.
Vaya en paz, Don Muñóz. Viaje a la par de los ángeles que le besaron los pies aquella mañana de mayo del 19 cuando abrió sus ojos al mundo. Vaya a fundirse en un abrazo con aquellos cuatro atorrantes con camiseta que lo aguardan en esa nube, Vaya a recordar bueyes perdidos junto a cuatro compinches con los que decoró enormes tardes de futbol con las guirnaldas de su talento impar. Vaya sin cuidado, querido Juan Carlos, aquí siempre existirá una memorioso que no permitirá la muerte de su gambeta, que peleará a destajó por desasnar al fanático desafortunado que no lo pudo admirar. Juan Carlos Muñoz, sepa que su nombre no morirá jamás. Lo aseguran las páginas de gloria que escribió siendo un engranaje indispensable de La Máquina, las sonrisas de placer que regaló con cada gol convertido o hecho hacer, las victorias que ayudó a forjar en una época romántica e irrepetible, la fidelidad que supimos respetar de 12 años vistiendo nuestro manto. Somos incapaces de hallar palabras que le hagan justicia a nuestro pesar. Como dijo alguna vez una bandera: Gracias por tanto, y perdón por tan poco.
1 comentario:
nuestros heroes pobre muños se tuvo que ir con este river triston
Publicar un comentario