viernes, 29 de mayo de 2009

ALBERTO BICA

River Plate 1983/1984 - 62 partidos - 6 goles - 0 títulos

Cuando Aragón Cabrera cruzó el charco para buscarlo, seguramente debe haber imaginado que estaba trayendo al heredero de Pedro Alexis González. No era para menos. Junto a Venancio Ramos, Victor Hugo Diogo, Mario Saralegui, Rubén Paz, Hugo De León, Juan Ramón Carrasco y hasta el mismo Enzo, formaba parte de una excelente camada de jugadores uruguayos surgida a mitad de los 70, y que había explotado en el Mundial Sub 20 de 1977, jugado en Túnez, donde Uruguay terminó en la cuarta colocación.
Después de un 1982 indolente, River necesitaba sacudirse con caras que revitalizaran el equipo y entusiasmaran a su público. Bica era uno de los responsables de la ilusión. Claro, la historia, un año mas tarde, se escribiría muy distinto a lo imaginado.
Bigote setentista a la Alberto Fernández, pancita oficinesca, pinta de veterinario, Alberto Viller Bica no aparentaba nada de lo que era. Nacido en Febrero del 58, había tenido muy buenas actuaciones con la camiseta de Nacional de Montevideo, Club en el que debutó en primera en 1975 y con quién ganó 3 Ligas Uruguayas, una Libertadores (sobre Gremio) y una Intercontinental (a Nottinghan Forrest). También se había estrenado precozmente con la celeste, tanto en el mencionado Sub 20 de Túnez, como con el elenco mayor, con quién jugó la Copa América de 1979.
Era un wing como los de antes, apegado a la raya derecha, veloz, hábil, con facilidad para el desborde y el centro. Esas virtudes lo unieron a River a comienzos del 83. Debutó en la cancha de Huracán frente a Chicago por el Nacional. Seguramente habría imaginado un paraíso pero se encontró con un club que era un campo minado en el peor año de su historia. Al poco tiempo el plantel se declaró en huelga por falta de pago y estuvo un mes sin jugar. En el cotejo siguiente a la solución del conflicto anotó el primero de sus seis goles con la banda roja en un partido frente a Newells. No lo pudo disfrutar mucho. Todo el estadio insultaba a los jugadores por conflictivos.
1984 fue distinto. La llegada al banco de un compatriota como Cubilla, mas el elevamiento de la categoría del plantel, hicieron de Bica una pieza importante en el equipo que peleó hasta el final en el Nacional. Se entendía bien con el paraguayo Villalba y Roque Alfaro. Los primeros seis meses de ese año fueron los mejores de su estadía en Núñez. Pero claro, Ferro barrió a River en la final del Nacional, y al tiempo se fue Cubilla. A su llegada, Veira prefirió darle mas protagonismo a sus compatriotas Enzo Francescoli y Daniel Teglia. El tiempo de Bica en River se había terminado. Su último juego fue una tarde de diluvio ante Independiente en el Monumental. River perdió 3-2.
Su carrera lo llevó a Colombia donde jugó en 1985 en Deportivo Cali. Volvió a Argentina para jugar en San Lorenzo de Almagro y luego en Unión de Santa Fe. Retornó a su país en el 88 para jugar en River y Racing de Montevideo. Ya era casi un ex jugador cuando viajó a Centroamérica para actuar dos meses en el Petrotela de Honduras… y jugó 8 años más allí, y en Costa Rica y El Salvador. Se retiró a los 40 años, siempre jugando por la banda derecha, como lo hizo toda su vida. Hoy se busca la vida en diferentes emprendimientos cerca y lejos del fútbol.

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