Tal vez se han preguntado muchas veces porque Ángel Labruna no jugó un par de partidos más con tal de convertir un gol que lo deje en la cima de los artilleros históricos del fútbol del país. La respuesta podría encontrarse en que al lado de lo que ganó Labruna en River, ese es un detalle menor, o que en ese momento no se conocía la estadística detalladamente, o que simplemente eso no le importó demasiado.
Lo cierto es que hasta hace algunos días, Ángel Amadeo Labruna tenía 292 goles oficiales en primera división, uno menos que el Paraguayo Arsenio Erico. Pero la gente que trabaja en la CIHF (Centro de Investigación de la Historia del Fútbol) constato que la estadística de los goles de Labruna tenía una pequeña falla, y por ende un gol menos de los que en realidad había convertido.
El 26 de octubre de 1941 River Plate definía ante Estudiantes de La Plata su chance de ser campeón del año. Ganaba 1- 0 cuando Ángel Labruna conectó un cabezazo que se transformó en la segunda conquista. El juez de ese partido, el señor Amoroso, convalido el gol pero se lo otorgó al defensor Eduardo Rodríguez en contra de su valla, al advertir un desvío previo a que la pelota ingrese en el arco.
Los estudiosos de la Federación, entre los que se encuentran periodistas de renombre como Fabbri o Bertolotto, recopilaron pruebas e imágenes (hay una foto en el preciso instante del cabezazo goleador) y determinaron la validez del reclamo.
Asi de esta forma, a 50 años de su último gol, Labruna volvió a anotarse en las redes del país. Y 67 años mas tarde de aquel partido ante Estudiantes, Labruna llegó a su gol 293. El que lo pone al lado de Erico, en la cima de la tabla de artilleros de nuestro fútbol.
Lo cierto es que hasta hace algunos días, Ángel Amadeo Labruna tenía 292 goles oficiales en primera división, uno menos que el Paraguayo Arsenio Erico. Pero la gente que trabaja en la CIHF (Centro de Investigación de la Historia del Fútbol) constato que la estadística de los goles de Labruna tenía una pequeña falla, y por ende un gol menos de los que en realidad había convertido.
El 26 de octubre de 1941 River Plate definía ante Estudiantes de La Plata su chance de ser campeón del año. Ganaba 1- 0 cuando Ángel Labruna conectó un cabezazo que se transformó en la segunda conquista. El juez de ese partido, el señor Amoroso, convalido el gol pero se lo otorgó al defensor Eduardo Rodríguez en contra de su valla, al advertir un desvío previo a que la pelota ingrese en el arco.
Los estudiosos de la Federación, entre los que se encuentran periodistas de renombre como Fabbri o Bertolotto, recopilaron pruebas e imágenes (hay una foto en el preciso instante del cabezazo goleador) y determinaron la validez del reclamo.
Asi de esta forma, a 50 años de su último gol, Labruna volvió a anotarse en las redes del país. Y 67 años mas tarde de aquel partido ante Estudiantes, Labruna llegó a su gol 293. El que lo pone al lado de Erico, en la cima de la tabla de artilleros de nuestro fútbol.
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