Torneo Apertura 1997 - 18º fecha - 14/12/97
Ocurrió a los 5 minutos del partido. Fue luego de un centro chanfleado de Santiago Solari desde la banda izquierda. Enzo, plantado en el punto penal, se elevó solo, como un bailarín clásico ejecutando su rutina, golpeó el esférico con el parietal derecho y la pelota fue a la red de la Figueroa Alcorta, bajita y lejana de las manos de Leo Díaz. Ultimo gol, último estallido, último “¡uruguayo, uruguayo!”.
Habían pasado 14 años de su primer tanto con la casaca de River, una noche en Caballito ante Ferro. Ninguno de los 50.000 presentes en el Monumental esa tarde nublada de diciembre sabía lo que acababa de ocurrir. Habían presenciado un momento histórico. El gol número 133 de Francescoli con la banda roja. El último de su memorable carrera.
Enzo venía roto en lo físico y el anuncio de su retiro era un secreto a voces. Ese Apertura de 1997 casi no lo jugó. Entre un molesto desgarro, ocurrido en un partido ante Newell’s y el objetivo de lograr la Supercopa, Francescoli cuidaba sus minutos en cancha como si fueran los últimos. Y en efecto lo eran.
Pero ese partido ante Colón de Santa Fe fue mucho mas que el escenario del último tanto de Enzo. Fue, tal vez, el partido bisagra para lograr el famoso tri campeonato de la era Ramón Díaz. Era la anteúltima fecha, River tenía tres puntos de ventaja sobre Boca, que a la misma hora visitaba a Gimnasia y Tiro en Salta. Dicen que Colón jugó incentivado hasta las muelas. Cristian Castillo no hizo mucho para disimularlo, festejando el tanto del empate que enmudeció el estadio, golpeando su puño contra la palma de su mano, en el universal gesto de “poniendo estaba la gansa”.
Tres días mas tarde, River jugaba la revancha de la final de la Supercopa ante San Pablo de Brasil. Por eso, Ramón puso varios reservas para el choque ante el Sabalero. Bonano; Hernán Díaz, Ayala, Berizzo y Sorín; Monserrat, Gancedo, Escudero y Solari; Francescoli y Cardetti salieron a la cancha. Burgos, Gallardo, Astrada, Berti y Salas, afuera. Colón llegó a Núñez con Orlando Medina como DT interino. Tenían un equipo interesante con Leo Díaz, el negro Ibarra, Diego Castaño Suarez, Raúl Gordillo, Cristian Castillo y el uruguayo Marcelo Saralegui. Ese mismo equipo había cacheteado fiero a River unos meses antes en el Cementerio, con un lapidario 5-1.
Y ocurrió algo digno de una historia de cine. Ya por los 30 del complemento y con los juegos (en Núñez y Salta) empatados. Boca logra el 1-0 ante con un tanto de Pablo Islas, poniéndose a un punto de River a falta de una fecha. Pero 30 segundo mas tarde, el destino, la suerte y la razón le regalan un guiño a la banda. Con 10 jugadores por la expulsión de Gancedo, El Matador Salas pescó un rebote en el área chica luego de un remate de Berizzo y decretó el 2-1 final. Corrió por el estadio una electricidad que aun hoy se recuerda.
Salas había suplantado a un ovacionado Enzo Francescoli que pisaba por anteúltima vez el Monumental. 3 días mas tarde levantaría la Supercopa, y al domingo siguiente, alzaría el trofeo del Apertura 1997. Se retiraba como solo se retiran los grandes. Con copas en la mano.
Habían pasado 14 años de su primer tanto con la casaca de River, una noche en Caballito ante Ferro. Ninguno de los 50.000 presentes en el Monumental esa tarde nublada de diciembre sabía lo que acababa de ocurrir. Habían presenciado un momento histórico. El gol número 133 de Francescoli con la banda roja. El último de su memorable carrera.
Enzo venía roto en lo físico y el anuncio de su retiro era un secreto a voces. Ese Apertura de 1997 casi no lo jugó. Entre un molesto desgarro, ocurrido en un partido ante Newell’s y el objetivo de lograr la Supercopa, Francescoli cuidaba sus minutos en cancha como si fueran los últimos. Y en efecto lo eran.
Pero ese partido ante Colón de Santa Fe fue mucho mas que el escenario del último tanto de Enzo. Fue, tal vez, el partido bisagra para lograr el famoso tri campeonato de la era Ramón Díaz. Era la anteúltima fecha, River tenía tres puntos de ventaja sobre Boca, que a la misma hora visitaba a Gimnasia y Tiro en Salta. Dicen que Colón jugó incentivado hasta las muelas. Cristian Castillo no hizo mucho para disimularlo, festejando el tanto del empate que enmudeció el estadio, golpeando su puño contra la palma de su mano, en el universal gesto de “poniendo estaba la gansa”.
Tres días mas tarde, River jugaba la revancha de la final de la Supercopa ante San Pablo de Brasil. Por eso, Ramón puso varios reservas para el choque ante el Sabalero. Bonano; Hernán Díaz, Ayala, Berizzo y Sorín; Monserrat, Gancedo, Escudero y Solari; Francescoli y Cardetti salieron a la cancha. Burgos, Gallardo, Astrada, Berti y Salas, afuera. Colón llegó a Núñez con Orlando Medina como DT interino. Tenían un equipo interesante con Leo Díaz, el negro Ibarra, Diego Castaño Suarez, Raúl Gordillo, Cristian Castillo y el uruguayo Marcelo Saralegui. Ese mismo equipo había cacheteado fiero a River unos meses antes en el Cementerio, con un lapidario 5-1.
Y ocurrió algo digno de una historia de cine. Ya por los 30 del complemento y con los juegos (en Núñez y Salta) empatados. Boca logra el 1-0 ante con un tanto de Pablo Islas, poniéndose a un punto de River a falta de una fecha. Pero 30 segundo mas tarde, el destino, la suerte y la razón le regalan un guiño a la banda. Con 10 jugadores por la expulsión de Gancedo, El Matador Salas pescó un rebote en el área chica luego de un remate de Berizzo y decretó el 2-1 final. Corrió por el estadio una electricidad que aun hoy se recuerda.
Salas había suplantado a un ovacionado Enzo Francescoli que pisaba por anteúltima vez el Monumental. 3 días mas tarde levantaría la Supercopa, y al domingo siguiente, alzaría el trofeo del Apertura 1997. Se retiraba como solo se retiran los grandes. Con copas en la mano.
5 comentarios:
Francescoli ha sido uno de mis jugadores preferidos. ES uno de los pocos que me ha provocado para sentarme a ver un partido sólo por verle jugar. Un abrazo.
Gracias por traer a la memoria ese día increible. El Enzo se retiró como fue, a lo grande!
Salud por Francescoli y por River Plate.
Gracias como siempre por los recuerdos!
Nosotros abrimos una nueva entrada
en nuestro blog "La Ogromanía y la espectacularización"
Un abrazo riverplatense
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