-“Cuanto
quiere por él, Mateo”.
-“Y,
mire Don Rafael, el chico está cotizado, lo quieren Peñarol, Nacional y de
afuera también. Nosotros necesitamos el dinero pero no vamos a regalar el
patrimonio. Yo no puedo hablar de cifras todavía, pero vaya pensando en 600.000
dólares”.
-“Mire,
yo creo que tenemos que poner voluntad de ambas partes. River le ofrece 100.000
más los pases de dos chicos jóvenes: Claudio Cabrera y Omar Alegre”.
-“No
Rafael, si le digo eso a mis pares me matan… nosotros vamos a evaluar lo de los
jugadores, pero en cuanto al dinero, va a tener que subir la cantidad. Y
mucho”.
El diálogo trascripto ocurrió en Montevideo
el 18 de febrero de 1983 y tuvo como protagonistas a Mateo Giri, Presidente de
Wanderers de Uruguay y Rafael Aragón Cabrera, mandamás de River Plate. Fue el
primer contacto formal entre ambas instituciones por la venta de Enzo
Francescoli. El Príncipe debutaría con la banda roja recién el 24 de abril de
ese año. En el medio hubo 65 días de arduas negociaciones que pusieron a esta
transacción a la altura de las más complejas en la historia millonaria.
La llegada de Enzo a River comenzó a
gestarse en el verano de 1982, en el restaurante Forte di Makale en Punta del
Este. Ernesto Hosmani, integrante del Consejo de Fútbol, estaba allí con el
propósito de convencer a Norberto Alonso de su decisión irrevocable de dejar
River por su pelea con Alfredo Di Stéfano. Comía cuando escuchó por primera vez
ese apellido extraño. “Andate a verlo. Juega en Wanderers, es un crack”.
Hosmani fue y se volvió loco, por el talento del flaquito y por saber vía allegados del
origen decente de una familia bien constituida como la de los Francescoli. Le
taladró la cabeza durante largas semanas a un Aragón que no quería saber nada
de gastos exorbitantes en momentos donde medio plantel estaba en pié de guerra,
pero acabaría instalando la idea de que tarde o temprano, la banda iría por él.
Un año más tarde, después de varias
reuniones en ambas riberas, los números mas o menos se habían acordado. Serían
310.000 dólares limpios para Wanderers más el 20% de la diferencia entre el
precio de compra y el de venta en una futura transferencia. Había un solo
problema: River andaba corto de efectivo. Propuso entonces pagar 50.000 en el
acto y el resto en dos cuotas (agosto del 83 y marzo del 84) avaladas por el
Banco de Nápoles con el dinero de la venta de Ramón Díaz. Ya Francescoli había
viajado a Buenos Aires para arreglar los términos de su contrato a la espera de
la aprobación del pase en asamblea de socios. Era, aparentemente, una
formalidad.
Pero los socios bohemios pusieron el grito
en el cielo. El incumplimiento de pago por la venta de Ariel Krasowsky a Boca años
antes los hacía sospechar. Enzo observó expectante como las dos horas de
deliberaciones en la cancha de paleta del club concluyeron con una votación (88 a 65) que denegó la venta, al
menos hasta que se cambien las condiciones de pago y se revise la cláusula del
20% de la futura venta. “No hay problema por eso” bramó Aragón Cabrera al día
siguiente. “River no lo compra para venderlo”, al tiempo en que se comprometió
a cancelar el pago antes del cierre de 1983. Hubo así una segunda asamblea que
terminó aprobando el nuevo precontrato. “Ha sido la negociación mas complicada
de mi vida dirigencial. Parecía que la gente de Wanderers quería quedarse con
la plata y con el jugador”, exclamó Aragón cuando le dieron la buena nueva.
Pero las trabas no habían concluido. Cuando todo estaba dispuesto para la firma
del contrato, sobrevino la caída de los avales del Banco de Nápoles. Fue el
momento de la aparición del héroe inesperado de esta novela.
Francisco Ríos Seoane (el ex Presidente de
Deportivo Español, un oscuro personaje sobre el que pesan varias acusaciones de
estafas, defraudación, administración fraudulenta, calumnias, injurias,
lesiones y hasta un homicidio), era
amigo de Aragón Cabrera por contactos comerciales y por afinidades de colectividad. Llegó un día a las oficinas de
Rafael y lo vio apesadumbrado por la baja del Banco de Nápoles. “Deja que yo te
lo soluciono”. Discó varios números de teléfonos, habló con un par de directivos de las
altas esferas del Banco de Santander de Montevideo, y en dos horas consiguió
los avales. Muchos dicen que lo que en realidad pretendía el supergallego no
era destrabar la negociación, sino saltar a los primeros planos del fútbol
argentino, y que necesitaba un certero golpe de efecto. Como sea, ambas cosas
sucedieron.
El 21 de abril de 1983, dos meses y cinco
días después de haber comenzado las tratativas, Enzo Francescoli ponía al fin la
rúbrica en el contrato que lo ligaba a River Plate. Todavía tendrían que pasar
varios meses grises hasta que la historia de amor interminable comience a tomar
forma.
7 comentarios:
Gran post Dalmassito. ¿Aragón Cabrera era español como Rios Seoane?
Excelente post. Aragon Cabrera era gallego como Rios Seoane tenia negocios hoteleros creo q la cadena Crillon si no me equivoc y una nempresa de construccion. Llevo un poco de maldad a River q con Kent al lado de Armando era carne de cañon. el pase de Enzo fue su gran acierto ultimo acierto , a fin de ese año perdio con su ex delfin Santilli las elecciones . despues de 9 años de presidente. Gracias a el convencieron a Labruna de volver en el 75 , lastima q despues le claco un pulak en la espalda en el 81, y con Alonso y Fillol se vivian peleando por los benditos contratos.
Todavia recuerdo leer en el Cronica y/o razon (la 5ta) que traia mi viejo los pormenores del pase de Enzo, fue una novela interminable con un final superfeliz para nosotros.
Como añoro aquellos años que el grito de U-ru-guayo
U-ru-guayo, U-ru-guayo, nos salia desde el fondo de los huevos en forma de agradecimiento
¿El Gallego Ríos (o sus testaferros)tenía la concesión de la Confitería por aquellos años?.
Todo un personaje Rios Seoane, fué aquel que prometió un palito verde para los campeones del mundo de México 86.
Fillol contaba hace un par de años en un libro de anécdotas, que cuando falleció Aragon fué a su velorio, y los familiares quedaron asombrados, a tal punto de agradecerle muchísimo el gesto,pese a las eternas peleas que habian tenido.
Gracias Roberto, ¿era gallego de Galicia o español? En el libro de Di Stéfano decía que era de Málaga.
¿Qué fue de Ríos Seoane? Está preso?
Preso????.. Rios Seoane preso????.... jajaja... es un buen chiste ese Ezequiel....
Salvo alguna última noticia que no me enteré, yo tengo entendido Rios Seoane está en un geriátrico de la zona de Almagro. Fue a parar alla aparentemente aduciendo problemas psiquiatricos. Pero quienes pudieron verlo afirmarían que sería otra treta del supergallego para evitar la carcel que le correspondería por ser autor intelectual del asesinato de un ex dirigente de Español.
Dicen que hasta ha viajado a Galicia (es nacido en Ordes) a seguir el andar de sus empresas.
Esto que te cuento lo leí hace tiempo, ahora desconozco su realidad....
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