La gira: Nadie quería ir tan lejos a realizar una pretemporada, pero la sed de dinero pudo más. Tres juegos apáticos e intrascendentes en Canadá, con un solo punto alto: El retorno oficial de Ortega ante Everton y un golazo con su sello. Los choques ante Toronto FC y Montreal Impact ya forman parte de la galería de bizarrerías de nuestro club.
La Sudamericana: Una decepción pequeña. Diremos que la Sudamericana es un torneo menor, aunque si se hubieran avanzado las fases, tal vez el concepto sería otro. Lo cierto es que ante Lanús, River fue tan inferior que su eliminación ni siquiera causó dolor. Peleó en el cotejo de ida pero dos contras de Salvio lo pararon en seco. La revancha, sencillamente, estuvo demás.
El Apertura: Al minuto del primer juego ante Banfield, Cabral chamboneó un cabezazo y le regaló el gol a Santiago Silva. Un anticipo funesto de lo que sería el semestre. Con Gorosito como DT, River nunca estuvo a la altura de las circunstancias, y lo que es peor, siempre se supo un cuadro chiquito e inferior a su rival. Con Astrada hubo un clic mental que le adhirió al equipo un plus de sacrificio y un leve repunte individual. Solo alcanzó para elevar la calificación de la campaña de paupérrima a casi mediocre.
El mejor: Diego Buonanotte. Su físico es, al mismo tiempo, su gran defecto y su principal arma. Es frágil, lo mueven, pero se escabulle. Le proponen la fuerza, pero el gana con velocidad y técnica. Renegó mucho, pero recuperó la chispa que le conocimos en sus comienzos. Hizo 8 goles, que no es poco en una campaña como esta.
El peor: Cristian Fabbiani. Cuando se disipó la polvareda mediática quedó a la vista la cruel realidad. Es difícil presentar un jugador en esas condiciones. Fuera de forma y fuera de compromiso. Su principal error fue creer que en River se juega con la chamuyo y no con el talento. Apostó a eso y perdió. No se lo extrañará.
Los otros peores: Se elige un trio pero podría haber sido cuarteto, quintero o más. Gustavo Cabral (asegura 3 regalos por partido), Nicolás Sánchez (otros tres más), y Nicolás Navarro (un arquero que en vez de volar parece tropezar). Muestras cabales de que en el fútbol, además de talento, hay que tener un buen representante
La resurrección: Muchos no le daban crédito a esta idea descabellada (que de todas formas sigue siéndolo), pero resultó. Matías Almeyda, fue protagonista de una conmovedora resurrección futbolistica sin precedentes en la historia. Enfrentó a los años y los físicos mas veloces con su categoría internacional y una entrega emocionante. Hoy es un insustituible en el equipo y una reserva moral para la pretendida levantada.
La revelación: Daniel Villalva. Corajudo y talentoso, jugó como si tuviera sobre sus espaldas varios años de Primera. Le faltan algunos centímetros y algunos kilos, pero mostró que tiene pasta de crack. Lo tiraron a la parilla antes de tiempo, esperemos no se queme.
Los técnicos: Gorosito supo desde el vamos que tenía que afrontar una tormenta sin radar. Hizo lo que pudo y, lo que pudo, fue muy poco. Se fue para no rifar su buena historia riverplatense. Astrada llegó con ideas claras y una línea a seguir. Hubo una mejora sensible y eso le valió un crédito importante para la temporada que viene.
El mejor partido: River no jugó 90 minutos continuos en buen nivel. Sobresalen de la medianía el primer tiempo ante Boca, porque se estuvo para ganar por mas que 1-0, y los segundos 45 ante Atlético Tucumán, porque se remontó el partido con 3 goles, y porque fue el único tramo del campeonato en que la gente se animó a gritar ole.
El peor partido: Hay tantos que se podría elavorar un top Five: 1) 1-2 ante Rosario Central por la 3ª del Apertura. 2) 0-1 ante Arsenal por la 5ª del Apertura. 3) 0-1 ante Lanús por Copa Sudamericana. 4) 1-2 ante Newells de Rosario por la 12ª del Apertura. 5) 0-2 ante Banfield por la 1ª del Apertura.
La vergüenza: Hubo de todo. Fabbiani contrayendo matrimonio con la vedetonga para las cámaras de Riál, mientras el plantel entrenaba en Ezeiza. El superclásico cancelado entre gallos y medianoche en Santa Cruz de la Sierra, con argumentos que no convencieron ni a sus propios autores. Las incorporaciones risueñas de los paraguayos Miguel Paniagua y Javier Kohene Mereles.
Las elecciones: El año mas politico de la historia. Millones en publicidad. Discursos inflamados de pasión riverplatense. Un recuento infartante, y un ganador que cambió en la madrugada. Que el presidente electo haya sido Passarella es un soberano sopapo del socio hacia la manera “ortodoxa” de hacer política de dirigentes “tradicionales” encarnados en la figura de Rodolfo D’onofrio y José María Aguilar.
La hinchada: River volvió a ganar la tabla de venta de entradas pese a una nueva campaña desilusionante. Pero la verdadera grandeza de River se vió mejor reflejada en las urnas el 5 de diciembre, el día que Passarella ganó por 6 votos, el día que Aguilar perdió 15.000 a 0.
La dirigencia: Luego de 8 años de gestión, por fin, una medida aplaudida… Irse.
La sensación: Parece ser que hoy, River se encuentra parado frente a un sendero donde las calles se bifurcan. Es exactamente ahora, el momento de elegir el camino correcto.
La Sudamericana: Una decepción pequeña. Diremos que la Sudamericana es un torneo menor, aunque si se hubieran avanzado las fases, tal vez el concepto sería otro. Lo cierto es que ante Lanús, River fue tan inferior que su eliminación ni siquiera causó dolor. Peleó en el cotejo de ida pero dos contras de Salvio lo pararon en seco. La revancha, sencillamente, estuvo demás.
El Apertura: Al minuto del primer juego ante Banfield, Cabral chamboneó un cabezazo y le regaló el gol a Santiago Silva. Un anticipo funesto de lo que sería el semestre. Con Gorosito como DT, River nunca estuvo a la altura de las circunstancias, y lo que es peor, siempre se supo un cuadro chiquito e inferior a su rival. Con Astrada hubo un clic mental que le adhirió al equipo un plus de sacrificio y un leve repunte individual. Solo alcanzó para elevar la calificación de la campaña de paupérrima a casi mediocre.
El mejor: Diego Buonanotte. Su físico es, al mismo tiempo, su gran defecto y su principal arma. Es frágil, lo mueven, pero se escabulle. Le proponen la fuerza, pero el gana con velocidad y técnica. Renegó mucho, pero recuperó la chispa que le conocimos en sus comienzos. Hizo 8 goles, que no es poco en una campaña como esta.
El peor: Cristian Fabbiani. Cuando se disipó la polvareda mediática quedó a la vista la cruel realidad. Es difícil presentar un jugador en esas condiciones. Fuera de forma y fuera de compromiso. Su principal error fue creer que en River se juega con la chamuyo y no con el talento. Apostó a eso y perdió. No se lo extrañará.
Los otros peores: Se elige un trio pero podría haber sido cuarteto, quintero o más. Gustavo Cabral (asegura 3 regalos por partido), Nicolás Sánchez (otros tres más), y Nicolás Navarro (un arquero que en vez de volar parece tropezar). Muestras cabales de que en el fútbol, además de talento, hay que tener un buen representante
La resurrección: Muchos no le daban crédito a esta idea descabellada (que de todas formas sigue siéndolo), pero resultó. Matías Almeyda, fue protagonista de una conmovedora resurrección futbolistica sin precedentes en la historia. Enfrentó a los años y los físicos mas veloces con su categoría internacional y una entrega emocionante. Hoy es un insustituible en el equipo y una reserva moral para la pretendida levantada.
La revelación: Daniel Villalva. Corajudo y talentoso, jugó como si tuviera sobre sus espaldas varios años de Primera. Le faltan algunos centímetros y algunos kilos, pero mostró que tiene pasta de crack. Lo tiraron a la parilla antes de tiempo, esperemos no se queme.
Los técnicos: Gorosito supo desde el vamos que tenía que afrontar una tormenta sin radar. Hizo lo que pudo y, lo que pudo, fue muy poco. Se fue para no rifar su buena historia riverplatense. Astrada llegó con ideas claras y una línea a seguir. Hubo una mejora sensible y eso le valió un crédito importante para la temporada que viene.
El mejor partido: River no jugó 90 minutos continuos en buen nivel. Sobresalen de la medianía el primer tiempo ante Boca, porque se estuvo para ganar por mas que 1-0, y los segundos 45 ante Atlético Tucumán, porque se remontó el partido con 3 goles, y porque fue el único tramo del campeonato en que la gente se animó a gritar ole.
El peor partido: Hay tantos que se podría elavorar un top Five: 1) 1-2 ante Rosario Central por la 3ª del Apertura. 2) 0-1 ante Arsenal por la 5ª del Apertura. 3) 0-1 ante Lanús por Copa Sudamericana. 4) 1-2 ante Newells de Rosario por la 12ª del Apertura. 5) 0-2 ante Banfield por la 1ª del Apertura.
La vergüenza: Hubo de todo. Fabbiani contrayendo matrimonio con la vedetonga para las cámaras de Riál, mientras el plantel entrenaba en Ezeiza. El superclásico cancelado entre gallos y medianoche en Santa Cruz de la Sierra, con argumentos que no convencieron ni a sus propios autores. Las incorporaciones risueñas de los paraguayos Miguel Paniagua y Javier Kohene Mereles.
Las elecciones: El año mas politico de la historia. Millones en publicidad. Discursos inflamados de pasión riverplatense. Un recuento infartante, y un ganador que cambió en la madrugada. Que el presidente electo haya sido Passarella es un soberano sopapo del socio hacia la manera “ortodoxa” de hacer política de dirigentes “tradicionales” encarnados en la figura de Rodolfo D’onofrio y José María Aguilar.
La hinchada: River volvió a ganar la tabla de venta de entradas pese a una nueva campaña desilusionante. Pero la verdadera grandeza de River se vió mejor reflejada en las urnas el 5 de diciembre, el día que Passarella ganó por 6 votos, el día que Aguilar perdió 15.000 a 0.
La dirigencia: Luego de 8 años de gestión, por fin, una medida aplaudida… Irse.
La sensación: Parece ser que hoy, River se encuentra parado frente a un sendero donde las calles se bifurcan. Es exactamente ahora, el momento de elegir el camino correcto.
4 comentarios:
Hola Dalmassito, le gané de mano a Enrique. Excelente posteo con un envidiable poder de sintesis (espero conseguirlo algun día). Adhiero a cada punto que escribiste salvo ponerlo a Navarro entre lo peor, no creo que le hayamos dado muchas oportunidades, me parece que tiene carácter como para manejar el arco pero Vega se ganó el puesto claramente (creo que junto a Buonanotte y Almeyda con los únicos puntos altos del equipo).
En el peor partido agregaría la primera media hora contra Independiente (creo que en el entretiempo decidieron hacernos precio). Fueron 3 goles o regalos patéticos y parecía que ese día seguiríamos de regalo.
Un abrazo.
Excelente Adrian ...es lo que sentimos que pasó durante el 2009.
Hace varios años que sentimos que venimos de mal en peor ..es como un enfermo de cáncer ( cáncer de Aguilar ) que entra en una etapa terminal y que ahora luego de la operación esperamos que se reponga y supere esa cruel enfermedad .
Esperemos que River resurja y vuelva al lugar dónde tiene que estar.
Excelente resumen. Al Igual que Charro, no estoy de acuerdo con la valoracion de Nicolas Navarro. Por lo demas, 10 puntos. Excelente blog. Junto a "Politica en River", y "Los Sobrios del Hormigon" mis blogs favoritos. Gracias por todo tu esfuerzo. Vamos River! Creo que dimos vuelta la esquina!... Ojala!
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