miércoles, 2 de mayo de 2012

HISTORIA DE UN PASE COMPLIDADO


-“Cuanto quiere por él, Mateo”.
-“Y, mire Don Rafael, el chico está cotizado, lo quieren Peñarol, Nacional y de afuera también. Nosotros necesitamos el dinero pero no vamos a regalar el patrimonio. Yo no puedo hablar de cifras todavía, pero vaya pensando en 600.000 dólares”.
-“Mire, yo creo que tenemos que poner voluntad de ambas partes. River le ofrece 100.000 más los pases de dos chicos jóvenes: Claudio Cabrera y Omar Alegre”.
-“No Rafael, si le digo eso a mis pares me matan… nosotros vamos a evaluar lo de los jugadores, pero en cuanto al dinero, va a tener que subir la cantidad. Y mucho”.
   El diálogo trascripto ocurrió en Montevideo el 18 de febrero de 1983 y tuvo como protagonistas a Mateo Giri, Presidente de Wanderers de Uruguay y Rafael Aragón Cabrera, mandamás de River Plate. Fue el primer contacto formal entre ambas instituciones por la venta de Enzo Francescoli. El Príncipe debutaría con la banda roja recién el 24 de abril de ese año. En el medio hubo 65 días de arduas negociaciones que pusieron a esta transacción a la altura de las más complejas en la historia millonaria.
   La llegada de Enzo a River comenzó a gestarse en el verano de 1982, en el restaurante Forte di Makale en Punta del Este. Ernesto Hosmani, integrante del Consejo de Fútbol, estaba allí con el propósito de convencer a Norberto Alonso de su decisión irrevocable de dejar River por su pelea con Alfredo Di Stéfano. Comía cuando escuchó por primera vez ese apellido extraño. “Andate a verlo. Juega en Wanderers, es un crack”. Hosmani fue y se volvió loco, por el talento del flaquito y por saber vía allegados del origen decente de una familia bien constituida como la de los Francescoli. Le taladró la cabeza durante largas semanas a un Aragón que no quería saber nada de gastos exorbitantes en momentos donde medio plantel estaba en pié de guerra, pero acabaría instalando la idea de que tarde o temprano, la banda iría por él.
   Un año más tarde, después de varias reuniones en ambas riberas, los números mas o menos se habían acordado. Serían 310.000 dólares limpios para Wanderers más el 20% de la diferencia entre el precio de compra y el de venta en una futura transferencia. Había un solo problema: River andaba corto de efectivo. Propuso entonces pagar 50.000 en el acto y el resto en dos cuotas (agosto del 83 y marzo del 84) avaladas por el Banco de Nápoles con el dinero de la venta de Ramón Díaz. Ya Francescoli había viajado a Buenos Aires para arreglar los términos de su contrato a la espera de la aprobación del pase en asamblea de socios. Era, aparentemente, una formalidad.
   Pero los socios bohemios pusieron el grito en el cielo. El incumplimiento de pago por la venta de Ariel Krasowsky a Boca años antes los hacía sospechar. Enzo observó expectante como las dos horas de deliberaciones en la cancha de paleta del club concluyeron con una votación (88 a 65) que denegó la venta, al menos hasta que se cambien las condiciones de pago y se revise la cláusula del 20% de la futura venta. “No hay problema por eso” bramó Aragón Cabrera al día siguiente. “River no lo compra para venderlo”, al tiempo en que se comprometió a cancelar el pago antes del cierre de 1983. Hubo así una segunda asamblea que terminó aprobando el nuevo precontrato. “Ha sido la negociación mas complicada de mi vida dirigencial. Parecía que la gente de Wanderers quería quedarse con la plata y con el jugador”, exclamó Aragón cuando le dieron la buena nueva. Pero las trabas no habían concluido. Cuando todo estaba dispuesto para la firma del contrato, sobrevino la caída de los avales del Banco de Nápoles. Fue el momento de la aparición del héroe inesperado de esta novela.
   Francisco Ríos Seoane (el ex Presidente de Deportivo Español, un oscuro personaje sobre el que pesan varias acusaciones de estafas, defraudación, administración fraudulenta, calumnias, injurias, lesiones y hasta un homicidio), era amigo de Aragón Cabrera por contactos comerciales y por afinidades de  colectividad. Llegó un día a las oficinas de Rafael y lo vio apesadumbrado por la baja del Banco de Nápoles. “Deja que yo te lo soluciono”. Discó varios números de teléfonos, habló con un par de directivos de las altas esferas del Banco de Santander de Montevideo, y en dos horas consiguió los avales. Muchos dicen que lo que en realidad pretendía el supergallego no era destrabar la negociación, sino saltar a los primeros planos del fútbol argentino, y que necesitaba un certero golpe de efecto. Como sea, ambas cosas sucedieron.
   El 21 de abril de 1983, dos meses y cinco días después de haber comenzado las tratativas, Enzo Francescoli ponía al fin la rúbrica en el contrato que lo ligaba a River Plate. Todavía tendrían que pasar varios meses grises hasta que la historia de amor interminable comience a tomar forma.

7 comentarios:

Ezequiel dijo...

Gran post Dalmassito. ¿Aragón Cabrera era español como Rios Seoane?

roberto dijo...

Excelente post. Aragon Cabrera era gallego como Rios Seoane tenia negocios hoteleros creo q la cadena Crillon si no me equivoc y una nempresa de construccion. Llevo un poco de maldad a River q con Kent al lado de Armando era carne de cañon. el pase de Enzo fue su gran acierto ultimo acierto , a fin de ese año perdio con su ex delfin Santilli las elecciones . despues de 9 años de presidente. Gracias a el convencieron a Labruna de volver en el 75 , lastima q despues le claco un pulak en la espalda en el 81, y con Alonso y Fillol se vivian peleando por los benditos contratos.

Centrojas dijo...

Todavia recuerdo leer en el Cronica y/o razon (la 5ta) que traia mi viejo los pormenores del pase de Enzo, fue una novela interminable con un final superfeliz para nosotros.

Como añoro aquellos años que el grito de U-ru-guayo
U-ru-guayo, U-ru-guayo, nos salia desde el fondo de los huevos en forma de agradecimiento

tony del bajo dijo...

¿El Gallego Ríos (o sus testaferros)tenía la concesión de la Confitería por aquellos años?.

sergio dijo...

Todo un personaje Rios Seoane, fué aquel que prometió un palito verde para los campeones del mundo de México 86.
Fillol contaba hace un par de años en un libro de anécdotas, que cuando falleció Aragon fué a su velorio, y los familiares quedaron asombrados, a tal punto de agradecerle muchísimo el gesto,pese a las eternas peleas que habian tenido.

Ezequiel dijo...

Gracias Roberto, ¿era gallego de Galicia o español? En el libro de Di Stéfano decía que era de Málaga.

¿Qué fue de Ríos Seoane? Está preso?

dalmassito dijo...

Preso????.. Rios Seoane preso????.... jajaja... es un buen chiste ese Ezequiel....

Salvo alguna última noticia que no me enteré, yo tengo entendido Rios Seoane está en un geriátrico de la zona de Almagro. Fue a parar alla aparentemente aduciendo problemas psiquiatricos. Pero quienes pudieron verlo afirmarían que sería otra treta del supergallego para evitar la carcel que le correspondería por ser autor intelectual del asesinato de un ex dirigente de Español.

Dicen que hasta ha viajado a Galicia (es nacido en Ordes) a seguir el andar de sus empresas.

Esto que te cuento lo leí hace tiempo, ahora desconozco su realidad....