El verano: Prueba fehaciente de que uno ve lo que quiere ver. Esos 45 minutos finales ante Boca en Mardel fundaron una ilusión que siempre se supo descabellada. Las piernas frescas de los juveniles hicieron estragos en la dureza veterana de un xeneize distraído en una interna feroz. Muchos se lo creyeron y pobre de ellos. 1 triunfo, 2 empates, 1 derrota. Originalidad aparte, no fue más que el sueño de una noche de verano.
La Copa: Disculpas por la ironía barata. Pero es un dato de esta cruda realidad que River Plate, luego de 16 semestres iniciales consecutivos, vea una Copa Libertadores por televisión. Lo peor de todo es que no se sabe cuando podrá pegar la vuelta.
El Clausura: Para los mas racionales, 30 puntos significaban una muy buena campaña. River logró 22. Mucho, si se tiene en cuenta el nivel general del equipo en el certamen. Las últimas jornadas trajeron consigo un nuevo empuje anímico, que permitió la recuperación del estilo y de las victorias necesarias. Antes de eso hubieron 14 fechas de terror en donde River careció de todo lo necesario para triunfar: Ataque, defensa, talento, temperamento, paciencia, creatividad, gol, suerte.
El mejor: Alexis Ferrero. Venció la desconfianza de muchos con una personalidad avasallante. No jugó para la tribuna y jamás se preocupó por disimular sus evidentes carencias técnicas. Sus bartoleadas causaron picazón a mas de uno, pero fue –sin dudas- lo mas regular del semestre y cerró el certamen (Cappa mediante) intentando amigarse con el complicado arte de llevar la pelota al pié. Mención especial para Paulo Ferrari y sus heroicas escaladas por la banda derecha.
El peor: Mauro Rosales, Gustavo Cabral, Nicolás Sánchez, para quienes pido exilio forzado en Martín García. La lista incluye a Oscar Ahumada y Matías Abelairas, pero ellos se salvan solo por ser de la casa.
La revelación: Roberto Pereyra y Facundo Affranchino. Parecidos y distintos a la vez. Zancadas largas, lindo manejo, peso en el área de enfrente, buena vuelta. El tucumano arranca y levanta a la gente, aunque todavía cae demasiado seguido en prolongados letargos. Affranchino es más anfibio, la lucha le sienta tanto como el juego, menos explosivo, pero mas inteligente y temperamental. Opciones interesantes para puestos donde el buen material no abunda.
Los históricos: Ortega, Gallardo y Almeyda llevaron la bandera en este drama. A su modo y con sus peculiaridades, los tres pusieron la jeta cuando escapar y vivir de la gloria era lo mas tentador. Ariel volvió a subir y bajar en el infierno de su caos personal. Separado del plantel, fue casi un ex jugador. Cappa le devolvió la alegría de jugar y reavivó destellos de su magia. Hoy está bien, pero eso puede realmente durar muy poco. El Muñeco quedó enredado en lesiones crónicas. Sin ritmo, sin fortaleza, y hasta sin ánimo, su despedida casi se veía venir. Será mejor así. Dolerá verlo con otros colores, pero es preferible una despedida digna y no un retiro forzado. Del Pelado hay poco para agregar. Su aporte en cuanto experiencia, capacidad, entrega y carácter es, simplemente, asombroso.
Los refuerzos: Rodrigo Rojas sorprendió en el verano con un fútbol prolijo y versátil. Astrada lo puso en tantas posiciones que lo mareó. Una lesión le restó juego, pero por lo mostrado, merece una nueva chance. Gustavo Canales confirmó y desmintió su capacidad durante todo el año con chambonadas a las que precedía con un toque talentoso, al que precedía con otra chambonada. Lento y de buen lomo, no se ayudó ni lo ayudaron. Ahora deberá lucharla desde atrás. Juan Manuel Díaz no se soltó jamás y lateral de River que no pasa al ataque, dura poco. Lo que en Estudiantes alcanzaba para el elogio, en River solo recaudó indiferencia.
Los técnicos: Astrada no se creyó el espejismo del verano, pero pronto comprobó que la mano venía mas fulera de lo que se pensaba. El punto de inflexión fue el superclásico. Hasta ese partido, River la peleó sangrando cada punto obtenido. Tras Boca, la partida de Leo era solo una cuestión de tiempo. Cappa llegó con su aura doctoral y su discurso inflamado de romanticismo. Logró otro ánimo y otra convicción, su River generó mas fútbol en esos partidos (salvo ante Tigre, obvio), que en las últimas 5 campañas. Pero aún es muy pronto como para tomarlo en serio.
El mejor partido: El 3-0 sobre Racing en Avellaneda está un escaloncito arriba del 2-1 a Vélez y el 2-1 a Godoy Cruz. Los únicos tres partidos del semestre en donde River intentó (y logró) reconciliarse con el estilo de su vieja escuela. Ah, y para ser buenos con Astrada, los segundos 45 en el bosque ante Gimnasia.
El peor partido: Hay una larga hilera de por lo menos 10 cotejos encabezados por el 0-2 ante Boca. Por la jerarquía del partido, por el contexto en el que se llegaba, y por la impresentable mansedumbre con la que el equipo se entregó a la adversidad.
Lo bueno: La bocanada de aire fresco que significó la llegada de Cappa, el retorno al fútbol de Buonanotte, la linda sensación de verlo bien a Ariel Ortega, la conmovedora entrega de Matías Almeyda
Lo feo: El lamentable accidente de Buonanotte en el que se mataron sus 3 amigos, el turbio e injusto despido de Astrada en aquel vestuario tucumano. El nudo en el estomago que provoca ver a River en zona de descenso. El adiós a la banda de una figura como Marcelo Gallardo.
La hinchada: La misma popularidad, las mismas tribunas a reventar, el mismo aliento fervoroso, el mismo aguante ante las pálidas, los mismos giles que insultaron a un ídolo como Astrada o pusieron banderas contra Gallardo. El respaldo de siempre para el peor plantel de nuestra historia.
La dirigencia: Tan personalista como siempre, Passarella ocupó estos meses en tapar y denunciar agujeros, y en la búsqueda desesperada de financistas que banquen la conformación de un cuadro decente. Echó a Astrada para traer a Cappa. Una movida jugada que demostrará o no su visión estratégica.
La pregunta inquietante: ¿Qué sensaciones esteremos experimentando todos los riverplatenses dentro de exactamente un año?.
La Copa: Disculpas por la ironía barata. Pero es un dato de esta cruda realidad que River Plate, luego de 16 semestres iniciales consecutivos, vea una Copa Libertadores por televisión. Lo peor de todo es que no se sabe cuando podrá pegar la vuelta.
El Clausura: Para los mas racionales, 30 puntos significaban una muy buena campaña. River logró 22. Mucho, si se tiene en cuenta el nivel general del equipo en el certamen. Las últimas jornadas trajeron consigo un nuevo empuje anímico, que permitió la recuperación del estilo y de las victorias necesarias. Antes de eso hubieron 14 fechas de terror en donde River careció de todo lo necesario para triunfar: Ataque, defensa, talento, temperamento, paciencia, creatividad, gol, suerte.
El mejor: Alexis Ferrero. Venció la desconfianza de muchos con una personalidad avasallante. No jugó para la tribuna y jamás se preocupó por disimular sus evidentes carencias técnicas. Sus bartoleadas causaron picazón a mas de uno, pero fue –sin dudas- lo mas regular del semestre y cerró el certamen (Cappa mediante) intentando amigarse con el complicado arte de llevar la pelota al pié. Mención especial para Paulo Ferrari y sus heroicas escaladas por la banda derecha.
El peor: Mauro Rosales, Gustavo Cabral, Nicolás Sánchez, para quienes pido exilio forzado en Martín García. La lista incluye a Oscar Ahumada y Matías Abelairas, pero ellos se salvan solo por ser de la casa.
La revelación: Roberto Pereyra y Facundo Affranchino. Parecidos y distintos a la vez. Zancadas largas, lindo manejo, peso en el área de enfrente, buena vuelta. El tucumano arranca y levanta a la gente, aunque todavía cae demasiado seguido en prolongados letargos. Affranchino es más anfibio, la lucha le sienta tanto como el juego, menos explosivo, pero mas inteligente y temperamental. Opciones interesantes para puestos donde el buen material no abunda.
Los históricos: Ortega, Gallardo y Almeyda llevaron la bandera en este drama. A su modo y con sus peculiaridades, los tres pusieron la jeta cuando escapar y vivir de la gloria era lo mas tentador. Ariel volvió a subir y bajar en el infierno de su caos personal. Separado del plantel, fue casi un ex jugador. Cappa le devolvió la alegría de jugar y reavivó destellos de su magia. Hoy está bien, pero eso puede realmente durar muy poco. El Muñeco quedó enredado en lesiones crónicas. Sin ritmo, sin fortaleza, y hasta sin ánimo, su despedida casi se veía venir. Será mejor así. Dolerá verlo con otros colores, pero es preferible una despedida digna y no un retiro forzado. Del Pelado hay poco para agregar. Su aporte en cuanto experiencia, capacidad, entrega y carácter es, simplemente, asombroso.
Los refuerzos: Rodrigo Rojas sorprendió en el verano con un fútbol prolijo y versátil. Astrada lo puso en tantas posiciones que lo mareó. Una lesión le restó juego, pero por lo mostrado, merece una nueva chance. Gustavo Canales confirmó y desmintió su capacidad durante todo el año con chambonadas a las que precedía con un toque talentoso, al que precedía con otra chambonada. Lento y de buen lomo, no se ayudó ni lo ayudaron. Ahora deberá lucharla desde atrás. Juan Manuel Díaz no se soltó jamás y lateral de River que no pasa al ataque, dura poco. Lo que en Estudiantes alcanzaba para el elogio, en River solo recaudó indiferencia.
Los técnicos: Astrada no se creyó el espejismo del verano, pero pronto comprobó que la mano venía mas fulera de lo que se pensaba. El punto de inflexión fue el superclásico. Hasta ese partido, River la peleó sangrando cada punto obtenido. Tras Boca, la partida de Leo era solo una cuestión de tiempo. Cappa llegó con su aura doctoral y su discurso inflamado de romanticismo. Logró otro ánimo y otra convicción, su River generó mas fútbol en esos partidos (salvo ante Tigre, obvio), que en las últimas 5 campañas. Pero aún es muy pronto como para tomarlo en serio.
El mejor partido: El 3-0 sobre Racing en Avellaneda está un escaloncito arriba del 2-1 a Vélez y el 2-1 a Godoy Cruz. Los únicos tres partidos del semestre en donde River intentó (y logró) reconciliarse con el estilo de su vieja escuela. Ah, y para ser buenos con Astrada, los segundos 45 en el bosque ante Gimnasia.
El peor partido: Hay una larga hilera de por lo menos 10 cotejos encabezados por el 0-2 ante Boca. Por la jerarquía del partido, por el contexto en el que se llegaba, y por la impresentable mansedumbre con la que el equipo se entregó a la adversidad.
Lo bueno: La bocanada de aire fresco que significó la llegada de Cappa, el retorno al fútbol de Buonanotte, la linda sensación de verlo bien a Ariel Ortega, la conmovedora entrega de Matías Almeyda
Lo feo: El lamentable accidente de Buonanotte en el que se mataron sus 3 amigos, el turbio e injusto despido de Astrada en aquel vestuario tucumano. El nudo en el estomago que provoca ver a River en zona de descenso. El adiós a la banda de una figura como Marcelo Gallardo.
La hinchada: La misma popularidad, las mismas tribunas a reventar, el mismo aliento fervoroso, el mismo aguante ante las pálidas, los mismos giles que insultaron a un ídolo como Astrada o pusieron banderas contra Gallardo. El respaldo de siempre para el peor plantel de nuestra historia.
La dirigencia: Tan personalista como siempre, Passarella ocupó estos meses en tapar y denunciar agujeros, y en la búsqueda desesperada de financistas que banquen la conformación de un cuadro decente. Echó a Astrada para traer a Cappa. Una movida jugada que demostrará o no su visión estratégica.
La pregunta inquietante: ¿Qué sensaciones esteremos experimentando todos los riverplatenses dentro de exactamente un año?.
6 comentarios:
Excelente análisis y resumen del semestre.
Si me preguntás cual es la sensación que tengo ahora, al ver como arranca la tabla de promedios la prox. temporada, es una: miedo.
El mensaje que baja tanto desde Passarella como Cappa lo veo bastante alejado de la realidad y me genera incertidumbre. Se está hablando de armar un River para pelear el campeonato, cuando la realidad es que hay que afrontar la pelea por no descender.
Para ponerse a la altura de Estudiantes, Velez, Argentinos, Banfield (los que pelean ultimamente) hay que hacer una inversión y un trabajo de plantel que no se logra en un par de meses. Lo lógico para la temporada que viene sería armarse de acuerdo a la coyuntura, lograr sacar la cabeza del pozo y luego sí, mas tranquilos en la siguiente apuntar mas alto. Por eso me preocupa la idea y discurso actual que comparten la dirigencia y el DT.
Espero equivocarme, y que en diciembre o en junio de 2011 estemos festejando, o quizá entrando en alguna Copa, pero lo veo muy dudoso
Mas que una sensacion yo estoy preocupado, muy.
Nunca creia que ibamos a llegar a esto, daba por descontado que nos ibamos a recuperar y eso nunca llego, cuando parecia que podiamos como fueron estos ultimos partidos nos comimos 5
Mientras siga gran parte de este plantel, no traigan los jugadores con al jerarquia necesaria, y el andar del torneo nos vaya dando un coclhon de puntos no cambiara, como sera que estoy mirando lospartidos de la promo y calculando quien es mejor que pase para nuestras aspiraciones
Mas que una sensacion yo estoy preocupado, muy.
Nunca creia que ibamos a llegar a esto, daba por descontado que nos ibamos a recuperar y eso nunca llego, cuando parecia que podiamos como fueron estos ultimos partidos nos comimos 5
Mientras siga gran parte de este plantel, no traigan los jugadores con al jerarquia necesaria, y el andar del torneo nos vaya dando un coclhon de puntos no cambiara, como sera que estoy mirando lospartidos de la promo y calculando quien es mejor que pase para nuestras aspiraciones
Muy buen posteo!
¿La sensación del año que viene?
espero que sea esperanzado por pelear el torneo. Pero con el pesimísmo que tengo hasta me conformo con que sea la misma que ahora, con preocupación por el tema del descenso.
Que buen resumen Adrian ...
Nunca pensamos que íbamos a estar calculadora en mano sumando punto + punto y deseando que suban del Nacional B AllBoys y Rafaela para eiminar a 2 competidores directos con Centrl y Gimnasia .arriba en la general . Pero hay que tener esperanza y ser optimistas para armar un equipo mas compatitivo sin grandes figuras rutilantes pero con experiencia necesaria para afrontar lo que se venga .Esperemos en 6 meses hablar dentro de los 5 primero de la tabla .
Yo no estoy tan seguro que nos convienen que suban all boys y rafaela
me parece que necesitamos equipos que dividan igual que nosotros, Olimpo siempre que subio se mantuvo un par de años en primera y nunca falta que uno de los nuevos hagan buena campaña (el caso tigre es el ejemplo mas reciente y contundente)
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