lunes, 7 de marzo de 2011

CUPLÉ DE UNA INCERTIDUMBRE

River Plate 0 - 0 Argentinos Jrs.
Torneo Clausura 2011 - 4° fecha.
Estadio Monumental - 06/03/11.


RIVER PLATE: Chichizola; Ferrero, Maidana y Román; Ferrari, Acevedo, Almeyda, J.M. Díaz, Lanzini y Lamela; Pavone. Posteriormente Bordagaray, Cirigliano y Buonanotte. DT: Juan José López.
ARGENTINOS JRS: Navarro; Prósperi, Sabia y Escudero; Oberman, Gentiletti, Lava, Hernández y Torren; Niell y Salcedo. Luego Ocampo, Rius y Berardo. DT Pedro Troglio.
GOLES: No hubo.
ARBITRO: Diego Abal.
ROJAS: Paulo Ferrari (River Plate), Mariano Torren (Argentinos Juniors).

¿Se puede escribir de algo sin haberlo visto?. Si se es ladri, sí. Pero hacerlo requiere de un esfuerzo de inmoralidad que no se está dispuesto a realizar. Entonces deben saber que estas primeras líneas están siendo escritas a las 7 de la mañana del domingo en el hall del Buquebus, esperando partir rumbo a Montevideo. El café quema la lengua y la modorra. Buenos Aires se despierta y yo, Clarín en mano exaltando a Racing y sus cuatro goles, solo estoy seguro de una cosa. Esta noche no veré a mi amado River Plate. Y eso no me gusta nada.
Es ahora el mediodia uruguayo, tipeo mientras esperamos el almuerzo en una cantina de la ciudad vieja. Cuatro señores uruguayísimos apuran el vermouth y hablan de la victoria de Peñarol y de la noche del carnaval. River no está en sus agendas pero serles testigo es un placer. Como también lo es confirmar que en alguna parte del mundo todavía existen lugares como este. Donde nadie imposta nada, donde nadie presume una marca en sus ropas, donde la señora gorda que te atiende te dice que de comer hay "milanesa con ensalada" y no "lomo rebosado con frutos del huerto", donde los códigos y los valores se respetan y no les cuesta. Le pregunto al mozo por un buen tablado para la noche. Se le ilumina la cara y me dice "El velódromo", sin dudar. Le comento mi pequeño infortunio de no poder ver a River esta noche y me aconseja como la sabiduría de los años y las confesiones: "Y bue... no se puede todo en la vida...".
El tablado revienta a pura murga y carnaval. A contramano, La gran siete, Araca la cana, Falta y resto, Agarrate Catalina. No hay plumas ni vedettes. Son tipos anónimos -jóvenes o entrados en años-, pintados con colorines que cantan sus verdades a voz en cuello. Es una ceremonia poderosa reafirmada por la venia de un pueblo que aplaude y disfruta de una porción grande de su esencia. El anunciador es fanático de Nacional y cada tanto anuncia como va su equipo, que a esa hora, está jugando en el Parque Central ante Miramar Misiones. De tanto en tanto miro la hora y supongo lo que podría estar pasando en Núñez. Sueño algún gol, imagino algún resultado, pero la murga vuelve y al ratito se te olvida todo.
Ahora ya es la 1 de la madrugada. Acabo de llegar al Hostel, sucio, oloroso a humo y con un hambre inolvidable. Hace cinco prendí la compu, cliqueé ole.com y el final de la historia así de golpe y en seco. 0-0. Leo rápido para enterarme algún pormenor. El trámite trabado, el cero en nuestra valla, la dificultad repetida para convertir, la roja de Ferrari. Apago y noto que no hay desilusión. No hay bronca. No hay nada. A veces uno se hace demasiado problema por cosas que no tienen la dimensión que merecen. River se merece todo, pero un resultado de morondanga no.
Escribo este párrafo final en algún punto del Río de la Plata, el lunes a la tardecita, volviendo del paisito. Poco tiene que ver este post con lo estrictamente analítico que se pretende ser cuando hay un partido de la banda. Pero no puedo mentirles. Queda la invitación abierta para que los amigos comenten sobre sus pareceres del punto logrado. Y queda también la invitación abierta, para que si les place, visiten la otra ribera para ver una fiesta popular por excelencia, y para comprobar que un fin de semana (uno solo, no exageren) con River pero sin él, no le hace mal a nadie.

2 comentarios:

Marcelo desde Mendoza dijo...

Que grandiosa descripción de tu paso por esa increíble ciudad . Es Montevideo hoy un lugar del mundo dónde el reloj se ha detenido hace muchísimo tiempo dónde el único progreso que se conoce es el club y dóndde uno puede disfrutar la vida con un Mate en un brazo y el termo en la otra paseando por la rambla sin que a nadie le importe quien sos y que hacés , dónde vas a una pizzería del centro y pedís una grande de Muzza y te traen un porción en un plato y dónde en una parrillada te destacan que tiene el famoso Choto . River después de escuchar la crónica pasa a un segundo plano porque la verdad el partido fue un bodrio , Argentinos es un equipo bien armado y parado al que River no supo como doblegar . Lo destacable en el Millo es que no se siente menos que nadie y con armas limitadas intenta con lo poco que tiene . Lo de estar solos en la punta fue sólo un sueño ..pero soñar no cuesta nada ...No ?

pelotín dijo...

No te perdiste nada, Dalmassito. Montevideo bien vale una misa. Como dice Marcelo, ciudad hermosa y gente entrañable,agrego. Estuve hace poco y siempre me gusta. Apacible, gran ensalada de fruta, gran chivito y grandes películas en los últimos años (Mal día para pescar; El viaje hacia el mar; Gigante), y antes también, claro (Whisky, 25 Watts).

River chocó contra sí mismo el otro día. Por momentos volví a sentir esa impotencia y desesperación de los campeonatos malos malos anteriores. La diferencia es que antes hubiéramos perdido. Se notó la inmadurez de Lamela y Lanzini, que --como todo pibe-- transporta mucho y no suelta cuando hay que soltar. Pero no tienen la culpa: les adelantamos los tiempos y nos están salvando bastante.

También anduvo flojo Acevedo, con lo cual la generación de fútbol se apagó. Encima Ferrari se hizo echar y nos quedamos sin sus proyecciones, que a mí particularmente no me encantan, pero hoy por hoy valen. Díaz tampoco aportó mucho.

Bien Argentinos, armadito, sabiendo a qué juega. Los diez primeros minutos parecía que volvíamos por nuestros fueros, pero no. Fue un impulso y nada más.

A seguir sumando. De a poco y esperando a ver qué pasa. Al menos ya metimos casi al CAI abajo, que es muy importante para no depender de un solo equipo.