Copa Iberoaméricana - 09/07/64.
Los fanáticos colombianos todavía se desarman de placer cuando le muestran a los argentinos los cinco dedos que hacen referencia a aquel legendario partido de eliminatorias jugado en 1993. No ocurrirá lo mismo si los protagonistas del encuentro son dos hinchas de River y Barcelona, porque el acontecimiento que origina este post, es poco menos que un suceso desconocido. Tampoco dará para que el fan millonario le enrostre al culé una goleada acontecida en un amistoso de mala muerte. Pero al menos servirá para tener en cuenta algo que ocurrió alguna vez, y que es un signo del poderío de una institución que se daba el lujo de organizar en su cancha un amistoso con un cuadro top, y derrotarlo por cifras estrepitosas. Hoy, con la realidad explotando ante nuestro ojos, pensar en un acontecimiento similar, evoca a la ironía y la sonrisa.
River Plate, Boca Juniors, Botafogo de Brasil y Barcelona de España, jugaron en el mes de julio del 64 la Copa Iberoamericana, torneo que sería ganado por el millonario por diferencia de gol. Sin embargo, el verdadero atractivo del certamen era ver in situ en nuestras canchas, a un equipo de los grandes del fútbol europeo.
Barcelona en 1964 todavía no había alcanzado la talla extra large que hoy detenta como institución, y tampoco poseía los jugadores extraterrestres que hoy luce. Estaban de gira Sudamericana y de pretemporada. Tenían dos extranjeros –el belga Fernand Goyvaerts y el húngaro Sandor Koksis- y un plantel conformado mayormente por hombres nacidos en Cataluña. Eran una potencia amenazante, pero siempre relegada en aquellos años por el superlativo Real Madrid de Alfredo Di Stéfano.
El excelente marco de público que concurrió esa tarde al Monumental, asistió a un partido que a mitad de su transcurso tomó un rumbo inesperado. Luego de la ventaja inicial de los Catalanes lograda por Jesús Pereda, el árbitro del partido expulsó por juego brusco y protestas a dos jugadores blaugranas (Olivella y Torrent), quitándole al cotejo todo viso de paridad. Entonces fue River quién tomó las riendas del protagonismo, para terminar elaborando una goleada sumamente lógica, pero que a merced del paso de los años, adquiere ribetes despampanantes.
Ya a mitad de ese 1964, el público riverplatense, estaba comenzando a hacerse la idea que esa sería otra temporada de fracasos. Venía de mancarse sobre la línea de llegada en los dos últimos torneos locales y en esta campaña, la irregularidad lo dominaba todo. Pero ese 9 de julio, Ermindo Onega jugó en gran nivel y convirtió dos goles, los restantes fueron de Artime, Matosas y el rosarino Enrique Santiago Fernández. Por River Plate actuaron Gatti; Ramos Delgado y Mario Bonzuck; Nicha Saínz, Vladislao Cap y Roberto Matosas; Cubilla, Ermindo Onega, Luis Artime, Enrique Fernández y Más. Por Barcelona jugaron Salvador Sadurni; Julio Benítez y Ferrán Olivella; Eladio, Verges y Torrent; Goyvaerts, Jesús Pereda, Cayetano Ré, José María Fuste y Vicente.
El tango dice que 20 años no es nada, pero 45 seguro que sí. Hoy los españoles son una potencia nuclear. Con planteles idílicos, economías blindadas, y una identidad que se respeta a pesar de los hombres y los nombres. River en cambio esta cosa deforme que vemos todos los domingos revolcarse en el barro de su propia mediocridad.
Pero el 5-1 no se mancha.
River Plate, Boca Juniors, Botafogo de Brasil y Barcelona de España, jugaron en el mes de julio del 64 la Copa Iberoamericana, torneo que sería ganado por el millonario por diferencia de gol. Sin embargo, el verdadero atractivo del certamen era ver in situ en nuestras canchas, a un equipo de los grandes del fútbol europeo.
Barcelona en 1964 todavía no había alcanzado la talla extra large que hoy detenta como institución, y tampoco poseía los jugadores extraterrestres que hoy luce. Estaban de gira Sudamericana y de pretemporada. Tenían dos extranjeros –el belga Fernand Goyvaerts y el húngaro Sandor Koksis- y un plantel conformado mayormente por hombres nacidos en Cataluña. Eran una potencia amenazante, pero siempre relegada en aquellos años por el superlativo Real Madrid de Alfredo Di Stéfano.
El excelente marco de público que concurrió esa tarde al Monumental, asistió a un partido que a mitad de su transcurso tomó un rumbo inesperado. Luego de la ventaja inicial de los Catalanes lograda por Jesús Pereda, el árbitro del partido expulsó por juego brusco y protestas a dos jugadores blaugranas (Olivella y Torrent), quitándole al cotejo todo viso de paridad. Entonces fue River quién tomó las riendas del protagonismo, para terminar elaborando una goleada sumamente lógica, pero que a merced del paso de los años, adquiere ribetes despampanantes.
Ya a mitad de ese 1964, el público riverplatense, estaba comenzando a hacerse la idea que esa sería otra temporada de fracasos. Venía de mancarse sobre la línea de llegada en los dos últimos torneos locales y en esta campaña, la irregularidad lo dominaba todo. Pero ese 9 de julio, Ermindo Onega jugó en gran nivel y convirtió dos goles, los restantes fueron de Artime, Matosas y el rosarino Enrique Santiago Fernández. Por River Plate actuaron Gatti; Ramos Delgado y Mario Bonzuck; Nicha Saínz, Vladislao Cap y Roberto Matosas; Cubilla, Ermindo Onega, Luis Artime, Enrique Fernández y Más. Por Barcelona jugaron Salvador Sadurni; Julio Benítez y Ferrán Olivella; Eladio, Verges y Torrent; Goyvaerts, Jesús Pereda, Cayetano Ré, José María Fuste y Vicente.
El tango dice que 20 años no es nada, pero 45 seguro que sí. Hoy los españoles son una potencia nuclear. Con planteles idílicos, economías blindadas, y una identidad que se respeta a pesar de los hombres y los nombres. River en cambio esta cosa deforme que vemos todos los domingos revolcarse en el barro de su propia mediocridad.
Pero el 5-1 no se mancha.
3 comentarios:
Excelente post, no conocia este hecho gracias por comentarlo
No conocía nada de esto, muy bueno. Al reves de lo que escribís, conozco un par de culés y se lo pienso enrrostrar.
Esta copa los bosteros la contarían como titulo interncional (alla Nicolés Leoz y Master)
Saludos;
Enrique
Sin duda una historia bastante curioso, creo que para los veteranos del Barça recuerdan mucho este partido jeje.
Un saludo.
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