Seguro que todos los homenajes que se le realicen al gran Amadeo Carrizo no alcanzarán para agradecer todo lo que este señor le brindó a River Plate durante toda su vida.
Igual es bueno acordarse de los proceres en vida. Y que mejor que mimar a uno de los mas grandes arqueros de toda la historia con el bautismo de una de las plateas del Monumental con su nombre.
Amadeo Carrizo fue un rompedor de reglas. Se reía de ellas y las amasaba a su gusto y conveniencia. Inventó el estilo que hoy utilizan todos los arqueros del mundo. No solo fue grande. También fué el primero.
Y tan grande como su categoría de guardavallas, fue la fidelidad y el amor por los colores de nuestro club. 21 años en primera lo prueban feacientemente. Es justicia entonces que el lugar de sus grandes hazañas, lleve impreso en el mármol un nombre que enalteció la gran escuela de fútbol millonaria.
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