseguido por algún defensor impotente pidiendo off side. Atrás, una estela de aire tenso acompaña su camino, escrito con la tinta de los goles y los campeonatos. Un camino con comienzo esquivo allá por el 82, y que obtuvo revancha como punta de lanza de un equipo apoteótico, amado por su pueblo, que golpeó los portones del cielo en 1986. Portones que abriste, Antonio, con ese gol dinosaurio ante el adversario rumano, bajo aquel plomizo gris del mediodía nipón.
Antonio Alzamendi Casas. Oriental de Durazno. No siempre es necesario haber nacido en la cuna del club, transitar con tezón las inferiores, debutar y consagrarse con la casaca banda sangre o volver para llenarse de gloria. Para ser ídolo a veces alcanza con ciertas cosas puntuales. Como por ejemplo, estar en el lugar indicado, en el momento justo. Y Antonio si que estuvo.
Entonces corré Antonio. No detengas tu carrera en el imaginario millonario. Corré y la ovación del “u-ru-guayo!!!” bajará para hacerte compañía hasta el final de los tiempos. Corré Antonio. Al gol, al festejo, al delirio. Es lo tuyo.

lunes, 27 de diciembre de 2010

AYUDANDO A JOSÉ

Universitario (Perú) 2 - 2 River Plate
Copa Libertadores 1967 - 29/06/10.
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Se sabe que River Plate y Racing Club de Avellaneda son los protagonistas del enfrentamiento clásico más antiguo del Fútbol Argentino. Se sabe también de la histórica y abrumadora paternidad del millonario sobre la academia, la brecha más grande entre los choques de los equipos mas populares del país. Pero además, existen otras particularidades que vinculan a ambos y que se centran exclusivamente en un período particularmente dulce para la entidad de Avellaneda: La época dorada del equipo de José.
El primer vínculo es aquel partido legendario de septiembre del 66, cuando el millonario le cortó a Racing una serie invicta de 39 cotejos, ganándole 2-0 con goles de Más y Cubilla. Pero muy pocos saben que fue –en parte- gracias a la “colaboración” de River, el equipo de Pizutti logró edificar su gloriosa campaña internacional del año 67, que lo llevó a ganar la Copa Libertadores de América y el Trofeo Intercontinental.
Para eso en necesario centrarse en el juego que Universitario de Perú y River Plate jugaron la tarde del jueves 29 de junio de 1967 en el Estadio Nacional de Lima. Con la sangre en el ojo por la insólita caída ante Peñarol en la final del año anterior, el millonario había galopado sin inconvenientes durante la primera fase con varias goleadas estrepitosas ante los representantes de Bolivia y Colombia. Sin embargo, en el cuadrangular de la segunda fase (el equivalente a las semifinales), un empate de local ante Racing, y dos caídas ante Colo Colo en Santiago y ante Universitario en Bs. As. lo habían sacado rápido del lote de aspirantes al cetro americano.
El River que fue a Lima estaba acéfalo. Ya se había ido el “Toto” Juan Carlos Lorenzo cargando consigo una pobre campaña en lo que respecta a juego y a resultado. En el banco estaba interinamente José D’Amico, aunque luego se haría cargo del plantel hasta fin de año. Universitario, en cambio, llegaba con un gran empuje moral por haber ganado en sus 2 partidos en Argentina, y al amparo de varios jugadores de calidad, y con una certeza muy clara: Si ganaba se ponía en las puertas de un histórico arribo a la final de la Copa.
River salió a la cancha con Gatti; Dominichi y Viéytez; Morcillo, Bayo y Guzmán; Cubilla, Matosas, Daniel Onega, Solari y Más. Por los peruanos fueron Rubén Correa; Nicolás Fuentes y González; Luis Cruzado, La Fuente y Chumpitáz; Víctor Catalayud, Roberto Challe, Cassaretto, Enrique Rodríguez y Uribe. El juez del partido fue el paraguayo Héctor Ortíz. Hubo 45.000 limeños en las gradas del Nacional.
Fue un juego ríspido y cambiante. River sin presiones apostó al ataque y en consecuencia dañó y fue dañado. Universitario era superior colectivamente pero la presión de su público y la chance de la final a un éxito de distancia le jugaron una mala pasada. A falta de 15 y con el juego empatado en dos, por tantos de Daniel Onega y Luis Cubilla para River y de Enrique Cassaretto y Roberto Challe para el elenco crema, ocurrió el momento crucial de la tarde y del cuadrangular semifinal. Hubo un penal para el local. Héctor Chumpitáz decidió no correr el más mínimo riesgo y le dio de derecha con alma y vida. El tiro salió como una bala centrada y baja. Hugo Gatti hizo una de las cosas que mejor hacía. Aguantó hasta el remate, intuyó y atajó. El festejo se escuchó mas fuerte en Avellaneda que en Núñez, y había sobrados motivos para que así fuera. El gol y la victoria hubieran metido a Universitario en la final de la Copa. Días mas tarde, Racing derrotó fácil a River 3-1 en Avellaneda (pese a arrancar abajo por un gol a los 20 segundos de José Luis Cruz) y forzó un juego desempate con los peruanos en Santiago de Chile. Luego lo que todos sabemos, la victoria en la final sobre Nacional –también en tercer partido en Santiago-. La Intercontinental ante el Celtic de Glasgow, el golazo de Cárdenas y el surgimiento de la leyenda del equipo de José. Leyenda que bien pudo no haber nacido, de no ser por el penal atajado el Loco Gatti

jueves, 23 de diciembre de 2010

FRANCO COSTANZO


Pensando en él, me doy cuenta que casi ni le conozco la voz. Mejor dicho. No le conozco la voz. Me pregunto: ¿importa?. Me respondo: No. Esta bueno desmenuzar entonces este caso muy particular con muy pocos precedentes en la historia de la delirante y enfermiza relación de los medios y el deporte. Un buen día, y vaya a saber bajo que convicciones, a Franco Costanzo se le antojó no darle notas a los medios argentinos. Lo que hubiera pasado inadvertido en otro tiempo, se convirtió rápidamente en carne de cañón para el circo mediático, capaz de generar noticias de las palabras de los protagonistas como en la ausencia de ellas.
Costanzo nunca habló con los medios argentinos. Los esquivaba cortésmente. Les ganó la pulseada hasta lograr que dejaran de insistir. Pero, salvaguardando su integridad mental, Franco se ganó un enemigo demasiado incómodo. Prefirió no ser amigo, no ser participe de la rueda delirante, a expensas de prescindir para siempre de la crítica complaciente y el elogio desmesurado con el que varios han lanzado su carrera. No es dificultoso entonces ver un dejo de sinceridad en esta actitud de bajarse del carro de la entrevista vacía, del espacio cedido a huecos con respuesta de cassette, o a mercachifles que se venden como próceres, o de tipos mas preocupados por lucir bien ante la cámara que a darle un pase correcto al compañero.
Sin la complicidad de la turba especializada. Costanzo edificó una carrera que siempre apuntó mas alto de lo que realmente llegó a ser. Allá por los albores de esta década, buena parte de los riverólogos abonaban la idea de que el arco millonario iba a ser suyo por varios años. Motivos no faltaban. Costanzo, ya cuando joven, era un coloso físico y mostraba una personalidad que lo diferenciaba del resto de sus compañeros. Américo Gallego le dio la vaya titular en el arranque de 2001. Jugó todo el Clausura de ese año en un equipo que se quedó en las puertas de la consagración. Atajó dos penales en ese periplo (a Migliónico de Colón y Riquelme de Boca), hasta que a mitad de temporada, el recién llegado Ramón Díaz trajo al Flaco Comizzo para aportar la experiencia que a Franco se notaba que le faltaba.
Arrojado en su estilo, a veces suicida, valiente y temerario. Fue Manuel Pellegrini el que le devolvió la valla de Primera a expensas del pobre nivel mostrado por José María Buljubasich. Lo hizo en un momento álgido del Clausura 03, frente a Boca, en la Bombonera. Dos goles de Barros Schelotto frustraron un triunfo que venía encaminado esa tarde, pero Costanzo respondió bien y no salió más del 11 titular.
Durante su tiempo en River, siempre fue la primera opción para el arco, a pesar de tener la férrea competencia de otro gran arquero como Germán Lux. Bancó paradas fieras en duelos internacionales. Una noche en Torreón, ante el Santos Laguna, atajó brillantemente todo un tiempo con el hombro luxado. Otra noche, en el Morumbí de San Pablo, volteó un par de muñecos que llegaban de compadritos a un tumulto. Otra tarde –ya jugando en Europa- un compañero suyo se hizo echar tontamente y él no tuvo reparos en correr hasta donde estaba y reprenderlo ferozmente con insultos y un tirón de pelos. En River tuvo partidos flacos y algunos errores garrafales, pero respondía siempre a la altura en los cotejos importantes.
Franco Costanzo nació el 5 de septiembre de 1980 en la ciudad de Rió Cuarto, Córdoba. Jugó su último partido en River en la cancha de Banfield, en una derrota 1-4 por la 4ª fecha del Apertura 2005. Fue vendido a Alavés de España. Dos años luego pasó al FC Basel de Suiza. Allí juega y es gran figura y referente. También responde amablemente a las requisitorias periodisticas de un medio que ni por asomo es comparable a los parámetros que estableció la histeria local.

lunes, 20 de diciembre de 2010

BICHO, MI BUEN AMIGO

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Están muy frescas en el recuerdo las imágenes de Boca y Oriente Petrolero tocando para atrás, en ese empate pactado para dejar afuera a River de la Copa Libertadores de 1991, o del “¿que haces, bolú?” de los compañeros de Ricardo Solbes, cuando éste anotó el famoso gol de San Martín de Tucumán en la Bombonera, la tarde que el xeneize ganó el Apertura 92. Uno a veces recuerda lo que bien le conviene, pero dicen que el que esté libre de pecados, que arroje la primera piedra. Así que este resumen no tratará de esconder un muerto guardado en el placard, ni tampoco empañar nuestro nombre inmaculado. Solo reflejará un tiempo en que la ley de las conveniencias y del favor recíproco pesaron más que los valores de la deportividad. En los 90, hermanados por las “casualidades” del fixture, River Plate y Argentinos Juniors escribieron con las manos sucias y sin rubor, varios episodios de los cuales es difícil sentirse orgullosos.
Cuando venció a River con gol de Sergio Martínez, todos comprendimos que era prácticamente imposible arrebatarle a Boca ese Apertura del año 1992. Pese a eso, hubo una aflojada bostera al final que no fue aprovechada por el cuadro de Passarella (1-1 vs Talleres y 2-3 vs Lanús). 2 puntos debajo y con una fecha por jugar, River debía derrotar a Argentinos y aguardar la quimera de que San Martín de Tucumán ganase en La Boca. Disturbios ocasionados por los Borrachos del tablón frenaron media hora el arranque del juego en Caballito. Sabiendo del gol de Solbes, River jugó 45 minutos en serio y le ganaba al bicho 1-0 con gol de Ramón Díaz. Pero bastó la noticia del tanto de Benetti para que toda ilusión se desvanezca. Con Boca ya festejando su primer título en 11 años, la Brava arremetió de nuevo con la violencia y el juego se suspendió. Los 45 restantes fueron reprogramados por la AFA para abril del 93, en plena disputa del Clausura de ese año. Un miércoles por la tarde, con casi nadie en las tribunas, los desinteresados suplentes de River no le hicieron demasiada fuerza a Argentinos que se jugaba la vida con el descenso. Nicolás Lauria Calvo derrotó a Sodero con un toque corto dentro del área y le dio al bicho un punto que necesitaba imperiosamente. A las pocas semanas (ya por el Clausura) volvieron a verse las caras en el Monumental un River apático y sin chances de campeonar y un Argentinos necesitado de la victoria para zafar. Ese viernes debutaron en primera Facundo Villalba, Hernán Buján y el Guatemalteco Rojas. Dos bombazos de Javier Netto consumaron un resultado que no sorprendería a nadie.
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El Apertura de 1993 fue un verdadero cambalache. Sin fechas, producto de las eliminatorias jugadas a mitad de año, el certamen debió culminar en 1994. River, Racing, Vélez Sarsfield y Boca aspiraban al cetro, pero para la jornada final la ventaja de River era inestimable. Le bastaba empatar de local con Argentinos para ser campeón. Era un River juvenil, talentoso e inmaduro. Llegaba a los tumbos pero confiado por la diferencia aliviadora y por un respaldo multitudinario que adquiría, bajo la incesante lluvia de ese sábado 19 de marzo en Buenos Aires, dimensiones épicas. La realidad del Bicho no era muy distinta a la del año anterior salvo por una sola circunstancia: Eran locales en Mendoza. Llegaban a Nuñez con la calculadora en el bolsillo y dispuestos a hacer negocios. Días previos al choque, ambas directivas habían acordado el traspaso de Gabriel Cedrés a Núñez. Cuando entró a reconocer el campo de juego, una estruendosa ovación lo recibió, a la cual el uruguayo saludo ampulosamente. River arrancó ese partido como para desmentir cualquier tipo de rumor. A los 8 una jugada tejida entre Sergio Berti y Hernán Crespo le permitió a Julio Cesar Toresani ajusticiar a Mondragón tras un rebote e irse a besar la camiseta (otra más) a la popu del Río de la Plata. Después, obvio, las caretas se cayeron. River no quería y Argentinos hacía como que no podía. Faltando 3 para el cierre, alguien de rojo cayó en el área, Aníbal Hay marcó penal, y el Beto Ortega Sánchez empató la historia. Con el punto, River festejó a lo grande un título obtenido con mayoría de pibes de la casa, y Argentinos sonrió al sumar en una cancha en la que, en condiciones normales, difícilmente lo hubiera hecho.
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El Apertura de 1997 fue un mano a mano entre River y Boca. Una carrera excitante entre un equipazo y otro que se había reforzado hasta las muelas para romper su hegemonía. La infartante victoria sobre Colón por 2-1, había dejado al cuadro de Ramón en una posición inmejorable de cara al festejo: Otra vez bastaba con empatar para lograr el título. Argentinos Juniors, que había logrado el ascenso a mitad de temporada, naufragaba en la mitad de la tabla acosado por el promedio. Un joven Polo Quinteros, delantero de La Paternal, avivó el fuego de los rumores ante la prensa mostrándose gustoso de ser incentivado y diciendo que ante River se jugaba “el partido de su vida”. Nada de eso pasó. Promediando el primer tiempo un centro de Escudero fue cabeceado al gol por Marcelo Salas para el 1-0 y finiquitar la historia. Esa tarde Francescoli jugó su último partido. Gallardo fue reemplazado a poco del final y partió raudo hacia su casamiento, realizado esa misma noche. En Argentinos, además de un inexpresivo Polo Quinteros, jugaron Diego Cocca –ex River- y Rolando Schiavi, otrora héroe xeneize. Al fin y al cabo, la mejor figura del Bicho terminó siendo Cristian Zermatten, un fana confeso de la banda, que el miércoles anterior había estado en las tribunas del Monumental festejando la obtención de la Supercopa ante San Pablo.
Con la ventaja, River replegó sus líneas para aguardar el festejo y Argentinos, cuidando vaya uno a saber que cosa, jamás se decidió a tomar el protagonismo. Cerca del final del partido, Roberto Saavedra capitalizó un borbollón en área para poner el empate. Y después si. Los minutos finales fueron un concierto de pases laterales y pelotazos sin sentido. El famoso pacto tácito y silencioso –una vez mas- iba a cumplirse.

jueves, 16 de diciembre de 2010

PARECERES DE UN SEMESTRE HOT


- El Apertura: River redondeó un torneo decente, cuando todo apuntaba a lo contrario. Hubo un arranque furioso que se esfumó ante el mínimo contratiempo. La impericia de Cappa para establecer su idea futbolística llevó al equipo a una confusión que explotó en mil pedazos la tarde de la caída en Floresta. A partir del clásico, River comprendió que para sumar debía arremangarse las mangas y laburar los partidos. Sumó preciosas unidades con un esquema táctico que abre créditos de confianza para lo que viene. Muy pocas veces mostró buen fútbol, y jugar con el fantasma del descenso es una aliciente en este ítem.
- El mejor: Juan Pablo Carrizo. El mismo que se fue. El mismo de siempre. Sobrio y ganador. Por momentos pareció invencible. Ganó solito varios de los 31 puntos obtenidos. Sus atajadas a Silvera, Leguizamón y Bareiro –todas para victorias- fueron milagrosas. Mención especial para Jonathan Maidana, Alexis Ferrero y Mariano Pavone.
- El peor: Carlos Arano. Acorde a sus antecedentes del montón. Flojo en ataque. Flojo en la marca. Cuando lo sentaron en el banco la defensa mejoró. Un berretín innecesario de Cappa. Rodrigo Rojas. ¿Qué será de ese paraguayito que sorprendió en el verano por su ductilidad?. Demasiado frío. Mas que frío, helado.
- La revelación: Erik Lamela. La última joyita de la cantera, poseedor de una zurda diabla y un talento distinto y desequilibrante, al que todavía falta pulir. Arrancó como volante por izquierda, pero fue de enganche cuando ofreció su versión mas osada y productiva. Adalberto Román. Era un desconocido y fue haciéndose un lugar (como buen paraguayo) a base de garra, corazón y juego aéreo. JJ lo mandó a la izquierda de la defensa y –junto a Maidana y Ferrero- construyó un bloque desacostumbradamente sólido en la zaga millonaria.
- Los históricos: Una de las imágenes de la campaña es la del Pelado Almeyda trabando con la cabeza en el final del partido ante Huracán. Recibido de ídolo y referente, su aporte fue clave en el primer tramo del certamen. Vital en la estructura moral del plantel y la hinchada. Un desgarro lo sacó 7 partidos coincidiendo con lo mas pobre de la campaña. Dejó la marca de su entrega conmovedora y una súplica unánime en el pueblo: Que juegue 6 meses más. Ariel Ortega. Su infantil expulsión ante Huracán abortó lo que había sido un muy buen arranque de temporada. Luego cayó en un pozo del que no salió. Tanto que su aporte fue más productivo viniendo desde el banco. Mas allá de su problema personal. Todos nos hemos dado cuenta de que Ariel ya no puede. Todos, menos él.
- Los refuerzos: Mariano Pavone. Una polenta de topadora. Vino lesionado y le costó entrar en sintonía. Suplió todo con un esfuerzo titánico casi siempre en desventaja ante los zagueros. En las fechas finales aparecieron los goles que prometió y sigue prometiendo. Jonathan Maidana venció rápido el preconcepto de haber surgido en Boca jugando con mucha solvencia y categoría. Parejo y regular, se metió para siempre en el recuerdo del hincha con ese cabezazo ganador en el superclásico. Walter Acevedo perdió rápido el puesto con Almeyda y Cappa no lo tuvo en cuenta. Jugando en tándem con el Pelado brindó un gran aporte en la parte final del año. Equilibrio, despliegue y pase seguro. Josepmir Ballón, humilde, silencioso, tímido, le costó aclimatarse al mundo River. En la segunda parte del torneo fue opción seguido a la hora de la variante. No desentonó. Leandro Caruso. Sus tres goles a Central Norte ilusionaron con la explosión del buen delantero que sabemos que es. Se quedó en promesas. Jugó muy poco y no hizo mucho para ganarse el puesto.
- Los técnicos: El principal error de Ángel Cappa fue la lectura de la realidad. Planteó una revolución cuando en River ni siquiera había fusiles. Desaprovecho el impulso de un gran arranque y se fue perdiendo en la nube de sus rabietas histéricas y las pocas respuestas de su esquema futbolístico. La formación de su último equipo en el partido ante All Boys, es la muestra del desconcierto en el que estaba metido. Juan José López llegó para apagar el incendio. Sinceró las metas y ordenó las fichas en sus respectivos lugares. Privilegío el orden a la fantasía y de esa formula llegaron los puntos que estaban escaseando.
- El mejor partido: El 1-0 a Boca. Por la carga previa, por la entrega de los 11, y porque sirvió luego para la remontada en la tabla. También el 4-1 a Lanús de la fecha final. Además de eso, los 45 iniciales ante Huracán y lapsos de los partidos ante Gimnasia y Quilmes en el Monumental.
- El peor partido: River fue muy superado por Vélez y Estudiantes. Pero el peor juego de todos fue ante All Boys en Floresta, por la indolencia y la carencia de rumbo. Una tarde aciaga que reavivó más que nunca los fantasmas tan temidos.
- Lo bueno: Los 31 puntos. El retorno en gran forma de Carrizo. La aparición de figuras jóvenes de verdadero nivel. El liderazgo de Almeyda. La reivindicación como ídolo riverplatense de JJ López. El desahogo ante Boca. El apoyo irrestricto del pueblo millonario en las 19 fechas.
- Lo malo: El karma de jugar mirando la tabla de los promedios. El fracaso de la gestión Cappa. Cierta tendencia de varios jueces a hacerse los giles cuando dirigen a River, con el bochornoso arbitraje de Beligoy en Mendoza a la cabeza. La actualidad futbolística de Ariel Ortega.
- Lo triste: La muerte del pibe Walter Paz en las tribunas de Vélez. Y el silencio posterior con el que –desde los medios y las dirigencias- se pretendió cubrir el hecho.
- La hinchada: El hincha leyó mejor que nadie la gravedad de la situación. Sumó paciencia en momentos álgidos y acompañó, como siempre, reventando estadios a lo largo del certamen. La recepción del equipo en el superclásico ante Boca, todavía eriza la piel.
- La dirigencia: En un estilo poco aconsejable, Passarella manda desde el silencio. Desde allí decidió echar a Cappa, y confirmar a JJ para el año que viene. Se sabe poco de lo que se hace –si se hace- para reparar el hoyo dejado por Aguilar. Seguimos esperando la mentada auditoría, que con cada día que pasa, suena mas a zaraza de campaña.
- El ruego: Ni título, ni Copa. Para el próximo semestre… otros 30.

martes, 14 de diciembre de 2010

CUARTO CRECIENTE

Lanús 1 - 4 River Plate
Torneo Apertura 2010 - 19ª fecha.
Estadio Ciudad de Lanús - 13/12/10.


LANUS: Caranta; Lugo, Hoyos, Goltz y Arce; Blanco Pelletieri, Pizarro y Regueiro; Romero y Castillejo. Posteriormente Ramírez y Grana. DT: Gabriel Schurrer.
RIVER PLATE: Carrizo (6); Maidana (6), Ferrero (6), Román (6) y Arano (6); Acevedo (6), Almeyda (6), Pereyra (7) y Lamela (8); Buonanotte (6) y Pavone (8). Luego Ballón (6), Affranchino y Coronel. DT: Juan José López.
GOLES: Erik Lamela (RP) 28 pt. Silvio Romero (LAN) -penal- 31 pt. Adalberto Román (RP) 6 st. Mariano Pavone (RP) -penal- 8 st. Mariano Pavone (RP) 31 st.
ARBITRO: Saúl Laverni -bien-
ROJAS: Santiago Hoyos (Lanús)
MAN OF THE MATCH: Mariano Pavone (River Plate)
RESULTADO MORAL: Lanús 2 - River Plate 4.

Allá por Agosto, cuando estaba arrancando toda esta historia, unanimemente nos preguntábamos ¿cómo vamos a hacer para llegar a 30 puntos?. Un poco mas acá en el tiempo, allí por Octubre y con el barco de Cappa hundiéndose indefectiblemente, volvimos a plantearnos ese interrogante sin una respuesta satisfactoria. Ha terminado el Apertura 2010 amigos y River Plate a sumado 31 unidades y out de la promoción. Inmejorable panorama, el balance semestral aprobado por aclamación. Así y todo, no resulta sencillo exponer la principal virtud de este equipo para llegar al objetivo. ¿El juego?. Hmmm, difícil. ¿Un cambio de mando acertado?. Podría ser. ¿La actitud y la entrega?. Si, por ahí vamos.
Para llegar a la cifra deseada, primero River Plate debía sortear el siempre complicado escollo de Lanús en el Sur. Y lo hizo sacando de la bolsa una de sus mejores performances de la temporada. El 4-1 impacta, y tal vez, no haya habido tamaña diferencia en el desarrollo del partido, pero la solvencia y el aplomo con que River resolvió el trámite valen por si solos como para justificar el score. Luego de un arranque equilibrado, la banda le torció la muñeca al grana en el arranque del complemento con dos golpes al mentón consecutivos. Primero con un nuevo gran aporte aéreo de Román, y luego con un penal gestado, provocado y convertido por Mariano Pavone.
Apoyado en el raro equilibrio que brinda el tándem Almeyda- Acevedo, mas las pocas pulgas de Maidana, Ferrero y Román, el millonario encontró los modos para darle libertad al talento estético y desequilibrante de Lamela y a las zancadas cada vez más productivas de Pereyra. Pavone agradecido, porque ya el Tanque no debió debatirse tan en soledad ante los codos y las rodillas de los zagueros adheridos a su espalda. De todos modos su entrega es emocionante, dejando hasta la última gota de sudor. Juega como el hincha quiere. Juega como el hincha jugaría si pudiese.
El certamen de Primera División del Fútbol Argentino está compuesto por 20 equipos, 18 de ellos normales y 2 extraordinarios y fuera de cualquier alcance. River concluyó cuarto en esa tabla o -si se quiere- segundo dentro de ese G-18 del montón. Nos vamos al verano piolones y mansos. Sabrá Dios que ilusiones nacerán y morirán en la pretemporada, pero estaría bueno reconocer, entre tanta satisfacción por el pequeño objetivo logrado, cual es la verdadera misión para el próximo semestre: Otros 30 puntitos. Jugando como en las últimas fechas, no tendremos que transpirar tanto para lograrlo.

jueves, 9 de diciembre de 2010

EL TAMAÑO SI IMPORTA

River Plate 0 - 4 Estudiantes (La Plata)
Torneo Apertura 2010 - 18ª fecha.
Estadio Monumental - 08/12/10.


RIVER PLATE: Carrizo (4); Ferrari (4), Maidana (4), Ferrero (4), Román (4); Acevedo (3), Almeyda (4), Pereyra (4) y Lamela (5); Funes Mori (3) y Pavone (3). Posteriormente Lanzini, Buonanotte y J.M. Díaz. DT: Juan José López.
ESTUDIANTES: Orión; Desábato, F. Fernández y Ré; Mercado, Braña, Sánchez, Rojo y Benítez; Núñez y G. Fernández. Luego Stefanatto, Iberbia y López. DT: Alejandro Sabella.
GOLES: Leandro Desábato (EST) 2 pt. Matías Sánchez (EST) 45 pt. Marcos Rojo (EST) 1 st. Gabriel Mercado (EST) 11 st.
ARBITRO: Diego Abal -regular-
ROJAS: Jonathan Maidana (River Plate)
MAN OF THE MATCH: Rodrigo Braña (Estudiantes)
RESULTADO MORAL: River Plate 0 - Estudiantes 3.

La superioridad se reconoce fácil. La derrota se acepta sin problemas. Lo que es difícil de digerir es esta tremenda sensación de impotencia. Ellos son altaneritos y les querés ganar para bajarles el copete. Desábato y esa pinta de fayuto. Braña y su postura camorrera. Verón y su soberbia. La Gata y ese estilo de "me importa un carajo todo". Pero a la hora de jugar, juegan. Son mejores. Tienen más técnica, más fuerza, más táctica. Son mas pillos que vos, son mas vivos que vos, y encima, seguro que si compran un billete se sacan la grande. Seamos claros. Hoy Estudiantes de 10 partidos nos gana 8. Lo que duele no es esa certeza de derrota. Lo que duele es el tamaño de la misma.
Estudiantes fue una máquina despiadadamente certera. A los 2 un pestañeo de Maidana le hizo perder la marca de Desabato que ajustició a Carrizo en el segundo palo. Primer mazazo. Al cierre del primer tiempo, otra pelota parada, un rechazo, una nueva desatención, y Matías Sánchez llegando libre por el medio para el grito. Segunda piña. Al minuto de la reanudación, Maidana sobra una jugada y tiene que detener a la Gata con foul. Roja. El centro de Benítez provoca un borbollón y Rojo la manda a guardar en off side. Golpe de knockout.
El millonario había levantado cabeza en los últimos juegos con una receta un poco pijotera, pero sumamente rendidora. Orden, esfuerzo y efectividad. La misma receta con la que Estudiantes se siente cómodo hace años con una sutil y fundamental diferencia. El pincha tiene mejores intérpretes que la banda. Fue 4-0 porque Sabella (tal vez pensando a futuro) decidió que sus muchachos levanten el pié del acelerador. No fue un baile de taco, caño, chiche y pisadita. Fue un baile conceptual, estratégico, psicológico. River siempre llegó tarde al anticipo, siempre perdió en las divididas, siempre estuvo en inferioridad numérica. Estudiantes y Vélez no son parámetro para nuestra realidad. Pero si existen las tardes para el olvido, ésta sin dudas es una.

miércoles, 8 de diciembre de 2010

DON FEDERICO


Seguro que le habrán dicho al Todopoderoso que por allá abajo había dos viejitos que la seguían rompiendo, y así fue que decidió llevárselos para jugar picados a muerte contra otros cielos. Las vueltas del destino han querido que en menos de una semana (el viernes falleció Ramos Delgado), el mundo River pierda físicamente a dos de sus mas altos valuartes, que engalanaron su rica tradición de buen fútbol.
En el mediodía de éste martes 7 de diciembre, murió Federico Vairo. Decirle gracias es poco. Tenía 80 años, pero todavía se adivinaba en ese venerable anciano a aquel rosarino impetuoso de risos rubios y ojos pardos que clausuraba la banda izquierda con una categoría pocas veces vista y vuelta a ver. Le tocó ser partícipe de un River fulgurante y estelar. En 5 temporadas ganó 3 títulos, jugó casi 100 partidos y marcó 4 goles. Fue cuando el "Carrizo, Pérez y Vairo" se sabía tan de memoria como el Padre Nuestro. No cualquiera hubiera llegado a la gran ciudad para calzarse la casaca abotonada sin siquiera pesarle. No cualquiera hubiera dado el piné para cubrir las espaldas de Walter Gómez, Vernazza, Labruna, Sívori, Loustau o Menéndez. No cualquiera hubiese jugado 44 partidos en la Selección Nacional en esos años turbulentos. Pero a Don Federico le sobraba prestancia y guapeza para imponerse ante el mas pintado. Marcaba como el mejor. Jugaba como el mejor.
River lo adoptó como ídolo, referente y formador. Cargó con orgullo y humildad su enorme figura histórica. Cuando llegaba a algún lugar, el silencio se adueñaba de todos, y los más memoriosos murmuraban por los bajo "Ese es Vairo, el 3 del River que ganó todo". Es muy sencillo porque: A las glorias se las reconoce mejor por los silencios respetuosos y no por las ovaciones estridentes.

martes, 7 de diciembre de 2010

NEGRO EL 2


Tal vez lo haya marcado un reto oportuno de José Nazionale –gloria del Lanús de los famosos globetrotters-, luego de que el negro reventara una pelota a la tribuna. “Eh pibe, acá no se hace eso, y menos usted”. Se lo debe haber tomado tan a pecho que luego no pateó nunca más para arriba en su carrera. José Manuel Ramos Delgado. Morochón quilmeño nacido en el 35. Lucía como una estatua fibrosa untada en aceite verde. Porte, estilo, temple, compostura, delicadeza. Jugaba contradiciendo ese abc del zaguero central que supuestamente impone reciedad, vehemencia y mala leche. Continuador de Alfredo Pérez, Julio Meléndez, y Federico Sacchi. Ramos Delgado anticipaba sin chucho casi en silencio, jugaba en puntas de pié, y la daba redondita al mejor parado mientras los aplausos nacían de las tribunas. Tiempista, prestancia, fina estampa, negro pituco. Vino a River en 1959. Jugó hasta el 65 un total de 172 partidos. Armó duplas históricas con Puchero Varacka, Marcelo Etchegaray y Roberto Matosas. Le faltó muy poco para ser campeón.
Después se fue al Santos. Pocas cosas deben ser tan gratificantes para un futbolista como que el mismísimo Pelé te elogie como uno de los mejores futbolistas con los que jugó. Con el "Peixe" hizo historia. Tuvo como compañeros a jugadores como O Rey, Coutinho, Clodoaldo, Carlos Alberto, Gilmar, Lima. Ganó varios paulistaos, y como ese equipo era como Los Beatles del fútbol, salió en interminables giras mundiales para mostrar su juego. Se retiró a los 39 y luego fue DT (en River en 1982) y formador de juveniles.
El Negro Ramos Delgado se murió el viernes pasado. Tenía 75 años y una vida engalanada por un reconocimiento casi unánime. Apenas hizo un gol en su carrera, pero –como dijo Tomás Sanz en su semblanza-, ni falta hubiera hecho, negro.

domingo, 5 de diciembre de 2010

EL TIRO DEL FINAL TE VA A SALIR

Colón (Santa Fe) 1 - 2 River Plate
Torneo Apertura 2010 - 17ª fecha.
Cementerio de los Elefantes - 04/12/10.


COLÓN: Pozo; Garcé, Raldes y Goux; Quilez, Ramírez, Moreno y Fabianesi, D. Díaz y Quiroga; Fuertes y Larrivey. Posteriormente Higuaín, Rivarola y Curuchet. DT: Fernando Gamboa.
RIVER PLATE: Carrizo (6); Ferrari (5), Maidana (6), Ferrero (6) y Román (6); Acevedo (7), Ballón (6), Pereyra (6) y Lamela (7); Ortega (4) y Pavone (6). Luego Funes Mori (5), Lanzini y J.M. Díaz. DT: Juan José López.
GOLES: Iván Moreno y Fabianesi (COL) 41 pt. Erik Lamela (RP) 11 st. Mariano Pavone (RP) 48 st.
ARBITRO: Juan Pablo Pompei -regular-
MAN OF THE MATCH: Walter Acevedo (River Plate).
RESULTADO MORAL: Colón 1 - River Plate 2.

El reloj marca 48 y monedas. Desde hace 15 minutos tenemos la lapicera en la mano para firmar el empate. De pronto el destino decide tambalear esa igualdad casi juzgada. Carrizo -en su segundo error del semestre- sale lejos y mal para atajar a Curuchet fuera del área, pero decide volverse justo cuando el delantero le enviaba el centro a Fuertes. Lo salva un esfuerzo mayúsculo de Maidana para peinarla de última. Un minuto luego, un bochazo de despeje encuentra a Lanzini en el área y éste al titánico Pavone, por primera vez en el año sin un tipo colgado a sus hombros. Definió rápido, de primera, certero y frío. Lo gritó sacándose la mufa de sus ropas que un poco también son las nuestras. Debemos mirar dos veces para confirmar que sí. Que no es un error ni una ilusión. Que entró. Que ganamos en Santa Fe.
Antes de ese estallido visceral hubo un juego en donde las paridades estuvieron a la orden del día. River controló decentemente los arrestos de un Colón con buenas individualidades deseosas de reivindicar ante su gente la mediocre campaña, hasta que una serie de desaciertos en la marca lo pusieron en desventaja tal vez injustamente. Pero, a diferencia de los juegos anteriores, el millo tuvo mucho más margen para gestionarse opciones de gol. Alli se movió con aciertos y con errores, pero lo empató y era justicia. En la agonía halló la victoria. Y los tres puntos son un premio. Al esfuerzo, a la busqueda, al orden, al bancarse lo que venga. Dirán que esto no es River, y puede que tengan razón, pero, sinceramente amigos, ¿que se supone que es River hoy?.
Dicen que el fútbol es un estado de ánimo. Debe ser así nomás. El buen semblante y el orden a rajatabla son los principales capitales de este River de fin de año. La victoria ante Boca fundó un equipo mas seguro de sí y con unos pocos y fundamentales preceptos para defender a como de lugar: Seguridad defensiva, solidaridad, actitud y cosecha de puntos. Ante eso algunas cosas se van aclarando: El doble cinco de Almeyda -suplido sobriamente por Ballón en el cementerio- y Acevedo a esta altura parece innegociable. El sacrificio de Ferrari para jugar de 4 y 8 al mismo tiempo es notable, por mas que desluzca su brillo personal. Román no se aventurará demasiado con la pelota en los pies, pero desde que juega allí, nadie ha entrado como pancho por su casa al área de Carrizo. A Lamela hay que liberarlo de presiones y responsabilidades. Discontinuo, tal vez un poco frío, de su tranco elegante y su toque fino siempre salen cosas positivas cuando entra en sintonía. Es crack, y lo será mucho más cuando moldee su físico y su personalidad, y cuando aprenda a largarla en el momento justo.
Van 28. Faltan 2 para los básicos 30. Quedan 6 en juego ante rivales chivos. Para cerrar esta crónica de un fin de semana alegre, déjenme elegir la imagen del gol del pibe Lamela. Esa jugada "barceloneana" urdida por los toques de Ballón - Acevedo - Ferrari - Acevedo - Lamela - Acevedo - Pavone - Lamela - red. Permitamente buscar allí el futuro perfecto de un River que sin salir del molde que le ha permitido sumar valiosas unidades, pueda animarse a retomar el camino que nunca debió haber perdido.

miércoles, 1 de diciembre de 2010

CAMPAÑA 1952

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Víctima del cáncer, el 26 de julio muere Evita. Tiene 33 años y buena parte del país la llora. La otra sonríe por lo bajo. Meses antes, en parte gracias al voto femenino por el que tanto había peleado, el General Juan Perón logra la reelección para su segundo mandato como presidente del país. Nace la provincia de La Pampa, antes Territorio Nacional. Aparecen en los kioscos de golosinas por primera vez los caramelos Sugus. El deporte Argentino se conmociona por la medalla de oro lograda por los remero Tranquilo Capozzo y Eduardo Guerrero en los Juegos Olímpicos de Helsinsky,
En Gran Bretaña, el 6 de febrero asume su reinado Isabel II, trono que ocupa hasta hoy. Fulgencio Batista comanda un golpe de estado que lo deposita en el poder en la isla de Cuba. El laureado General de la 2ª Guerra, Dwigth Eisenhower, gana cómodamente las elecciones en los Estados Unidos. El Italiano Alberto Ascari gana el segundo mundial de F1. Ernest Heminway publica “el viejo y el mar”. Un grupo de muchachos norteamericanos producen un invento con destino de eternidad: El código de barras.
1952 es un año notable para River. La gira Europea, iniciada a finales del 51 lo carga de gloria y reconocimiento. Gana 7 partidos, empata 6 y solo pierde 1 –ante Athletic Bilbao en San Mamés-. El triunfo mas relevante sucede el 2 de Febrero en el lodo de Maine Road. River vence a Manchester City 4-3. Es el primer triunfo de un equipo argentino en la tierra de los inventores del fútbol. Con Minella como DT, el millonario pelea con el tricampeón Racing el certámen local. Llega a la cima en la fecha 8 cuando lo derrota con dos goles de Vernazza y no dejará ese puesto hasta el final. Gran año de Guito, autor de 17 tantos, bien secundado por Eliseo Prado con 13 y el siempre invalorable aporte de Labruna, Walter Gómez y Amadeo Carrizo. La vuelta se da en Rosario. River le va ganando a Newell's 1-0 con gol de Prado, pero el partido debe ser suspendido por incidentes. El millo gana los puntos y obtiene el festejo. El título abrirá las puertas del ciclo mas ganador en la historia del Club.
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CAMPEONATO AFA 1952
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1- Independiente 3-3 - Prado (2), Vernazza / Lacasia, Cecconatto, Micheli.
2- Estudiantes (LP) 4-2 - Labruna (2), Vernazza, Prado / Infante, Pelegrina.
3- Vélez Sarsfield 1-1 - Vernazza / Zubeldía.
4- Atlanta 2-0 - Ferrari, Gómez.
5- San Lorenzo 1-2 - Labruna / Benavídez, Torres.
6- Lanús 1-1 - Prado / Daponte.
7- Rosario Central 3-2 - Loustau (2), Prado / Apiciafuocco, Gauna.
8- Racing Club 2-1 - Vernazza (2) / Cipolla.
9- Platense 3-2 - Labruna (2), Vernazza / Rodriguez, Bernardo.
10- Boca Juniors 1-2 - Acosta -ec- / A. Pérez -ec-, González.
11- Chacarita Jrs. 2-0 - Gallo, Labruna.
12- Ferro C.O. 3-0 - Prado, Gallo, Loustau.
13- Huracán 3-2 - Labruna, Gómez, Vernazza / López (2).
14- Banfield 1-2 - Labruna / Álvarez, Sánchez Laje.
15- Newell's O.B. 2-2 - Vernazza (2) / Carranza, Ortiguela.
16- Independiente 2-1 - Vernazza, Prado / Grillo.
17- Estudiantes (LP) 2-1 - Prado, Evaristo / Giosa.
18- Vélez Sarsfield 3-2 - Vernazza(2), Loustau / Mallegni (2).
19- Atlanta 3-2 - Prado, Loustau, Evaristo / Dupuy, Delogu.
20- San Lorenzo 1-2 - Gómez /Benavídez, Giarrizo.
21- Lanús 2-1 - Vernazza, Labruna / Sosa.
22- Rosario Central 3-5 - Gómez (2), Labruna / Portaluppi (2), J.A. Vairo, F. Vairo, Apiciafuocco.
23- Racing Club 2-2 - Gómez (2) / Blanco (2).
24- Platense 1-4 - Vernazza / López (2), Sayago, Menéndez.
25- Boca Juniors 3-1 - Gómez (2), Loustau / Borello.
26- Chacarita Jrs. 1-0 - Gómez.
27- Ferro C.O. 1-3 - Prado / Pérez, Runzer, Fumero -ec-.
28- Huracán 7-1 - Vernazza (3), Gómez (2), Labruna, Prado / Ricagni.
29- Banfield 1-1 - Prado / Converti.
30- Newell's O.B. 1-0 * - Prado.
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* El partido fue suspendido por incidentes a los 15 minutos del segundo tiempo. River ganó los puntos en el tribunal.

FORMACIÓN BASE: Amadeo Carrizo –Marcelino Fumero-; Alfredo Pérez y Lidoro Soria; Norberto Yácono –Roberto Tesouro-, Julio Luis Venini y Héctor Ferrari; Santiago Vernazza, Eliseo Prado, Walter Gómez, Ángel Labruna y Félix Loustau.

GOLEADORES: Santiago Julio Vernazza 17- Eliseo Prado 13- Walter Gómez 12- Ángel Amadeo Labruna 11- Félix Loustau 6- Alberto Evaristo 2- Alberto Gallo 2- Héctor Ferrari 1 Acosta (Boca Juniors -EC-) 1.

GIRA EUROPEA 1952
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- Athletic Bilbao (España) 2-5 - Labruna (2)
- Real Madrid (España) 4-3 - Vernazza, Labruna, Gómez, Pizzutti.
- Atlético Madrid (España) 3-3 - Gómez (2), Labruna.
- Nápoli (Italia) 2-1 - Labruna (2).
- AC Roma (Italia) 1-1 - Vernazza.
- Combinado Inter / AC Milan (Italia) 3-3 - Vernazza (2), Labruna.
- Combinado Sampdoria / Genoa (Italia) 3-3 - Labruna, Pizzuti, Gómez.
- Lugano (Suiza) 9-0 - Labruna (2), Gómez (2), Prado, Loustau, Zárate, De Zorzi, Respuela.
- Spezia (Suiza) 8-1 -
- Servette (Suiza) 4-3 - Labruna (2), Prado, Respuela.
- Racing Club París (Francia) 3-3 - Prado (2), Loustau.
- Celta (España) 3-3 - Vernazza (2), Loustau.
- Manchester City (Inglaterra) 4-3 - Labruna (2), Gómez, Vernazza.
- Sporting Lisboa (Portugal) 5-0 - Prado (2), Labruna (2), Pizzutti.