CUALQUIERA

Será que me estoy poniendo viejo, y se que el fundamentalismo riverplatense puede hacer ver a este petit reclamo como un mensaje exagerado. Pero vamos. Es difícil bancarse un camiseta como la que Adidas está a punto de presentar como tercer casaca de nuestro equipo.

La camiseta millonaria tiene que saltar a la vista, ser evidente. Un símbolo, un faro, un iman de ojos, un icono inequívoco que referencie que quien la está usando no puede ser otro que River Plate, ¿hay alguna duda acerca de eso?. Supongo que no.

Ok, estamos en el siglo XXI. Ok, somos modernos. Ok, vivimos en la era del marketing. Ok, hay un contrato y la firma tiene que vender. Ok, hay cosas mucho peores. Ahora bien. Somos lo que somos en gran parte por nuestra tradición y nuestra historia. Ese equipamiento, por mas moderno, canchero y futurista que sea, es -básicamente- una deshonra a nuestra historia.

Ni negra, ni roja, ni violeta, ni tricolor. La nueva casaca de River es gris. ¡Gris!. Viene con unas finas lineas horizontales que la hacen parecer un pijama. Es tan impersonal, que podría ser tranquilamente la del Sturm Graz de Austria, el Cremonese de Italia, el O Higgins de Rancagua o la de cualquier entusiasta combinado del fútbol Australiano, lo mismo da.

Solo dos cosas la rescatan del naufragio. 1: El escudo. Lo único riverplatense de la prenda, como un sello inviolable. 2: Si es la tercer camiseta como dicen, la van a usar realmente poco. Afortunadamente.