El Toto Lorenzo es una figura emblemática de la contra, con sobrados méritos, por supuesto. Sin embargo, esto ocurrió mucho tiempo después de su experiencia como técnico de River. No obstante, que en aquellos días el Millonario lo haya contratado para ser su entrenador, igual fue una sorpresa muy grande.
Arribó a Núñez en el mes de Enero de 1967. Reemplazó a Renato Cesarini. Venía con el espaldarazo que había significado la buena participación de Argentina en el Mundial de Inglaterra el año anterior, y con el supuesto avance táctico y estratégico que le reportaban sus muchos años de experiencia en el fútbol europeo.
En River, Lorenzo fue como siempre. Táctico, pragmático, obsesivo, robótico, resultadista. Todas esas características se cumplieron, menos una: El resultado. En sus seis meses a cargo, el Toto se llevó de los pelos con la gente que no le tenía paciencia y con el equipo que nunca le respondió de acuerdo a sus peticiones. Y figuras no faltaban: Cubilla, los Onega, Mas, Lallana, Carrizo, Matosas, Gatti, Solari.
Su debut fue en la cancha de Tigre, ante Deportivo Español. Fue goleada 6-1. Y fue esa una de sus cuatro victorias en 16 partidos en el torneo Metropolitano, que tuvo además, caídas humillantes ante el mismo Español, Unión de Santa Fe y Platense. Estuvo 7 partidos sin ganar y dejó al equipo al borde de la eliminación del Nacional que se jugaba en la segunda parte del año.
Llegó con el objetivo claro de la Libertadores, pero en ese campeonato jugó un equipo invencible como el Racing de Pizutti. Sin embargo, algunas goleadas despachadas sobre débiles conjuntos Bolivianos en la primera fase le dieron chances de pelear. Luego, en la fase siguiente, el equipo jugó decididamente mal y fue eliminado sin atenuantes.
Se fue luego de una caída ante San Lorenzo por el Metro, aunque su sentencia había sido firmada unos días antes con una caída ante Universitario de Lima en el Monumental por la Copa.
A la distancia en el tiempo, pareciera que luego de ese estruendoso fracaso con la banda roja, el Toto juntó bronca contra River, ya que años después, a cargo de San Lorenzo y Boca, le propinaría a nuestra camiseta dolorosas derrotas, como las finales de los Nacionales de 1972 y 1976.
Bicho, malicioso, sagaz, pillo. Juntó tanta gloria a lo largo de su carrera, como para erigirse en un referente de entrenadores. Fue un técnico exitoso.
Pero jamás hubiera podido serlo en River Plate. El agua y el aceite nunca se juntan.
Arribó a Núñez en el mes de Enero de 1967. Reemplazó a Renato Cesarini. Venía con el espaldarazo que había significado la buena participación de Argentina en el Mundial de Inglaterra el año anterior, y con el supuesto avance táctico y estratégico que le reportaban sus muchos años de experiencia en el fútbol europeo.
En River, Lorenzo fue como siempre. Táctico, pragmático, obsesivo, robótico, resultadista. Todas esas características se cumplieron, menos una: El resultado. En sus seis meses a cargo, el Toto se llevó de los pelos con la gente que no le tenía paciencia y con el equipo que nunca le respondió de acuerdo a sus peticiones. Y figuras no faltaban: Cubilla, los Onega, Mas, Lallana, Carrizo, Matosas, Gatti, Solari.
Su debut fue en la cancha de Tigre, ante Deportivo Español. Fue goleada 6-1. Y fue esa una de sus cuatro victorias en 16 partidos en el torneo Metropolitano, que tuvo además, caídas humillantes ante el mismo Español, Unión de Santa Fe y Platense. Estuvo 7 partidos sin ganar y dejó al equipo al borde de la eliminación del Nacional que se jugaba en la segunda parte del año.
Llegó con el objetivo claro de la Libertadores, pero en ese campeonato jugó un equipo invencible como el Racing de Pizutti. Sin embargo, algunas goleadas despachadas sobre débiles conjuntos Bolivianos en la primera fase le dieron chances de pelear. Luego, en la fase siguiente, el equipo jugó decididamente mal y fue eliminado sin atenuantes.
Se fue luego de una caída ante San Lorenzo por el Metro, aunque su sentencia había sido firmada unos días antes con una caída ante Universitario de Lima en el Monumental por la Copa.
A la distancia en el tiempo, pareciera que luego de ese estruendoso fracaso con la banda roja, el Toto juntó bronca contra River, ya que años después, a cargo de San Lorenzo y Boca, le propinaría a nuestra camiseta dolorosas derrotas, como las finales de los Nacionales de 1972 y 1976.
Bicho, malicioso, sagaz, pillo. Juntó tanta gloria a lo largo de su carrera, como para erigirse en un referente de entrenadores. Fue un técnico exitoso.
Pero jamás hubiera podido serlo en River Plate. El agua y el aceite nunca se juntan.
4 comentarios:
Según el libro de la Conmebol el partido con Universitario en Núñez (13 de junio) no lo dirigió el Toto Lorenzo, sino una subcomisión de fútbol, encabezada por el preparador físico Jorge Zorzenón y los futbolistas Matosas y Juan Carlos Guzmán. El Toto renunció antes del partido con Colo Colo (7 de junio, en Chile).
AL tOTO LORENZO LO ECHAMOS A PATADAS CONTRA DEPORTIVO ESPAÑOL UN MIERCOLES DE MUCHO FRIO POR LA NOCHE, TEMPERATURA BAJO 0 EN EL HALL, AFUERA MUY FRIO ADENTRO ESTE HDP
Epoca sin campeonatos los tecnicos duraban poco
increible
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