B Nacional 11/12 - 25ª fecha.
Estadio José Amalfitani - 17/03/12.
RIVER PLATE: Vega (6); Vella (5), Maidana (6), Ramiro Funes Mori (5) y J.M. Díaz (6); Sánchez (6), Ponzio (8), Ocampos (5) y Domínguez (5); Trezeguet (7) y Cavenaghi (6). Posteriormente Aguirre, Cirigliano y Rogelio Funes Mori. DT: Matías Almeyda.
DEPORTIVO MERLO: Capogrosso; De Muner, Manchot, Delgado y Almada; Yeri, García, López y Matías Díaz; Blanco y Estévez. Luego Lázzaro, Barreiro y Sequeira. DT: Néstor Ferraresi.
GOLES: David Trezeguet (RP) 39 pt. Fernando Cavenaghi (RP) 26 st. Fernando Cavenaghi (RP) 47 st.
ARBITRO: Pablo Díaz -regular-
MAN OF THE MATCH: Leonardo Ponzio (River Plate)
RESULTADO MORAL: River Plate 2 - Deportivo Merlo 0.
David Trezeguet se llama. Con 34 años viene de un descenso en España y una infeliz experiencia en los Emiratos Árabes. "Je, no se dan cuenta que está roto y viene a robar". Pero en la cancha el ladrón lo disimula muy bien. Toca de primera de espaldas y ya te das cuenta que es diferente. Tiene el equilibrio justo para manejar con gracia un cuerpo fornido. Un coloso del gol sabedor de todos los secretos del área. Detecta huecos entre los centrales, ocupa hábilmente posiciones libres, marca líneas de pase, se ofrece, siempre busca. A los 39 recibe un centro llovido de Ocampos, gana arriba con la autoridad de decenas de goles en las mejores ligas del mundo, su cabezazo explota en el ángulo pero vuelve, tal vez arrepentido de tamaña picardía, a las fauses del goleador. Gol desatanudos. Gol anímico. Gol de goleador. Menos mal que estaba roto...
Fernando Cavenaghi se llama. Anda por los 28 y tras deambular con suerte dispar por media Europa, decidió el retorno a casa para ayudar en la reconstrucción. "Ja, no sean giles, fracasó en todos lados, viene a robar". Y es este -en todo caso- un paradigmático caso de choreo: 17 goles, uno mejor que el otro. No es super velóz, no es extremadamente potente, no lo distingue una incontenible habilidad. Es simplemente distinto. Puede desaparecer prolongadamente o parecer perdido en su maraña, pero cuando vuelve casi siempre encandila. Promediando el complemento recibe un pase largo de Domínguez. Pica al tiempo que otea por el rabillo a un arquero que se adelanta. Ya está todo cocinado. Cuando le llegue el balón resolverá bombeado, haciendo del esférico una gaviota mansa aterrizando con delicadeza en el nido del gol. Con ladrones así...
Goles son amores. Su poder explica casi todo en el fútbol. Justifica planteos, borra desacoples, desbarata trámites, ahorra explicaciones. Si hay algo que jamás podrá ser equiparado por los adversarios de River en esta B Nacional es la jerarquía de su plantel. Por ese poder individual (y solo por eso) el millonario resolvió con goleada un partido amarrado férreamente en el muelle del empate. Merlo ubicó el trámite en una hermética celda repleta de presión. River se escapó de ella con el gol de Trezeguet pero solo pudo estar cómodo recién luego de la exquisita definición de Cavenaghi en el segundo, momento en el que el "charro" definitivamente dijo basta. Opacado Domínguez allá lejos del arco, y tapadas las bocas de acceso a la generación de juego, la banda buscó (y encontró) en la clase de sus arietes y en la firmeza del cada vez mas fundamental Ponzio, las explicaciones para una victoria muy chiva, que de otro modo hubiese sido muy difícil de justificar.
Estadio José Amalfitani - 17/03/12.
RIVER PLATE: Vega (6); Vella (5), Maidana (6), Ramiro Funes Mori (5) y J.M. Díaz (6); Sánchez (6), Ponzio (8), Ocampos (5) y Domínguez (5); Trezeguet (7) y Cavenaghi (6). Posteriormente Aguirre, Cirigliano y Rogelio Funes Mori. DT: Matías Almeyda.
DEPORTIVO MERLO: Capogrosso; De Muner, Manchot, Delgado y Almada; Yeri, García, López y Matías Díaz; Blanco y Estévez. Luego Lázzaro, Barreiro y Sequeira. DT: Néstor Ferraresi.
GOLES: David Trezeguet (RP) 39 pt. Fernando Cavenaghi (RP) 26 st. Fernando Cavenaghi (RP) 47 st.
ARBITRO: Pablo Díaz -regular-
MAN OF THE MATCH: Leonardo Ponzio (River Plate)
RESULTADO MORAL: River Plate 2 - Deportivo Merlo 0.
David Trezeguet se llama. Con 34 años viene de un descenso en España y una infeliz experiencia en los Emiratos Árabes. "Je, no se dan cuenta que está roto y viene a robar". Pero en la cancha el ladrón lo disimula muy bien. Toca de primera de espaldas y ya te das cuenta que es diferente. Tiene el equilibrio justo para manejar con gracia un cuerpo fornido. Un coloso del gol sabedor de todos los secretos del área. Detecta huecos entre los centrales, ocupa hábilmente posiciones libres, marca líneas de pase, se ofrece, siempre busca. A los 39 recibe un centro llovido de Ocampos, gana arriba con la autoridad de decenas de goles en las mejores ligas del mundo, su cabezazo explota en el ángulo pero vuelve, tal vez arrepentido de tamaña picardía, a las fauses del goleador. Gol desatanudos. Gol anímico. Gol de goleador. Menos mal que estaba roto...
Fernando Cavenaghi se llama. Anda por los 28 y tras deambular con suerte dispar por media Europa, decidió el retorno a casa para ayudar en la reconstrucción. "Ja, no sean giles, fracasó en todos lados, viene a robar". Y es este -en todo caso- un paradigmático caso de choreo: 17 goles, uno mejor que el otro. No es super velóz, no es extremadamente potente, no lo distingue una incontenible habilidad. Es simplemente distinto. Puede desaparecer prolongadamente o parecer perdido en su maraña, pero cuando vuelve casi siempre encandila. Promediando el complemento recibe un pase largo de Domínguez. Pica al tiempo que otea por el rabillo a un arquero que se adelanta. Ya está todo cocinado. Cuando le llegue el balón resolverá bombeado, haciendo del esférico una gaviota mansa aterrizando con delicadeza en el nido del gol. Con ladrones así...
Goles son amores. Su poder explica casi todo en el fútbol. Justifica planteos, borra desacoples, desbarata trámites, ahorra explicaciones. Si hay algo que jamás podrá ser equiparado por los adversarios de River en esta B Nacional es la jerarquía de su plantel. Por ese poder individual (y solo por eso) el millonario resolvió con goleada un partido amarrado férreamente en el muelle del empate. Merlo ubicó el trámite en una hermética celda repleta de presión. River se escapó de ella con el gol de Trezeguet pero solo pudo estar cómodo recién luego de la exquisita definición de Cavenaghi en el segundo, momento en el que el "charro" definitivamente dijo basta. Opacado Domínguez allá lejos del arco, y tapadas las bocas de acceso a la generación de juego, la banda buscó (y encontró) en la clase de sus arietes y en la firmeza del cada vez mas fundamental Ponzio, las explicaciones para una victoria muy chiva, que de otro modo hubiese sido muy difícil de justificar.
3 comentarios:
Los "animales" del gol nos salvaron con su jerarquía,sigo viendo bajo al Chori, y la defensa no me da tranquilidad alguna,pero vamos desandando el camino, y sumando de a 3, y quisas si los de atrás dejan puntos, todo puede resolverse antes.
Viendo por tele (estoy a 1500 kms) la fiesta que fué la tribuna de River el sábado, me pregunto por que se tiene que jugar en cancha del lobo(sin que se ofenda la gente de Gimnasia),teniendo el mal llamado "Estadio unico" a disposición ?.
Evidentemente, algo o alguien falla...
¡¡¡Abrazos!!!
Trezeguet es un mounstro, ojala todos los 9 que hay debajo de el le copien sus movimientos, sus diagonales, su manera de pivotear, el principall que deberia copiar esos movimientos es el FM Malo.
El chori esta muy bajo, calenton al pedo, generando permanentemente contrataques por boludear y jugar para el, para mi merece una lavada de cabeza y algun que otro partido en el banco peeeeeeeeeero despues pone una pelota de gol y es como si hubiera renacido y volver a empezar
Lo de la gente no sorprende, como sera que el sabado cuando bajamos del colectivo con mi hijo de 3 años en el medio del mar de camisetas rojas y blancas me dice " papa por que todavia no estan cantando"
Rompimos la racha de igualar resultados de la primera rueda, fuimos contundentes y salvo por actuaciones individuales flojas ( Dominguez-Ocampos) empecinados en hacer la propia primero somos un equipo que está empezando a desnivelar por jerarquía . El partido contra GELP es peligroso pero golpe x golpe tenemos que desnivelar .
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