Dicen que una imagen vale más que mil palabras. Pero ¿Qué imagen te justifica, viejo Pelado?. ¿Cuál de todas?. Dicen que un gran guerrero vale más que mil soldados, y quién podrá reprocharte algo, león indomable, orgullo de nuestra sangre, ahora que has guardado el sable para siempre y te entregas a la lucha desde otra trinchera. Quién osará un ápice de crítica ante ese fervor desbordante que regalaste, ante ese compromiso a rajatabla que sostuviste, ante esa hombría majestuosa. Cómo achacarte la mínima culpa de todo lo que nos ha pasado a todos, ante lo enorme que diste por la causa.
Todavía llevo las palmas rojas de aquel aplauso cuando trabaste con la cabeza ante Brítez Ojeda en el Ducó. Aún perdura la picazón en la garganta de ese grito de gol ante Banfield, cuando le diste el pase a Pavone tras imponerte a puro huevo y coraje, solo ante toda la defensa contraria. Sigue estando en los ojos aquel orgullo riverplatense que provocaste cuando ya con la derrota consumada te besaste el manto sagrado enfrente de toda La Doce y sus insultos.
Fue amor, Pelado. Por eso volviste de la comodidad de la historia para mancharte con el barro de nuestra realidad. Fue amor, para resignar guita incobrable y ser el primero en la fila de las prácticas, para ponerte el brazalete y capear el temporal con vergüenza y dignidad. Fue amor, para seguir al frente con el estandarte aún cuando el físico hacía rato te había abandonado, y así y todo ser el mejor. Para sufrir como un condenado atrás de los carteles el desenlace de una historia que, hoy a la distancia, parecía ya escrita.
Hace unos años, ante la idea alocada de propiciar su retorno, me permití escribir que era imposible hablar de Almeyda sin recurrir al tiempo pasado. Este homenaje también es un pedido de redención, y un brillo de esperanza a futuro, curiosamente de la mano del tipo que desafió a las reglas estrictas del tiempo y dobló la muñeca de la desconfianza portando como muy pocos el peso de la casaca banda sangre.
De esa casaca ya sos historia, querido Pelado. Serás ídolo y leyenda. Serás Minella y Pipo Rossi. Serás Mostaza y Leo Astrada. Serás el alma del león herido, serás el esfuerzo salvaje, serás ese físico titánico y ese gesto de grandeza. Serás esa melena al viento a la Corazón valiente. En efecto, el último de los pocos valientes en este bardo.
Ahora Pelado, ahora que te has despedido, ahora, antes de que inicie la nueva batalla que trataras de librar, ahora que la angustia afloja apenas un poco, ahora es el momento de decirte gracias por haber hecho lo que hiciste.
Todavía llevo las palmas rojas de aquel aplauso cuando trabaste con la cabeza ante Brítez Ojeda en el Ducó. Aún perdura la picazón en la garganta de ese grito de gol ante Banfield, cuando le diste el pase a Pavone tras imponerte a puro huevo y coraje, solo ante toda la defensa contraria. Sigue estando en los ojos aquel orgullo riverplatense que provocaste cuando ya con la derrota consumada te besaste el manto sagrado enfrente de toda La Doce y sus insultos.
Fue amor, Pelado. Por eso volviste de la comodidad de la historia para mancharte con el barro de nuestra realidad. Fue amor, para resignar guita incobrable y ser el primero en la fila de las prácticas, para ponerte el brazalete y capear el temporal con vergüenza y dignidad. Fue amor, para seguir al frente con el estandarte aún cuando el físico hacía rato te había abandonado, y así y todo ser el mejor. Para sufrir como un condenado atrás de los carteles el desenlace de una historia que, hoy a la distancia, parecía ya escrita.
Hace unos años, ante la idea alocada de propiciar su retorno, me permití escribir que era imposible hablar de Almeyda sin recurrir al tiempo pasado. Este homenaje también es un pedido de redención, y un brillo de esperanza a futuro, curiosamente de la mano del tipo que desafió a las reglas estrictas del tiempo y dobló la muñeca de la desconfianza portando como muy pocos el peso de la casaca banda sangre.
De esa casaca ya sos historia, querido Pelado. Serás ídolo y leyenda. Serás Minella y Pipo Rossi. Serás Mostaza y Leo Astrada. Serás el alma del león herido, serás el esfuerzo salvaje, serás ese físico titánico y ese gesto de grandeza. Serás esa melena al viento a la Corazón valiente. En efecto, el último de los pocos valientes en este bardo.
Ahora Pelado, ahora que te has despedido, ahora, antes de que inicie la nueva batalla que trataras de librar, ahora que la angustia afloja apenas un poco, ahora es el momento de decirte gracias por haber hecho lo que hiciste.
8 comentarios:
Sin palabras, desde que matias volvió a ponerse la banda, creo que los hinchas encontramos nuestro lugar dentro de los 11 en el campo de juego, dentro de esta triste etapa hubo alguien que jugo como nosotros ¨Como un hincha¨corrió como un pibe de 15, metió, metió, metió y siguió metiendo, creo que tus palabras son la mejor descripción de lo que fue el pelado en su ultima e inolvidable etapa en River. Yo como buen hincha he decidido apoyarlo en todo y jamas cuestionarlo en esta nueva etapa pues esta a la vista lo que quiere y ama esta camiseta, la nuestra, la mas grande.
Un abrazo
Me gustaría que hagas una columna en el blog que intento crear. La verdad he encontrado en tus relatos lo que pienso y jamas podria expresar jeeje
CME.
Un honor tu propuesta.
Pero entiendo que sabrás disculpar si la rechazo.
Basicamente uno escribe cuando tiene tiempo, y a veces no hay mucho.
Tomar compromisos para despues no cumplirlos no me dá.
Gracias
Ojalá que Matias pueda dar como DT todo lo que nos dió en su última etapa como futbolista . No en logro que como futbolista no tuvo , sino en su enorme amor por River y en su tesón y deseos de ver a River dónde tiene que estar .
Me parece que la elección de Matías es merecida y un homeneje a uno de los últimos batalladores del Fútbol Argentino .
No por favor solo intento hacer el blog y me gustaria, a la parte de estadísticas que a mi me gusta agregarle alguna narración tuya, pero entiendo lo de no tomar compromisos,y no hay problemas
Saludos Martin
Por si lo queres mirar je
http://estadisticasderiver.blogspot.com/
Lo minimo que se merece que le digamos, es gracias al pelado.
Ojala ahora desde el otro lado del mostrador, nos lleve a recuperar el lugar que nunca debimos haber perdido.
Que bueno que volviste, linda nota, muy emocional. Nos vamos rearmando, puede que surge la energía riverplatense del 75 o la magia del 86 (alguna vez te envié una nota sobre aquel verano mágico que después se estiró a todo el año), son expresiones de deseos, me parece que nunca vamos a volver a sufrir como en los 50 días que transcurrieron desde el partido de All Boys hasta el 26 de junio con Belgrano. Almeyda será capaz de afrontar este momento ? es mi gran pregunta, igual lo veo con optimismo, ojalá pueda. Abrazo y seguí dándole a la tecla, ja
Claudio
Gracias por volver, Dalmassito.
Personalmente no estoy de acuerdo con que Almeyda sea el DT, porque no me parece que sea el momento para él.
Eso no quita que lo banco. Y no quita que agradezco emocionado lo que hizo por River. Si no hubiera sido el único, si dos o tres tipos más hubieran seguido su ejemplo, estoy seguro que hoy la historia sería otra.
Gracias Matías. Gracias por todo. Y suerte en esta. Porque necesitamos que la tengas. Pero, creeme, si dirigieras otro club te diría lo mismo. Un tipazo como vos se merece la mayor de las felicidades.
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