De River no hay que irse nunca, dijo Labruna, pero te vas querido Muñeco, y estas palabras salen a la luz atoradas por el nudo en la garganta que nos dejó tu anuncio. Te vas y entenderlo es difícil pero comprenderte no tanto. Te vas y da bronca que sea éste el momento y la circunstancia, y que tu despedida no sea la soñada, sino apenas decorosa.
Llegará ahora el momento de la nostalgia, Muñeco. Muy a menudo para apreciar una obra de arte hay que tomar un poco de distancia. Hoy, has dejado de protagonizar la historia para formar parte de ella, y de la eternidad no se vuelve. Ya no fallarás pases, no quedarás en off side, no volverás a lesionarte, ya no tirarás penales afuera, ni te harás expulsar. Saldrás de lo habitual, Muñeco, para meterte en el recuerdo en forma de poster, o de foto autografiada. Tal vez ahora, con la distancia que impondrá tu ausencia de la arena cotidiana, dejemos de solo verte, para por fin poder observarte.
Y como no conmovernos con tu adiós, Marcelo. Tal vez ya sabías tu futuro aquella tarde en la Boca cuando capitaneaste al equipo al círculo central de La Bombonera y te fundiste en un abrazo con Almeyda mientras saludabas a la tribuna. Nos faltará tu toque distinto, tu pegada sensible, tu pase medido a un claro que solo vos veías, tu liderazgo positivo, tus salidas de cadena, tu “molesta” costumbre de decir lo que pensabas, tu compromiso, tu amor por la camiseta.
Nos dejas, y es agria la sensación de reconocer que algo mal hicimos para que esto pase. Nos quedan cientos de imágenes tuyas para jugar en la mente a que el tiempo no ha pasado. Y como hombre de tantas tardes de River, permitinos el atrevimiento hacer un alto en la vorágine y recordarte con las medias bajas, el pelo cortito y esa pinta de ballboy de tus comienzos, dejanos volver a gritar aquellos tirolibrazos a Abbondanzieri o a ese chanfle memorable con el que dejaste colgado a Mondragón para toda la vida, en ese 1997 fantástico.
Pero por sobre todas las cosas, querido Muñeco Gallardo, autorizanos a imaginarnos ya un poco ancianos, contándole a nuestros nietos sentados en las rodillas, que hubo alguna vez en River Plate un jugador con tu nombre que fue por muchos años el embajador de nuestra escuela en el mundo, y que de la mano de un talento impar, nos llevó a vivir la gloria de tantas tardes inolvidables.
Llegará ahora el momento de la nostalgia, Muñeco. Muy a menudo para apreciar una obra de arte hay que tomar un poco de distancia. Hoy, has dejado de protagonizar la historia para formar parte de ella, y de la eternidad no se vuelve. Ya no fallarás pases, no quedarás en off side, no volverás a lesionarte, ya no tirarás penales afuera, ni te harás expulsar. Saldrás de lo habitual, Muñeco, para meterte en el recuerdo en forma de poster, o de foto autografiada. Tal vez ahora, con la distancia que impondrá tu ausencia de la arena cotidiana, dejemos de solo verte, para por fin poder observarte.
Y como no conmovernos con tu adiós, Marcelo. Tal vez ya sabías tu futuro aquella tarde en la Boca cuando capitaneaste al equipo al círculo central de La Bombonera y te fundiste en un abrazo con Almeyda mientras saludabas a la tribuna. Nos faltará tu toque distinto, tu pegada sensible, tu pase medido a un claro que solo vos veías, tu liderazgo positivo, tus salidas de cadena, tu “molesta” costumbre de decir lo que pensabas, tu compromiso, tu amor por la camiseta.
Nos dejas, y es agria la sensación de reconocer que algo mal hicimos para que esto pase. Nos quedan cientos de imágenes tuyas para jugar en la mente a que el tiempo no ha pasado. Y como hombre de tantas tardes de River, permitinos el atrevimiento hacer un alto en la vorágine y recordarte con las medias bajas, el pelo cortito y esa pinta de ballboy de tus comienzos, dejanos volver a gritar aquellos tirolibrazos a Abbondanzieri o a ese chanfle memorable con el que dejaste colgado a Mondragón para toda la vida, en ese 1997 fantástico.
Pero por sobre todas las cosas, querido Muñeco Gallardo, autorizanos a imaginarnos ya un poco ancianos, contándole a nuestros nietos sentados en las rodillas, que hubo alguna vez en River Plate un jugador con tu nombre que fue por muchos años el embajador de nuestra escuela en el mundo, y que de la mano de un talento impar, nos llevó a vivir la gloria de tantas tardes inolvidables.
8 comentarios:
Tengo sensaciones encontradas con el muñeco, por un lado el recuerdo imborrable de su primera etapa en river y por otro en todos los bardos que estuvo metido en sus dos vuetlas (arañazo y mordedura incluidas) sin olvidar lo que paso con Mostaza.
Supongo que esto ultimo hubiera quedado en segundo plano si su futbol se hubiera acercado algo a lo que nos habia regalado hace un tiempo, pero como jugo en cuentagotas solo mostro alguna que otra pincelada
Entraba a poner casi lo mismo que Centrojás. Todos los bardos que hubo en su 1er. regreso me borronean o desdibujan la gran imagen que me había dejado en sus comienzos.
Prefiero quedarme con el pibe talentoso y de buena pegada que recién asomaba, escondido detrás de monstruos como Francescoli y Astrada, antes que con el caudillo y líder (no tan positivo) de sus regresos. De todos modos, siempre agradecido por todo lo que hizo
Párrafo aparte para Cappa, que aclaró en su blog los motivos por que no lo puso el sábado, y se excusó: no aclares que oscurece man, sos el DT, no lo pusiste, es una decisión, ya está, que cada uno piense lo que quiere y bancátela, para eso estás a la cabeza del plantel de un club como River. O es que todavía no tomaste la real dimensión de eso? Me está empezando a hinchar las bolas Cappa...
Es muy rara la sensación de este adios en mi interior siento que es un alivio, que el Muñeco es un excelente jugador de fútbol pero que no es un líder positivo para el grupo me suena parecido a Tristelme del otro lado de la vereda . El tiempo lo dirá pero me parece que la decisión de irse basada en no tener la titularidad garantizada es una chicana o una excusa para irse porque nadie puede exigir o reclamar titularidad y menos en el River de hoy .
Yo si creo que es un lider positivo. Como Ortega o Almeyda. No creo que sea comparabla con Palermo y Riquelme. Me parece que si hay algo bueno de los planteles de River fue la ausencia casi total de puterio.Ocurre que todo se mezcla con lo mal que nos ha ido en los últimos años.
Todavía estamos muy mezclados con la actualidad y el día a día. Y justamente a lo que apunta el post es a todo lo contrario. Gallardo va a ser recordado como uno de los grandes jugadores de nuestra historia y no como otra cosa. Yo se que en los últimos años no rindió demasiado (¿quien lo hizo?), o que lo de Merlo fue un quilombo (Merlo se fue así de la mayoría de los clubes que dirigió), o que se le salía la cadena muy seguido con explusiones y demás. Ok. A mi no me importa mucho. Le debo el festejo de varios campeonatos y muchas tardes alegres de las que fue presente. Para mi eso basta.
Creo que con el tiempo será recordado como Salas, sus retornos no fueron buenos pero la brillantez de sus primeras etapas termina imponiendose en la memoria.
Una actuación memorable del Muñeco fue el partido contra el Vasco en Brasil en la Supercopa del `97.
Me pongo de pie!!
lo nombran al chileno y me pongo de pie.
Supercopa del 97, negro. En el Sao Januario. 2-0 y suspención. Metió un golazo de tiro libre y el otro fue de Salas en el complemento.
Pero para mi su mejor tarde fue la de los dos goles a Mondragón ese mismo año. Impresionante.
Un fenómeno el muñeco le tocó irse en un river en llamas lo echaron por la puerta de atrás como hizo pasarella con todos los ídolos ya ahí como jugador fue idolo más hoy con lo q hace e hizo como nuestro dt
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