lunes, 17 de septiembre de 2012

EL FIN

   No me pregunten porqué, pero supe que esta historia tenía fecha de caducidad, la noche despues del partido ante Patronato en Santa Fe. Escribir la crónica de ese cotejo fue una tortura, lo mismo que tratar de conciliar el sueño un rato más tarde. Y dando vueltas en las incómodas sábanas de la frustración por un ascenso que -parecía- se escapaba, pude concluir que cuando algo deja de ser placentero, es mejor dejarlo ir, a que mantenerse aferrado a él por una mera cuestión de costumbre. 
   Escribir lujo y pueblo fue (sin exagerar) uno de los más enormes gustos de mi vida. Y lo fue por varias razones, pero sobre todo por el indescriptible placer de juntar en una sola expresión las dos pasiones por la que uno se desvive: River y la escritura. Asombrosamente, sin llamarlos, ni convocarlos, ni amenazarlos, y atraídos vaya a saber uno por que motivo, una calificada troupe de internautas fue sumándose a esta experiencia aportando, desde el respeto y el buen gusto, ideas muchas veces más interesantes que los textos mismos. Junto a ellos pasamos los muchos momentos amargos y los escasos estallidos de alegría de este tiempo histórico. Es por esos tipos y solo por ellos (gente de la que no conozco ni el nombre, ni la edad, ni el trabajo, ni la ideología ni las facciones de la cara) que siento algo de pena por ponerle fin a este blog.
   Escribir el post de Patronato fue una tortura. El de Almirante Brown una descarga y un compromiso. El resumen del año fue una cuestión ya rutinaria. Estar en el retorno a Primera ante Belgrano era un deber ineludible, y el resto hasta aquí, un ejercicio repetido que se asemejó cada vez más a un trabajo. Yo nunca quise eso para Lujo y pueblo. Anoche luego de la amarga presentación ante Vélez no hubo forma de plasmar en la pantalla alguna idea atractiva o un punto de vista distinto para compartir con ustedes. No pude, no supe, no quise. Comprendí entonces que era el momento de tomar la decisión.
   Eramos distintos hace 4 años y pico cuando la experiencia arrancó. Explotaba la novedad blogger. Había otras ganas. Había -y las sigue habiendo- muchas historias para contar. Había otro tiempo libre del cual valerse. Hoy muchas cosas han cambiado, salvo el irrenunciable amor por River, motor de todo esto. Por ello el sitio quedará abierto como tribuna de opinión. Yo entre tanto, bajaré la persiana sin remordimientos y me guardaré la llave del candado en el bolsillo por si alguna vez pinta volver. Quedarán en los archivos varios textos sobre la historia millonaria que no alcanzaron a ver la luz y otros tantos que surgirán cuando por el puro placer de hacerlo me siente a escribir de lo que me gusta. 
   Amigos (que bueno que hoy pueda llamarlos así), imaginen que los miro a los ojos y les digo muchas gracias con el mayor afecto posible. Les dejo un abrazo enorme. Y la certeza de saber que valió la pena cada instante de esta experiencia inolvidable.

Adrian Dalmasso (dalmassito).

lunes, 10 de septiembre de 2012

OTRA CARA DE LA MISMA MONEDA

River Plate  3 - 3  Newell's Old Boys
Torneo Inicial 2012 - 6ª fecha
Estadio Monumental - 09/09/12.

RIVER PLATE: Barovero (5); Mercado, Maidana (6), Bottinelli (4) y Ramiro Funes Mori (5); Sánchez (3), Ponzio (7) y Rojas (5); Mora (8), Trezeguet (7) y Rogelio Funes Mori (7). Luego Aguirre (5), Villalva y Lanzini. DT: Matías Almeyda.
NEWELL'S OLD BOYS: Guzmán; Casco, López, Vergini y Heinze; Pérez, Villalba, Vangioni; Figueroa, Sperdutti y Scocco. Posteriormente Díaz, Tonso y Bernardi. DT: Gerardo Martino.
GOLES: Pablo Pérez (NOB) 11 pt. David Trezeguet (RP) 19 pt. Rodrigo Mora (RP) 21 pt. Rogelio Funes Mori (RP) 21 st. Ignacio Scocco (NOB) -penal- 24 st. Ignacio Scocco (NOB) 27 st.
ARBITRO: Mauro Vigliano (bien)
MAN OF THE MATCH: Ignacio Scocco (Newell's Old Boys)
RESULTADO MORAL: River Plate 4 - Newell's Old Boys 3.

   Al fin y al cabo el optimismo y el pesimismo no son más que actitudes ante la vida. Nadie discutirá que el silbato final de Vigliano dejó en el mundo River una mala onda espantosa. Sin embargo, antes de aquello hubo un largo rosario de virtudes y falencias que obligan al hincha a una elección de sensaciones. El llenado del vaso quedó a mitad de recorrido. Cada cual elige si lo ve medio lleno o medio vacío.
   Hubo pros y contras. Pro: Visiblemente se jugó a "algo". Contra: No alcanzó. Pro: Se generaron muchas situaciones de gol. Contra: Se fue muy inefectivo. Pro: Se dió vuelta un resultado en un abrir y cerrar de ojos. Contra: Se escaparon tres puntos en un parpadeo. Pro: El debut de Rodrigo Mora en altísimo nivel. Contra: La lesión fulera de Gabriel Mercado. Pro: La gula ofensiva que invitan al optimismo. Contra: Ciertas improvisaciones (Sanchez de 4, Aguirre de 8) que autoboicotean el panorama. 
    El partido fue un gimnasta que no dejó nunca de dar vueltas en el aire. Dos equipos de naturalezas parecidas animaron noventa minutos excitantes, intensos, nunca apegados a la monotonía y el conformismo que dominan nuestro fútbol. River debió remar para sobreponerse a su dormida inicial, y lo hizo con un ímpetu ofensivo desconocido durante estas cinco fechas iniciales. A falta de generación de juego, cascoteó el rancho leproso con el vértigo de tres delanteros punzantes más el empuje siempre vital de Leonardo Ponzio. Hizo todo para merecer la victoria y cuando la tenía en el bolsillo la dejó caer inexplicablemente. Cosas que pasan... y que lamentablemente, siempre le pasan a River.
   Quedó en la nada una notable presentación de Rodrigo Mora, un delantero picante y pillo, y la necesitada vuelta al gol de David Trezeguet. La insólita mano de Carlos Sánchez reconectó a NOB a una línea de vida que estaba virtualmente cortada y le abrió las puertas del empate conquistado con un precioso remate de Scocco. Y River (que había retornado de Santa Fe aliviado por el punto pero preocupado por el juego) comprobó con enorme ironía que a veces cara y cera de una performance futbolística pueden ser -a la hora del resultado- exactamente lo mismo. 

miércoles, 5 de septiembre de 2012

RUBENS SAMBUEZA

   Fue en Mar del Plata una noche de enero de 2004. Un gurrumín la pisaba para acá y para allá sin temor ni respeto por tener enfrente suyo a consabidos leñadores como Alfredo Cascini o Rolando Schiavi. El pibe de medias bajas, camiseta afuera del pantalón y rostro con acné, la movía de pié a pié y tiraba caños al amparo de una tribuna que se desarmaba de placer. Era Rubens Sambueza cuya irrupción en Primera merituó bien alto, aún en años donde el salto de jóvenes a la pancarta principal era casi moneda corriente.
   A finales de 2003, River Plate tenía buena parte de su personal ocupado. Los sub 20 (Mascherano, Malevo Ferreyra, Cavenaghi) estaban con la Selección Nacional jugando el Mundial de Emiratos Árabes, y el resto de su plantilla superior tenía apuntados todos los cañones a la obtención de la Copa Sudamericana. Es por eso que en las fechas finales del Apertura 03, Manuel Pellegrini optó por hacer debutar en primera a varios elementos que se destacaban en las inferiores. Aparecieron Luis Lobo, Pablo Frontini, Cristian Nasuti, René Lima, Darío Conca, Federico Almerares y Sambueza, un neuquino de Zapala, con pinta de desfachatado, que le encantaba firuletear haciendo gala de su innegable habilidad.
   Nacido el primer día de enero de 1984, Rubens Omar Sambueza jugó buenos partidos durante la primera parte de la experiencia de Leonardo Astrada. Atacaba en forma punzante, era osado en la gambeta y su buena pegada de zurda solucionó algunos problemas gracias a su precisión (goles a Newell’s en Rosario, a Deportivo Cali en Núñez por la Copa 04, y un tirolibrazo a Junior en Barranquilla en 2005). Pero el empuje de su arranque paulatinamente fue perdiendo fuerza al tiempo en que se demoraba su definitiva explosión. Su juego perdió punch y las lagunas e indisciplinas –otra característica de su estilo- se acentuaron cada vez más.
   Se fue perdiendo en la nebulosa de un presente sin demasiadas certezas. Fue prestado a los Pumas de la UNAM y luego a Flamengo de Río de Janeiro. En ninguno de los dos lados convenció como para que sus dirigentes paguen el precio de su pase. Volvió a Núñez y jugó de la mano de Gorosito un puchito de partidos por la Copa Liberadores de 2009 cuando la gran mayoría del mundo River ya pensaba que su carrera era un caso perdido.
   Pero debe ser verdad aquello de que todos tenemos un lugar en el mundo, y para Sambueza, México debe ser ese lugar. Adquirido por el Estudiantes Tecos a mediados del 09, comenzó a jugar con continuidad y su rendimiento fue devolviéndole aquella confianza en sus condiciones que descubrimos en sus inicios. Mas allá de alguna salida de cadena (agresión a un árbitro en pleno partido), dos buenas temporadas en el humilde equipo de Guadalajara le abrieron las puertas en este 2012 del colosal América del Distrito Federal. Allí está ahora, todavía tirando caños, viviendo el mejor momento de su carrera, lejos de la realidad de una banda roja que esperó de aguardó mucho de él. Tal vez demasiado para lo que podía dar.

domingo, 2 de septiembre de 2012

MAL, PERO ACOSTUMBRADO

Colón (Santa Fe)  1 - 1  River Plate
Torneo Inicial 2012 - 5ª fecha.
Cementerio de los elefantes - 02/09/12.
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COLÓN: Pozo; Caire, Alcoba, Raldes y Urribarri; Mugni, Bastía, Prédiger y Moreno y Fabbianessi; Curuchet y Gigliotti. Luego Ramírez, Gomez y Bernardello. DT: Roberto Sensini.
RIVER PLATE: Barovero (5); Mercado (5), Pezzella (5), Maidana (6) y Ramiro Funes Mori (5); Sánchez (4), Ponzio (6), Ledesma (4) y Cazares (4); Rogelio Funes Mori (5) y Trezeguet (4).  Posteriormente Rojas (4), Aguirre (4) y Mora. DT: Matías Almeyda.
GOLES: Rubén Ramirez (COL) 24 st. Germán Pezzella (RP) 42 st.
ARBITRO: Néstor Pitana (bien)
MAN OF THE MATCH: Maximiliano Caire (Colón)
RESULTADO MORAL: Colón 1 - River Plate 1.

   La mandó al área Leonardo Ponzio, mirando con ojos en la espalda, pensando en instantes donde es fácil nublarse. La estampida sabalera buscando el off side tardó una milésima en salir y le permitió a Germán Pezzella tener su noche inolvidable. El pibe (muy técnico, muy tiempista, muy soguero) controló y de una ajustició a Pozo. Fue el baldazo de agua que apagó el pequeño incendio, pero que no logrará despejar la humareda de dudas salientes de este empate.
   Amén del contexto (un rival en racha favorable, un estadio siempre difícil), subyace en esta actuación de River un molesto gusto rancio que mixtura el desencanto por un equipo sin plan, y la impotencia de no adivinar certezas en el corto plazo. Podrá Matías Almeyda salir ante los periodistas y explicar porqué las cosas no salen. Pero la cuestión no es esa. Puede soportarse que se juegue mal siempre y cuando se juegue a algo. Pero es inadmisible que un equipo con ciertas aspiraciones deambule (sobre todo en lo creativo) a la buena de Dios desde el minuto cero al noventa. Lo más triste es que se está haciendo costumbre.
   Demuestra hoy River un escaso amor por la tenencia del balón. Desde los defensores que revolean todo lo que les pasa cerca, pasando por el cuerpo de volantes incapaces (salvo Ponzio) del don de la paciencia, y llegando a los delanteros que, entre el apuro y la marca pegajosa, solo tocan de primera para posicionarse esperando el centro. Hay poca sorpresa, nula movilidad, pocos volantes rompen, pocos delanteros se desmarcan, casi nunca los laterales pasan al ataque con intención seria de daño. Así las cosas, el millonario es un autómata previsible que repite sus fórmulas ofensivas sin descanso ni solución. Es presa fácil si delante suyo hay un mínimo orden defensivo.
   El juego del Cementerio coqueteó con las emociones, pero dejó a todas las almas en paz al  llegar el silbato final de Pitana. Chocadores, corredores, protestones, Sabaleros y Millonarios se prestaron las iniciativas y los balones. El espléndido frentazo de Tito Ramírez encegueció de impotencia a un River que quedó tambaleando en el precipicio. El pase de Ponzio y la definición de Pezzella trajeron a nuestras huestes cierta calma para la semana, y tal vez, la demora de un serio replanteo sobre a que corno estamos jugando. Replanteo que -tarde o temprano- deberá darse.

miércoles, 29 de agosto de 2012

JUGADOREEEEE...

River Plate  1 - 0  Newell's Old Boys
Metropolitano 1983 - 14/08/83
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   La canción se llama “It’ a heartache”, fue compuesta en el año 1977 e impulsada a la fama por la voz ronquita de Bonnie Tyler. El folclore tribunero del país convirtió su melodía en una especie de hit de la bronca cuando los resultados deportivos resultan esquivos. Su letra está dedicada a los jugadores y al sexo de sus madres, y habla de poner huevos y de no jugar contra nadie. En 1983 su potencial incendiario aún no había sido descubierto por la chispa creativa de algún iluminado barra con beta musical. Si así hubiese sido, el ya clásico “Jugadoreeee….” No hubiese dejado de atronar en aquellas rabiosas tribunas del Monumental, la tarde del 14 de agosto de 1983, en ocasión de la 13ª fecha del Torneo Metropolitano.
   Hasta el maldito 2011, ningún hincha de River más o menos leído hubiese dudado en calificar a 1983 como el peor año en la historia institucional de la banda roja. La decadencia en la que se encontraba sumido el proceso de Aragón Cabrera arrastraba al Club a una debacle deportiva y económica sin parangón. River debía mucha plata. River despedazaba su plantel exitoso. River cedía protagonismo escénico. River asustaba con la posibilidad de descender. Para colmo de males, cierta cadena de desgracias (Asesinato del barra Alberto Taranto tras un superclásico en Vélez. Muerte inesperada del ídolo Ángel Labruna en un sanatorio capitalino. Muerte del delantero Oscar Trossero por un aneurisma en pleno vestuario del Gigante de Arroyito) sumían el ánimo del mundo River dentro de un pesimismo que fue el verdadero protagonista de toda esa temporada.
   Y si como toda aquella concatenación de mufas no fuese suficiente, la huelga a la que se plegó el plantel profesional por falta de pago en el arranque del Metro de ese año, hizo estallar la bronca de un hincha que hasta allí se había mostrado dispuesto a tragarse todos los sapos posibles para no espesar más un clima demasiado turbio. Durante el largo mes y medio que duró la protesta, River jugó sus partidos con elementos de la cuarta y la quinta división, cuyo esfuerzo y enjundia para inmolarse en la desventaja, no hizo más que exacerbar los ánimos de los parciales –de por sí ya muy caldeados- contra la postura de los huelguistas.
   Todo se desmadró el 14 de agosto de 1983 ante Newell’s Old Boys de Rosario, día en que los profesionales volvieron a jugar tras la medida. El Monumental fue un hervidero que no necesitó más de 15.000 almas para explotar. Los jugadores, sabedores de la mala onda reinante, se comprometieron a ser lo menos demostrativos posibles ante su propio público enervado. Salieron a la cancha a paso cansino y con la cabeza gacha, escoltados por por una rechifla que tapaba a los tibios aplausos. Apenas saludaron cuando se pararon en el círculo central. Los insultos caían ya como pesadas piedras a sus pies sin que el grueso límite de la pista de atletismo los ponga en salvaguarda de su daño moral. Epítetos hirientes llovían al por mayor: Traidores!. Ladrones!. Mercenarios!. Gallinas!. Mostaza Merlo miraba a sus constados y con un par de aplausos bruscos buscaba contagiar ánimo a los suyos.  Un pibito como Carlos Tapia intentaba en la descarga de algún pique corto espantar las tensiones de una realidad que no le pertenecía. Los uruguayos Bica y Francescoli miraban absortos como un Club (del cual habían dicho era la Casa Blanca) podía consumirse en su fuego interno sin miramientos.
   El hincha puede ser muy cruel al momento de demostrar su enojo. Cada toque de Newell’s era acompañado por un “ole” hiriente. Cada pase errático era procedido por un murmullo irritante. Cada salida del banquillo del DT José Varacka despertaba inmediatamente el “Sentate allá, ladrón!” de la San Martín. Promediando el primer tiempo, el volante millonario Daniel Messina tuvo que ser atendido por un golpe y de la tribuna bajó un conteo socarrón modo juez de box hasta darle el out al lesionado.
   Cuando faltando 20 minutos para culminar un match anodino, Enzo Francescoli maniobró en el borde del área, alcanzó a rematar chanfleado al segundo palo provocando el rebote largo del arquero Civarelli. Alberto Bica llegó primero que todos y la mandó a guardar en el arco del Río de la Plata. Una montonera de jugadores se aferró en un abrazo de bronca y revancha. En las tribunas el gol se gritó sin la enjundia habitual. En muchos casos lo hicieron por compromiso.
   Gabriel Puentedura; Julio Olarticoechea, Eduardo Saporiti, Enrique Nieto y Jorge García; Daniel Messina, Reynaldo Merlo, Carlos Tapia y Enzo Francescoli; Oscar Víctor Trossero y Alberto Bica salieron a la cancha por River. Cuando pitó el final Jorge Romero nadie sabía bien que hacer. Los jugadores ni saludaron antes de bajar a los vestuarios. El público, dolorido pero tal vez anestesiado por la victoria, los despidió con mas tristeza que bronca. Todos sabían que algo se había roto para siempre.

lunes, 27 de agosto de 2012

ANTIFUTBOL PARA TODOS

River Plate  0 - 0  San Lorenzo
Torneo Inicial 2012 - 4ª fecha.
Estadio Monumental - 26/08/12.
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RIVER PLATE: Barovero (6); Mercado (5), Maidana (5), González Pírez (5) y Ramiro Funes Mori (5); Sánchez (4), Cirigliano (4), Ponzio (6) y Lanzini (4); Rogelio Funes Mori (5) y Trezeguet (4). Posteriormente Cazarez (5) y Villalva. DT: Matías Almeyda.
SAN LORENZO: Migliore; Masuero, Bianchi Arce, Alvarado y Kannemann; Prosperi, Buffarini, Aguiar y Telechea; Furch y Jara. Luego H. Villalba, Mercier y Álvarez. DT: Ricardo Caruso Lombardi.
GOLES: No hubo.
ÁRBITRO: Germán Delfino (bien)
MAN OF THE MATCH: Pablo Migliore (San Lorenzo)
RESULTADO MORAL: River Plate 0 - San Lorenzo 0.

No es un OVNI. No es un avión. No es un asteroide. Es una pelota que vuela sin control. Allá va expulsada por un expeditivo zapatazo. Parará varios metros más adelante a merced de otro bartolero que la vuelva a poner en órbita. Yirará errática de pié en pié sin dueño ni sentido. 90 minutos sometida a un destrato irrespetuoso. Es un himno a lo ordinario. Foules, fricciones, protestas, demoras, imprecisiones, chamuyos. A sus costados el espectáculo monstruoso hierve en el climax de su decadencia, socabado por la inescrupulosa excusa de la pasión. Para peor, la masa come esa bazofia con fruición. Acepta el mamarracho como parte de las presiones y las urgencias que agobian a nuestros clubes y que el negocio prefabrica con perversión. Y mientras tanto seguimos sin ver lo evidente y -al parecer- irremediable: Que partidos como el que protagonizaron esta noche River y San Lorenzo hieren de muerte a esto que aún dice llamarse "Glorioso Fútbol Argentino".
¿Y River?. ¿y San Lorenzo?. Disfrazados con los ropajes que la circunstancia les impone, hicieron lo que todos sabíamos que iban a hacer. Y lo hicieron con tanta perfección que otra cosa que no hubiese sido un rotundo 0-0 hubiera sido batacazo. El millonario fue a buscar la victoria tratando de hallarla al tanteo en una pieza oscura y lo único que hizo fue chocarse contra las paredes. San Lorenzo vino a buscar el punto. Respetó una receta humillante para su gloria pero efectiva para su presente y se aferró al negocio del cero ya desde el primer tiempo. Y entre el "no puedo" de uno y el "no quiero" del otro, salió un bodrio espantoso que exime de todo comentario a los que nos sometimos a la tortura de observalo.

jueves, 23 de agosto de 2012

"JUGÓ COMO UNA MÁQUINA EL CAMPEÓN"


El título va textual para graficar el verdadero poder una frase exacta, dicha en el momento preciso y en la adecuada circunstancia. Resulta fascinante imaginar a Borocotó (Ricardo Lorenzo Rodríguez, uruguayo, periodista de El Gráfico) yendo hacia la redacción de su revista buscando las frases justas para describir en una crónica la demostración que acababa de presenciar. Podría haber figurado un ballet clásico, o un jardín florido, o un veneno letal. Pero no. Eligió una máquina como metáfora, algo que suponga perfección, fortaleza, modernidad. Borocotó no lo sabía, pero estaba poniéndole nombre artístico a un pedazo de historia del fútbol mundial.
   La vieja cancha de Chacarita en Villa Crespo estaba en la calle Humboldt al 300, al lado del estadio de Atlanta. Las separaba un alambre y una calle, y tan cerca estaban que en los partidos importantes la gente ocupaba la parte alta de la tribuna bohemia para ver el partido en el reducto de al lado. En esa tarde del 7 de junio del 42 ocurrió una de las más altas funciones de La Máquina que se recuerden. Toques irreverentes, gambetas indescifrables, paredes supersónicas, goles impecables, rivales que la veían pasar. Fue un 6-2 (2 Angelito, 2 Adolfo, el Charro y Emanuelli en contra) que mereció ser una docena. Moreno descosió el cuero como siempre, de puro ególatra que era, y también para desmentir sus 4 horas de sueño. Pedernera el estratega más perfecto, Muñoz el wing del demonio, Labruna el apellido del gol. Cuando caía el sol porteño un estruendoso aplauso cerrado nació de las tribunas y bajó por los tablones. A esos 11 hombres que arrancaron la jornada bajo insultos no les quedó otra que saludar y retribuir la admiración. Pocos habrán percatado en ese instante el bajar presuroso de los escalones de un anonadado periodista, que ya llevaba en su cabeza la idea de plasmar en la perpetuidad del papel el nombre de esa maravilla

lunes, 20 de agosto de 2012

TIEMPO DE SIEMBRA

Tigre  2 - 3  River Plate
Torneo Inicial 2012 - 3ª fecha.
Monumental de Victoria - 19/08/12.
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TIGRE: García; Paparatto, Echeverría y Orban; Galmarini, Castaño, Pío, Leone y Pérez García; Toraza y Maggiolo. Posteriormente Ftacla, Ferreyra y Janson. DT: Rodolfo Arruabarrena.
RIVER PLATE: Barovero (5); Mercado (6), Maidana (6), González Pírez (5) y Ramiro Funes Mori (5); Sánchez (7), Ponzio (7), Cirigliano (4) y Lanzini (6); Rogelio Funes Mori (7) y Villalva (6). Luego Rojas (5), Aguirre y Luna. DT: Matías Almeyda.
GOLES: Daniel Villalva (RP) 10 pt. Carlos Sánchez (RP) 15 pt. Lucas Orban (TIG) 20 pt. Manuel Lanzini (RP) 1 st. Diego Ftacla (TIG) 15 st.
ARBITRO: Saúl Laverni (bien)
MAN OF THE MATCH: Rogelio Funes Mori (River Plate)
RESULTADO MORAL: Tigre 2 - River Plate 3.

   El ejercicio es rutinario y hasta folclórico. La irresistible visteada previa al comienzo de un certamen al fixture de partidos e imaginar someramente la suerte que puede caberle a tu equipo en cada presentación. Hoy en día ningún hincha medianamente informado tildaría a la visita al Monumental de Victoria como una cosecha segura de puntos. Cancha chica, tribuna ardiente, clima espeso, accesos difusos, serruchando la tabla de equilibrio para ayudar al Matador, ese cuadro que es (amén de lo anteriormente mencionado) un buen -aunque desmantelado- equipo de fútbol.
   Pero el valor del triunfo millonario no está únicamente en la complejidad que pueda suponer el adversario y la circunstancia, sino por ciertas aristas que se dejaron ver en la concepción propia de la victoria. Fueron tres puntos que River pretendió desde el inicio mismo del match y por el que hizo mal que mal los mayores méritos para obtenerlos. Salvó con acierto el escollo de tener ausente a su figura y referente, para saber explotar la mayor virtud que su plantilla en cancha exponía: La rapidez y movilidad en posiciones de ataque. Tocó, buscó sociedades, mostró apetito, transmitió menos dudas que de costumbre. Con Villalva picante, Funes Mori lúcido en el área, Lanzini y Sánchez martillando en las trepadas, Ponzio con la batuta del medio, la banda cimentó 20 minutos iniciales de alto vuelo, coronados con 2 goles repletos de belleza en elaboración y concreción.
   Ocurrió que al mínimo contratiempo (inexorable ley del ex de Lucas Orban) la solvencia inicial se fue esfumando y el millonario quedó atrapado en la maraña de indecisiones que provocaba la certeza de saberse poderoso en ofensiva, pero absolutamente vulnerable en la retaguardia. Diga que este Tigre lastimado de ausencias no pasó de ser una turba voluntariosa arremetiendo al tun tun, y el festejo -más allá de algún sofocón a las perdidas- no corrió peligro.
   No es casualidad que River haya ganado todos sus puntos en el torneo en condición de visitante. La riqueza técnica suele explotar con mayor facilidad en la libertad del campo abierto, y este equipo la tiene. Es cuestión de darle valor agregado a lo ya hecho y cimentar punto por punto, victoria tras victoria, una estructura que nos permita saber para lo que verdaderamente estamos en este primer semestre. Hay que ser optimistas y pacientes. Para cosechar alegrías, primero hay que saber plantar ilusiones. Este de ahora, es el tiempo de siembra.

miércoles, 15 de agosto de 2012

CAMPAÑA 1962

Año agitado si los hay. El U2, avión espía norteamericano, detecta varias plataformas lanzamisiles en las costas cubanas apuntando a yankilandia. Son 13 días donde el mundo queda a las puertas de una nueva guerra mundial. Kennedy impone un bloqueo económico sobre la isla que perdura hasta hoy. Aparece muerta Marilyn Monroe en una habitación de su mansión de Beverly Hills. Tiene 36 y se habla de una sobredosis de barbitúricos. Juan Carlos (entonces Príncipe heredero al trono de España) y Sofía de Grecia se casan en Atenas. Jamaica se independiza de Gran Bretaña y Argelia hace lo mismo de Francia. Spider-man aparece publicado por primera vez en formato historieta en la revista Amazing fantasy. Ringo Starr se une a los Beatles. Los Rolling Stones tocan por primera vez en un sucio teatro londinense llamado The Marqueé.
   River debe afrontar el sabor de una frustración fuerte. Apuesta a la sapiencia de un viejo cacique de la casa: Néstor Rossi. Pipo borra todo atisbo del "fútbol espectáculo" y apuesta a lo nacional. Llegan Vladislao Cap, Martín Pando, Nicha Sainz y Luis Artime. El el verano ocurre una celebrada victoria por 2-1 en el Monumental ante el famoso Santos de Pelé. El equipo es durante buena parte del certamen una aceitada máquina de ganar. Compite palmo a palmo con Boca por la vuelta olímpica. Faltando una fecha se enfrentan en La Bombonera. Faltando poco y en desventaja por uno, Antonio Roma le ataja un penal a Delem en flagrante adelantamiento. El juez Nai Foino se traga el silbato ante lo evidente. Luisito y Delem arremeten con grandes temporadas en lo individual de 26 y 18 goles cada uno. Puntales de un buen equipo que se quedó sin nada.


CAMPEONATO AFA 1962

1-  Estudiantes (LP)  3-1  -  Artime (3) / Sainz (ec).
2-  Chacarita Jrs.  2-2  -  Artime, Sarnari / Restivo, Diego.
3-  Racing Club  1-2  -  Delem / Belen, Mansilla.
4-  Independiente  0-2  / Dacquarti, D'ascenzo.
5-  Ferro C.O.  4-0  -  Delem (3), Pando.
6-  Vélez Sarsfield  1-1  -  Griguol / Yudica.
7-  Argentinos Jrs.  2-0  -  Griguol, Artime.
8-  Atlanta  1-0  -  Delem.
9-  Huracán  1-1  -  Artime / Medina.
10- San Lorenzo  3-1  -  Artime (2), Delem / García.
11- Quilmes  4-0  -  Artime (3), Delem.
12- Rosario Central  1-0  -  Artime.
13- Boca Juniors  3-1  -  Artime (2), Delem / Valentím.
14- Gimnasia (LP)  0-2  /  Rojas, Prado.
15- Estudiantes (LP)  2-2  -  Delem, Artime / Koroch (2).
16- Chacarita Jrs.  1-0  -  Artime.
17- Racing Club  6-2  -  Artime (3), Cap, Pando, Delem / Marchetta (2).
18- Independiente  4-1  -  Artime (3), Roberto / Etchegaray (ec)
19- Ferro C.O.  0-0
20- Vélez Sarsfield  4-1  -  Delem (2), Sarnari, Pando / Benedetto.
21- Argentinos Jrs.  3-2  -  Delem, Artime, Pando / Canseco (2).
22- Atlanta  2-1  -  Artime, Roberto / Fernández.
23- Huracán  1-2  -  Onega / Juárez, Marchesse.
24- San Lorenzo  4-1  -  Delem (2), Sarnari, Pando / Sanfilippo.
25- Quilmes  1-0  -  Delem
26- Rosario Central  3-1  -  Artime (2), Delem / Fernández.
27- Boca Juniors  0-1  / Valentím.
28- Gimnasia (LP)  4-1  -  Artime (2), Sarnari, Daniel Bayo (ec) / Diego Bayo.

GOLEADORES: Luis Artime  26-  Delem  18-  Martín Esteban Pando  5-  Juan Carlos Sarnari  4-  Ermindo Ángel Onega  2-  Mario Griguol  2-  Roberto  2-  Vladislao Wenceslao Cap  1-  Daniel Bayo (Gimnasia y Esgrima La Plata -EC-)  1.

EQUIPO BASE: Amadeo Raúl Carrizo (Rogelio Domínguez); José Manuel Ramos Delgado (Roque Mario Ditro),y Marcelo Edmundo Etchegaray; Alberto Carlos Saínz, Vladislao Cap y José Varacka; Martín Esteban Pando, Juan Carlos Sarnari (Ermindo Ángel Onega), Luis Artime, Delem y Roberto Frojuello.

sábado, 11 de agosto de 2012

AQUEL SABOR

Estudiantes (La Plata)  0 - 2  River Plate
Torneo Inicial 2012 - 2ª fecha.
Estadio Único de La Plata - 11/08/12.
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ESTUDIANTES: Villar; Angeleri, Alayes, Desábato y Ré; Núñez, Braña, Martínez y Jara; Fernández y Carrillo. Posteriormente Auzqui. DT: Diego Cagna.
RIVER PLATE: Barovero (6); Mercado (5), Maidana (6), González Pírez (5) y Ramiro Funes Mori (6); Sánchez (5), Cirigliano (5), Ponzio (6) y Lanzini (4); Rogelio Funes Mori (8) y Trezeguet (7). Posteriormente Aguirre (5), Rojas (6) y Ledesma. DT: Matías Almeyda.
GOLES: Rogelio Funes Mori (RP) 8 st. Rogelio Funes Mori (RP) 21 st.
ARBITRO: Diego Abal -mal-.
MAN OF THE MATCH: Rogelio Funes Mori (River Plate)
RESULTADO MORAL: Estudiantes 0 - River Plate 1.

   Lo tengo muy presente hasta hoy, tal vez para guardar como sea esa sensación placentera. Fue un sábado otoñal del año pasado ante Racing, un 30 de abril frío y nublado como este. Recuerdo que Carrizo atajó el viento y que Lamela la descosió con su repertorio de pisadas. No me olvido el potente taponazo de Pavone en el penal de la victoria y el festejo a brazo tendido de cara a una tribuna, que entre el penar ruin del descenso, se animaba a la inconsciencia del campeonato. Quedó tan lejos aquella última victoria en Primera que todo el tiempo transcurrido desde aquel día hasta hoy parece parte de otra vida, de otra historia, de una nebulosa eterna de la cual volvimos como pudimos, enteros, pero absolutamente distintos.
   River resolvió en La Plata un tramite que amenazaba desde la previa en volverse un peloteo engorroso. Lo hizo con cierta autoridad y sin demasiados contratiempos, y no fue necesario extremar los límites del ingenio, la creatividad y el aguante para volverse de las diagonales en paz interior. Chapoteando en un campo veloz, la banda debió adaptarse a un juego donde el pelotazo y la fricción fueron ley. Supo morder, supo rechazar y supo ser efectivo cuando el adversario descubrió el mentón en una contra. Poquísimo para nuestra historia. Justo y necesario para nuestra realidad.
   Quedan tres unidades indispensables para abortar cualquier mala onda y un puñado de sensaciones sobre las cuales apoyarse para crecer: Barovero superó ampliamente un debut chivo, alejando con solvencia la sensación de cagada inminente que expelía la valla millonaria en el último tiempo. Ariel Rojas, dentro de la soberbia timidez que aún lo envuelve, dejó advertir algunas cositas (excelente pegada zurda, vocación para el orden y el juego) que lo hacen un elemento al que no deberían faltarle las oportunidades. David Trezeguet con tres pinceladas (cabezazo maestro sacado por Villar, pase gol a Lanzini y asistencia a Funes Mori) demostró que puede ser tan determinante como siempre, aún sin anotarse en la red, tanto para ser el faro y titiritero de la ofensiva, como para servirle de efecto descompresor al mellizo delantero, quién no en vano recuperó en estos ocho meses de 2012, los pergaminos de gran delantero que supo mostrar en sus tiempos de novato. 
   Vuelvo a degustar aquel legendario sabor. El dulce aroma de una victoria en Primera. Paseo un largo rato ese néctar por todo el paladar hasta dejarlo irse lentamente por la garganta, tan revitalizante y placentero como siempre. Solo allí comprendo cuanto lo extrañaba. Está claro que ganar no es todo en la vida, pero a veces se vuelve tan necesario...