miércoles, 29 de agosto de 2012

JUGADOREEEEE...

River Plate  1 - 0  Newell's Old Boys
Metropolitano 1983 - 14/08/83
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   La canción se llama “It’ a heartache”, fue compuesta en el año 1977 e impulsada a la fama por la voz ronquita de Bonnie Tyler. El folclore tribunero del país convirtió su melodía en una especie de hit de la bronca cuando los resultados deportivos resultan esquivos. Su letra está dedicada a los jugadores y al sexo de sus madres, y habla de poner huevos y de no jugar contra nadie. En 1983 su potencial incendiario aún no había sido descubierto por la chispa creativa de algún iluminado barra con beta musical. Si así hubiese sido, el ya clásico “Jugadoreeee….” No hubiese dejado de atronar en aquellas rabiosas tribunas del Monumental, la tarde del 14 de agosto de 1983, en ocasión de la 13ª fecha del Torneo Metropolitano.
   Hasta el maldito 2011, ningún hincha de River más o menos leído hubiese dudado en calificar a 1983 como el peor año en la historia institucional de la banda roja. La decadencia en la que se encontraba sumido el proceso de Aragón Cabrera arrastraba al Club a una debacle deportiva y económica sin parangón. River debía mucha plata. River despedazaba su plantel exitoso. River cedía protagonismo escénico. River asustaba con la posibilidad de descender. Para colmo de males, cierta cadena de desgracias (Asesinato del barra Alberto Taranto tras un superclásico en Vélez. Muerte inesperada del ídolo Ángel Labruna en un sanatorio capitalino. Muerte del delantero Oscar Trossero por un aneurisma en pleno vestuario del Gigante de Arroyito) sumían el ánimo del mundo River dentro de un pesimismo que fue el verdadero protagonista de toda esa temporada.
   Y si como toda aquella concatenación de mufas no fuese suficiente, la huelga a la que se plegó el plantel profesional por falta de pago en el arranque del Metro de ese año, hizo estallar la bronca de un hincha que hasta allí se había mostrado dispuesto a tragarse todos los sapos posibles para no espesar más un clima demasiado turbio. Durante el largo mes y medio que duró la protesta, River jugó sus partidos con elementos de la cuarta y la quinta división, cuyo esfuerzo y enjundia para inmolarse en la desventaja, no hizo más que exacerbar los ánimos de los parciales –de por sí ya muy caldeados- contra la postura de los huelguistas.
   Todo se desmadró el 14 de agosto de 1983 ante Newell’s Old Boys de Rosario, día en que los profesionales volvieron a jugar tras la medida. El Monumental fue un hervidero que no necesitó más de 15.000 almas para explotar. Los jugadores, sabedores de la mala onda reinante, se comprometieron a ser lo menos demostrativos posibles ante su propio público enervado. Salieron a la cancha a paso cansino y con la cabeza gacha, escoltados por por una rechifla que tapaba a los tibios aplausos. Apenas saludaron cuando se pararon en el círculo central. Los insultos caían ya como pesadas piedras a sus pies sin que el grueso límite de la pista de atletismo los ponga en salvaguarda de su daño moral. Epítetos hirientes llovían al por mayor: Traidores!. Ladrones!. Mercenarios!. Gallinas!. Mostaza Merlo miraba a sus constados y con un par de aplausos bruscos buscaba contagiar ánimo a los suyos.  Un pibito como Carlos Tapia intentaba en la descarga de algún pique corto espantar las tensiones de una realidad que no le pertenecía. Los uruguayos Bica y Francescoli miraban absortos como un Club (del cual habían dicho era la Casa Blanca) podía consumirse en su fuego interno sin miramientos.
   El hincha puede ser muy cruel al momento de demostrar su enojo. Cada toque de Newell’s era acompañado por un “ole” hiriente. Cada pase errático era procedido por un murmullo irritante. Cada salida del banquillo del DT José Varacka despertaba inmediatamente el “Sentate allá, ladrón!” de la San Martín. Promediando el primer tiempo, el volante millonario Daniel Messina tuvo que ser atendido por un golpe y de la tribuna bajó un conteo socarrón modo juez de box hasta darle el out al lesionado.
   Cuando faltando 20 minutos para culminar un match anodino, Enzo Francescoli maniobró en el borde del área, alcanzó a rematar chanfleado al segundo palo provocando el rebote largo del arquero Civarelli. Alberto Bica llegó primero que todos y la mandó a guardar en el arco del Río de la Plata. Una montonera de jugadores se aferró en un abrazo de bronca y revancha. En las tribunas el gol se gritó sin la enjundia habitual. En muchos casos lo hicieron por compromiso.
   Gabriel Puentedura; Julio Olarticoechea, Eduardo Saporiti, Enrique Nieto y Jorge García; Daniel Messina, Reynaldo Merlo, Carlos Tapia y Enzo Francescoli; Oscar Víctor Trossero y Alberto Bica salieron a la cancha por River. Cuando pitó el final Jorge Romero nadie sabía bien que hacer. Los jugadores ni saludaron antes de bajar a los vestuarios. El público, dolorido pero tal vez anestesiado por la victoria, los despidió con mas tristeza que bronca. Todos sabían que algo se había roto para siempre.

7 comentarios:

sergio dijo...

Hugo Santilli,ganó las elecciones a fin de año,y de esa huelga,Saporiti,
Francescoli,Gallego,Goycochea,y Hector Enrique "sobrevivieron".
A fin de año,se fué la mayor parte del plantel,entre los que estaban Puentedura,Comisso, Nieto y Chaparro.
Jorge Garcia,fué borrado por Cubilla a mediados del 84,Mostaza Merlo quedó libre, y Tapia y el Vasco Olarticoechea pasaron a Boca a comienzos del 85,en canje por Gareca y Ruggeri.
El pato Fillol,pasó a Argentinos Jrs,luego de la huelga, con la venia de Julio Grondona,quien abrió el libro de pases con el torneo empezado.

roberto dijo...

Esa huelga hizo que debutaran De Vicente, Pipo , Troglio , Dalla Libera , Nigro entre los mas conocidos. Al Enzo lo puteaban mas q a nadie en la San Martin le gritaban carne de paloma , entre otras cosas mas conocidas. A fin de ese año empezo a destaparse en un 3-3 cn CASLA.

Anónimo dijo...

Tapon Gordillo tambien sobrevivió a aquella huelga,y con respecto al Enzo,Victor Hugo Morales,dijo entonces:"Si Francescoli no triunfa, yo de esto no se nada".

sergio dijo...

Tapon Gordillo tambien sobrevivió a aquella huelga,y con respecto al Enzo,Victor Hugo Morales,dijo entonces:"Si Francescoli no triunfa, yo de esto no se nada".

Que loco que está dijo...

Varios hinchas de la San Martín son de los peores. Sobretodo cuando hacen el personaje del 'paladar negro'

cotton percale sheets king dijo...

El hincha puede ser muy cruel al momento de demostrar su enojo. Cada toque de Newell’s era acompañado por un “ole” hiriente. Cada pase errático era procedido por un murmullo irritante. Cada salida del banquillo del DT José Varacka despertaba inmediatamente el “Sentate allá, ladrón!” de la San Martín. Promediando el primer tiempo, el volante millonario Daniel Messina tuvo que ser atendido por un golpe y de la tribuna bajó un conteo socarrón modo juez de box hasta darle el out al lesionado.
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Anónimo dijo...

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