“Señoras y Señores. En una presentación de Torneos y Competencias para todo el país. River Plate le acaba de ganar a Rosario Central por 2 a 1”. En un tono pasmoso y muy alejado de la veta histriónica que se le conocería luego, Marcelo Araujo cerraba así aquella transmisión de fútbol en vivo, que hoy estaría perdida en un rincón mugriento de cualquier videoteca, de no ser por el suceso fundamental que la propició. Aquel fue el primer partido emitido por la Televisión Satelital Codificada. Era el 30 de Agosto de 1991. Viernes por la noche. La sigla TSC dominaba, cargada de enigma, el vértice superior derecho de la pantalla. Era la advertencia de que algo nuevo había llegado sin anunciarse demasiado. Acababa de comenzaba una nueva era en el Fútbol Argentino.
En los 19 años que han transcurrido desde entonces, TSC (o TyC, Clarín, Cablevisión, Multicanal, o cualquier empresa surgida del poderoso holding), se fagocitaría millones con la excusa de la pasión de los argentinos, y a expensas de un contrato ruin y leonino, avalado por malhechores de traje y corbata, encabezados por Julio Humberto Grondona, un de-lin-cuen-te, con tanta habilidad para hacer negocios como para no quedar pegado en ninguno de ellos.
Pero en esa noche invernal de Santa Rosa, la estafa apenas tenia su bosquejo de construcción. Con la tele codificada se inauguraban también los torneos cortos. River recibía de nuevo a Ramón Díaz, retornado de su experiencia europea de 10 años. El partido se emitió desde la tribuna San Martín alta, algo inusual ya que ese es el sector contrario al de las cabinas de transmisión. Había pocos carteles publicitarios. El césped del Monumental mostraba las marcas de un reciente recital. El flaco Comizzo lucia su buzo rosa, y Central su camiseta con el sponsor de Zanella y en la espalda la leyenda de 100 años, aunque en 1991 el Club tenía 102. Hacía un frío espantoso y el viento arrastraba los papelitos desde las despobladas tribunas hasta el campo de juego.
Aún está en la memoria del hincha el fenomenal viraje que River le dio al partido en los minutos finales con dos goles de Ramón Díaz, a los 39 y 45 del complemento, redondeando la vuelta soñada con la camiseta de sus amores, y redimiéndose en un penal fallado en el primer tiempo. River jugó esa noche con Comizzo; Basualdo, Higuaín, Rivarola –debutó en ese partido- y Gordillo; Toresani, Astrada, Berti y Borrelli; Medina Bello y Ramón Díaz. Entraron luego Zapata y Carlos Enrique. Por el Canalla actuaron jugadores como David Bisconti (autor de la apertura del score, con un zapatazo lejano), Cuffaro Russo, Cornaglia, Trivisono, Forletta y un joven Marcelo Delgado. Lo dirigía el legendario Ángel Tulio Zoff. Arbitró Ricardo Calabria.
Por ese entonces solo se entregaba el partido de los viernes, pero en la medida que el imperio se hizo mas poderoso, la oferta creció desmedidamente y se lo apoderó todo. Llegó el partido del sábado, luego el Clásico del Domingo, el soporífero partido del lunes, hasta llegar a nuestros días, en donde los fixtures ya no se sortean, donde los partidos no arrancan con el pitazo del árbitro sino con el ok del productor, donde los entretiempos duran 25 minutos para favorecer la tanda, donde los goles de la fecha permanecen cautivos en un cassette hasta el domingo por la noche, donde el millonario negocio de unos pocos, destruyó las finanzas de la gran mayoría de los clubes del país.
En los 19 años que han transcurrido desde entonces, TSC (o TyC, Clarín, Cablevisión, Multicanal, o cualquier empresa surgida del poderoso holding), se fagocitaría millones con la excusa de la pasión de los argentinos, y a expensas de un contrato ruin y leonino, avalado por malhechores de traje y corbata, encabezados por Julio Humberto Grondona, un de-lin-cuen-te, con tanta habilidad para hacer negocios como para no quedar pegado en ninguno de ellos.
Pero en esa noche invernal de Santa Rosa, la estafa apenas tenia su bosquejo de construcción. Con la tele codificada se inauguraban también los torneos cortos. River recibía de nuevo a Ramón Díaz, retornado de su experiencia europea de 10 años. El partido se emitió desde la tribuna San Martín alta, algo inusual ya que ese es el sector contrario al de las cabinas de transmisión. Había pocos carteles publicitarios. El césped del Monumental mostraba las marcas de un reciente recital. El flaco Comizzo lucia su buzo rosa, y Central su camiseta con el sponsor de Zanella y en la espalda la leyenda de 100 años, aunque en 1991 el Club tenía 102. Hacía un frío espantoso y el viento arrastraba los papelitos desde las despobladas tribunas hasta el campo de juego.
Aún está en la memoria del hincha el fenomenal viraje que River le dio al partido en los minutos finales con dos goles de Ramón Díaz, a los 39 y 45 del complemento, redondeando la vuelta soñada con la camiseta de sus amores, y redimiéndose en un penal fallado en el primer tiempo. River jugó esa noche con Comizzo; Basualdo, Higuaín, Rivarola –debutó en ese partido- y Gordillo; Toresani, Astrada, Berti y Borrelli; Medina Bello y Ramón Díaz. Entraron luego Zapata y Carlos Enrique. Por el Canalla actuaron jugadores como David Bisconti (autor de la apertura del score, con un zapatazo lejano), Cuffaro Russo, Cornaglia, Trivisono, Forletta y un joven Marcelo Delgado. Lo dirigía el legendario Ángel Tulio Zoff. Arbitró Ricardo Calabria.
Por ese entonces solo se entregaba el partido de los viernes, pero en la medida que el imperio se hizo mas poderoso, la oferta creció desmedidamente y se lo apoderó todo. Llegó el partido del sábado, luego el Clásico del Domingo, el soporífero partido del lunes, hasta llegar a nuestros días, en donde los fixtures ya no se sortean, donde los partidos no arrancan con el pitazo del árbitro sino con el ok del productor, donde los entretiempos duran 25 minutos para favorecer la tanda, donde los goles de la fecha permanecen cautivos en un cassette hasta el domingo por la noche, donde el millonario negocio de unos pocos, destruyó las finanzas de la gran mayoría de los clubes del país.
El tiempo dirá si en verdad esta semana se puso fin a una era controversial en la historia del Fútbol Argentino. Mucho mas fácil es identificar el comienzo de esa era. Aquella noche del 91, con el River de Passarella como protagonista, como lo sería durante toda la década del 90. La década de Menem y de Cavallo, la del uno a uno, la de los grandes negocios y los grandes saqueos. La década en donde el fútbol ya no explotó en las tribunas sino en las pantallas. La década en que la tele anunciaba que llegaba al fútbol para quedarse. Para siempre.
7 comentarios:
Ese partido de la vuelta de Ramón me resulta inolvidable, luego el torneo ganado por una diferencia enorme y con muy buen fútbol. El partido lo vi en la Brown media (ahora Sívori), hubo muy poca gente y un frío impresionante. No era común ir a la cancha un viernes a la noche, encima ninguno se se imaginaba las cosas a las que nos ibamos a tener que acostumbrar a partir de allí.
Saludos!
salut, intra la mine pe blog sa vezi ce jucator argentinian joaca in campionatul Moldovei!
mersi!!!!!!
grasias!
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En estos tiempos sigue siendo lo mismo...el futbol no es gratis lo pagamos nosotros cuando nos cobran impuestos...antes pagaba el q queria ahora pagamos todos para q el futbol sea "gratis"
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