El Beto Menéndez debutó en River y enseguida enamoró. Apareció una tarde de 1954 en La Bombonera reemplazando de apuro a Ángel Labruna, quién había sufrido horas antes la muerte de su padre. Tenía apenas 17 años, pero su desparpajo para enfrentar a puro toque y gambeta a consabidos leñadores como Colman, Lombardo o Pescia, cautivó de inmediato a quienes asistieron a ese superclásico ganado por 1-0 con gol de Eliseo Prado.
De todas formas, su exquisita técnica, su gran pegada y su repentización para la finta, no eran del todo extrañas para los que ya espiaban desde las inferiores a ese morocho menudito que provocaba hecatombes en las defensas contrarias junto a su compadre Enrique Omar Sívori.
No pudo afirmarse en primera hasta 1956. Figuras pesadas como Vernazza, Prado, Sívori, Labruna, Gómez, Loustau solo le dejaban lugar para jugar intermitentemente y mostrarse como una alternativa lujosa para la conducción del equipo.
Pero el 1957, Sívori fue vendido a Italia y Menéndez tomó la batuta de una orquesta que entraría en su último año de magnifico funcionamiento. A los 20 años ya mostraba en cancha lo que sería el signo distintivo de su juego: La simpleza, y una personalidad arrolladora para no dejarse amedrentar. Era locuaz, despierto, venenoso, y genial. Jugó en River hasta el 60. Ganó 3 títulos. Fue bandera.
Pocos hubieran imaginado en ese entonces que el Beto terminaría siendo un referente de la vereda de enfrente. Ocurrió que ese espíritu reo y polémico, y el advenimiento de la ola extranjera del fútbol espectáculo le quitaron la chapa de titular indiscutido. Pasó a Huracán en una sospechosa movida, que varios explican como una cortina de humo para tapar la verdadera intención de su salida del Millonario. Irse a Boca, cosa que finalmente ocurrió en 1962.
Menéndez era tan completo que su estilo resistía cualquier paladar. Jugaba bien los clásicos (5 goles en River, 2 en Boca), y si en Núñez lo celebraron por su calidad, en La Ribera lo idolatrarían por su personalidad ganadora. Allí obtendría otros 3 campeonatos y sería el cabecilla de la guerra de nervios que los jugadores xeneizes librarían contra Carrizo en cada Superclásico. Le hicieron la vida imposible y en eso, el Beto, también era el mejor. Una tarde Amadeo lo embocó sin mediar palabra, pero no logró el escarmiento.
Fue hombre de Selección en Copas del Mundo. Ganó respeto y admiración, y es un exponente indiscutido de nuestro mejor fútbol. Cuando su estrella comenzaba a apagarse jugó un tiempito en Colón de Santa Fe y Defensor Sporting de Uruguay. Volvió a River en el 74 para ser ayudante de campo de Sívori en el Nacional de esa temporada. 20 años mas tarde –un 26 de Mayo de 1994- murió en Buenos Aires. Tenía 57 años.
"...RIVER PLATE, TU GRATO NOMBRE. DERROTADO O VENCEDOR. MIENTRAS VIVA TU BANDERA, LA IZAREMOS CON HONOR..."
martes, 30 de junio de 2009
NORBERTO MENÉNDEZ
River Plate 1954/1960 - 119 partidos - 57 goles - 3 títulos.
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2 comentarios:
Falleció con poca edad. Su nombre siempre recordaré en River Plate. Vivió una gran etapa en el equipo bonaerense. Un abrazo.
Su paso por Boca, y fundamentalmente sus actitudes de mierda con Amadeo, sumándose a Rojitas, Valentim y otros canallas enturbia su recuerdo como riverplatense.
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