domingo, 31 de mayo de 2009

MEMORIAS DE UN DOMINGO ABURRIDO

Argentinos Juniors 0 - 0 River Plate
Torneo Clausura 2009 - 16º fecha.
Estadio Diego Maradona - 31/05/09.


ARGENTINOS JUNIORS: Torrico; Canutto, Caruzzo, Scotti y Prosperi; Mercier, Ortigoza, Peñalba y Berardo; Hauche y Pérez. Posteriormente Gianni, Bogado y Romero. DT: Fabián Desarasquetta -interino-
RIVER PLATE: Vega (7); Ferrari (5), Gerlo (6), Sánchez (6) y Orban (6); Barrado (5), Domingo (5), Díaz (6) y Buonanotte (6); Fabbiani (4) y García (5). Luego A. Fernández y Archubi. DT: Néstor Gorosito.
GOLES: No hubo.
ARBITRO: Néstor Pitana (Bien)
RESULTADO MORAL: Argentinos Jrs 1- River Plate 1.

Secuencia de una tarde intrascendente. A un domingo así le falta algo. Y no es el sol de otoño, o el fresco que penetra los abrigos, tampoco una camiseta que pese a todo convoca, ni un partido que no ayuda demasiado. Para que este domingo valga la pena falta un actor fundamental: River. En la enorme instancia de la pelea por el campeonato. O de la pelea por algo. Falta la tensión, el nervio, la ilusión, el cagazo, la euforia. Pero esta tarde tiene todo, menos una explicación lógica para estar pendiente de la suerte de nuestra camiseta.
Con las cartas así barajadas, hoy en el Diego Maradona, jugando a las 3 de la tarde como cumpliendo penitencia, están River y Argentinos Juniors, actuando para cumplir, sin objetivos importantes a la vuelta de la esquina. Dos equipos aburridos, taciturnos, desesperanzados, combatiendo con balas de fogueo por un premio poco tentador.
En este marco, el juego no puede escapar de la mediocridad. Será empate porque a la mediocridad de los protagonistas se le suma una evidente mala puntería. Vega tapa los potentes remates de Prosperi, Peñalba y Hauche, y hace vista ante un cabezazo de Caruzzo y un balazo lejano de Mercier. River contesta desde la larga distancia. Roza el gol con los intentos de Falcao -uno de ellos movió el travesaño-, Buonanotte y un impacto franco de cabeza de Gerlo. Se pudo haber ganado si el Tigre no hubiera tenido una mala tarde. Pero para que hacerse mala sangre en una tarde destinada al rápido olvido.
Fueron solo sacudones aislados de vibración en una jornada de pura languidez. Efecto de la monotonía propia de un equipo vacío. A lo lejos se oyen los ecos de una vuelta olímpica que se avecina, pero que pasará lejos de la estación Núñez. Jornadas como esta no le dan mucho sentido al fútbol que tanto vivimos. Costó todo. Costó ir a la tribuna, costó aguantarlo frente al tele, y, seguramente, también costó jugarlo. River no nació para ser un extra en una tarde de domingo. Queda claro que todo es culpa nuestra, y mientras eso siga pasando, seguiremos quedándonos un poco vacíos de pasión.

viernes, 29 de mayo de 2009

ALBERTO BICA

River Plate 1983/1984 - 62 partidos - 6 goles - 0 títulos

Cuando Aragón Cabrera cruzó el charco para buscarlo, seguramente debe haber imaginado que estaba trayendo al heredero de Pedro Alexis González. No era para menos. Junto a Venancio Ramos, Victor Hugo Diogo, Mario Saralegui, Rubén Paz, Hugo De León, Juan Ramón Carrasco y hasta el mismo Enzo, formaba parte de una excelente camada de jugadores uruguayos surgida a mitad de los 70, y que había explotado en el Mundial Sub 20 de 1977, jugado en Túnez, donde Uruguay terminó en la cuarta colocación.
Después de un 1982 indolente, River necesitaba sacudirse con caras que revitalizaran el equipo y entusiasmaran a su público. Bica era uno de los responsables de la ilusión. Claro, la historia, un año mas tarde, se escribiría muy distinto a lo imaginado.
Bigote setentista a la Alberto Fernández, pancita oficinesca, pinta de veterinario, Alberto Viller Bica no aparentaba nada de lo que era. Nacido en Febrero del 58, había tenido muy buenas actuaciones con la camiseta de Nacional de Montevideo, Club en el que debutó en primera en 1975 y con quién ganó 3 Ligas Uruguayas, una Libertadores (sobre Gremio) y una Intercontinental (a Nottinghan Forrest). También se había estrenado precozmente con la celeste, tanto en el mencionado Sub 20 de Túnez, como con el elenco mayor, con quién jugó la Copa América de 1979.
Era un wing como los de antes, apegado a la raya derecha, veloz, hábil, con facilidad para el desborde y el centro. Esas virtudes lo unieron a River a comienzos del 83. Debutó en la cancha de Huracán frente a Chicago por el Nacional. Seguramente habría imaginado un paraíso pero se encontró con un club que era un campo minado en el peor año de su historia. Al poco tiempo el plantel se declaró en huelga por falta de pago y estuvo un mes sin jugar. En el cotejo siguiente a la solución del conflicto anotó el primero de sus seis goles con la banda roja en un partido frente a Newells. No lo pudo disfrutar mucho. Todo el estadio insultaba a los jugadores por conflictivos.
1984 fue distinto. La llegada al banco de un compatriota como Cubilla, mas el elevamiento de la categoría del plantel, hicieron de Bica una pieza importante en el equipo que peleó hasta el final en el Nacional. Se entendía bien con el paraguayo Villalba y Roque Alfaro. Los primeros seis meses de ese año fueron los mejores de su estadía en Núñez. Pero claro, Ferro barrió a River en la final del Nacional, y al tiempo se fue Cubilla. A su llegada, Veira prefirió darle mas protagonismo a sus compatriotas Enzo Francescoli y Daniel Teglia. El tiempo de Bica en River se había terminado. Su último juego fue una tarde de diluvio ante Independiente en el Monumental. River perdió 3-2.
Su carrera lo llevó a Colombia donde jugó en 1985 en Deportivo Cali. Volvió a Argentina para jugar en San Lorenzo de Almagro y luego en Unión de Santa Fe. Retornó a su país en el 88 para jugar en River y Racing de Montevideo. Ya era casi un ex jugador cuando viajó a Centroamérica para actuar dos meses en el Petrotela de Honduras… y jugó 8 años más allí, y en Costa Rica y El Salvador. Se retiró a los 40 años, siempre jugando por la banda derecha, como lo hizo toda su vida. Hoy se busca la vida en diferentes emprendimientos cerca y lejos del fútbol.

miércoles, 27 de mayo de 2009

ENRIQUE OMAR SÍVORI


La historia como entrenador de Enrique Omar Sívori es la clara demostración de que se puede ser un fuera de serie dentro de la cancha y no necesariamente tener que serlo fuera de ella. El mismo cabezón se lo dijo a la prensa cuando su actividad como entrenador era ya un recuerdo lejano. “Y, la dirección técnica no era lo mío”.
Retornó al país en el año 1969, pocos meses después de haberse retirado en Italia como futbolista del Nápoli, y cuando aún estaba fresca su enorme figura de genio mundial. Empujado por la necesidad de no alejarse del todo del fútbol, tomó la dirección técnica de Rosario Central sin ningún tipo de experiencia. Le fue mal, tal vez porque era muy grande la expectativa que generó en su arribo, y en un cargo para el que todavía no se había preparado
Cuando llegó a River, a mediados de 1974 ya estaba más taimado en el arte de la conducción de grupo, aunque su genio -medio parco y rebelde- no lo ayudaba mucho. Además, traía consigo la buena experiencia de haber llevado a la Selección Nacional al Mundial de Alemania. Se hizo cargo del equipo para jugar el Nacional, reemplazando a Pipo Rossi, quién no había logrado clasificar al equipo a la fase definitoria del Metropolitano, jugado en la primera parte del año.
Sívori tuvo que pelear con la decadencia de un equipo sin muchos jugadores de cartel y con el enorme peso de 17 años sin campeonatos. Debutó en el Cementerio de los Elefantes de Colón con un triunfo por 1-0 con gol de Morete y generó algo de ilusión con un arranque de 3 victorias en 4 partidos, incluida una formidable goleada ante Huracán de San Rafael por 10-1, hasta la fecha la mayor goleada en la historia del Club.
Pero una caída en la cancha de Boca y una insólita derrota ante Jorge Newbery de Junín por 1-0 fueron obstruyendo los caminos hacia la clasificación a las semifinales del Nacional. Tras 18 partidos jugados, River ganó 7, empató 5 y perdió 6. Terminó quinto en un grupo de nueve, incluso debajo de un equipo semi amateur como Altos Hornos Zapla de Jujuy.
Su último partido fue el 22 de noviembre ante Talleres de Córdoba en la Boutique. River cayó 2-1. Fillol; Zuccarini, Pena, Passarella y Héctor López; JJ. López, Merlo y Alonso; Mastrángelo, Morete y Marchetti, fue su última formación. Para ese entonces, en los pasillos del Monumental ya se hablaba de un cambio radical. Ese cambio tenía nombre: Ángel Labruna. Hasta la ropa cambiaría. En esa noche cordobesa, River jugó por última vez con las legendarias medias grises.
Sívori siguió su carrera en Vélez Sarsfield y Racing Club de Avellaneda. Pero aquello de que “esto no es lo mío” ya calaba hondo en su cabeza. No tardó mucho en dar las hurras y dedicarse a vivir de su enorme prestigio de futbolista y de la recomendación de jugadores para su amada “Vecchia Signora”. Lo hizo hasta el día de su muerte, el 17 de febrero de 2005. Tenía 69 años y toda la gloria encima.

domingo, 24 de mayo de 2009

GUATEMALA 2 - GUATEPEOR 0

River Plate 2 - 0 Independiente
Torneo Clausura 2009 - 15ª fecha.
Estadio Monumental - 24/05/09.


RIVER PLATE: Vega (7); Galmarini (5), Gerlo (5), Sánchez (6) y Orban (6); Barrado (7), Ahumada (7), Díaz (6) y Buonanotte (7); Fabbiani (4) y García (6). Posteriormente Cabral (5), Lizio y Bou. DT: Néstor Gorosito.
INDEPENDIENTE: Assman; Gavilán, Tuzzio, Gioda y Rodríguez; Machín, Pusineri, Ríos y Mancuello; Montenegro y Churín. Luego Godoy y Núñez. DT: Américo Gallego.
GOLES: Diego Barrado (RP) 29 pt. Radamel Falcao García (RP) 37 pt.
ARBITRO: Carlos Maglio (regular)
RESULTADO MORAL: River 4 - Independiente 1.

El hambre y las ganas de comer. El muerto y el degollado. Guatemala y Guatepeor. Ambos se juntaron una tarde soleada de Mayo para renovar la legendaria y hoy deteriorada mística. Vestidos con sus mejores ropas, aquellas que se disputaron finales o animaron paradas inolvidables del Fútbol Argentino. Plantados frente a frente, se escanearon de arriba a abajo con la mirada y allí se percataron que ambos tenían el viento en contra. En la cancha, su historia, su tradición, se gente fiel. Lo que le queda entre manos a dos colosos en la mala. Reflejos de una tarde sin sobresaltos y con una molesta sensación de nostalgia.
Hay veces en que los números dicen tanto que no conviene agregar nada. Y así como en la vida de River existen bestias negras, también hay otros equipos ante los cuales la victoria sale fácil. Uno de esos equipos es Independiente. 67 a 47 en el historial. 8 años sin derrotas, 13 en el Monumental. Sin embargo, nunca antes este duelo, presentó tal nivel de pobreza en la categoría de sus cuadros y en la expectativas por verlos.
Fue una tarde con guiños por doquier. El reconocimiento para Gallego, el zapatazo de Bundesliga de Barrado, el tanto de cabeza de Radamel (tan tigre en el gol, como en el blooper del penal), la torre humana del festejo para desmentir peleas, las palmas bajando de la tribuna en el entretiempo. Fue un 2-0 irreprochable, asentado en la base del oportunismo para dar el golpe y en el control del escaso poder de fuego del adversario. Con Barrado, Ahumada, Vega, Buonanotte y Falcao en buen nivel y con el promisorio estreno del juvenil Matías Orban. La tarde amagó con comprometerse cuando Maglio inventó un penal para el descuento de Montenegro, pero Vega fue sólido al esquinado remate de Rolfi y mandó al corner las quimeras rojas de empate.
El jueves Boca quedó afuera de la Libertadores y muy debajo de River en el Clausura local. Inmediatamente el ánimo del hincha cambió para bien. La Argentinidad al palo. Alegrarse de la desgracia ajena. Entre lo patético de esa conducta y la certeza de saber que algo propio debe cambiar, no se puede dejar de reconocer que es mejor estar así como estamos hoy, y no como hace una semana atrás.

viernes, 22 de mayo de 2009

EL CAMPEÓN SIN CORONA

River Plate 1957/1968 - 230 partidos - 101 goles - 1 campeonato
Me lo dijo mi viejo un día, allá por el 98. “¿El mejor de todos?. Ermindo nene, lejos. Era como el peladito francés, pero con mas gol”. Él decía las cosas de una forma muy rotunda y no tuve otra que creerle. Está claro que el peladito francés era Zinedine Zidane.
Ermindo Onega dividió las aguas, como solo las dividen los diferentes. Dicen que jugaba como Alonso, como Francescoli, Como Zidane, como Kaká. En realidad todos ellos tenían algo de Ermindo. Tuvo un solo karma y este lo acompañó toda la vida: No poder ganar campeonatos. Para algunos eso es imperdonable y por eso lo denostaron, pero digamoslo de entrada para desterrar cualquier lógica exitista. Fue un crack de todos los tiempos.
Pero también fue el símbolo de la injusticia, ese gusto culposo que preferimos mantener en el anonimato para evitar el que dirán. Un amor secreto que habita en los recónditos vericuetos del corazón. Es un olvido rotundo, es un pecado evidente. Alguna vez dijo que “había llegado tarde a todo”. Justo él, que se adelantaba a la jugada y hacia la diferencia.
Debutó en la última fecha del Campeonato de 1957, el último antes de la nefasta racha de 18 años. Fue el abanderado de un reemplazo generacional muy pesado, y llevó esa carga sobre sus hombros hasta su último partido con la banda roja en el año 1968 sin renunciar jamás a su estilo. Una generación entera de riverplatenses lo idolatró en los tiempos de la sequía, y mucho tiempo sintieron culpa por esa adoración, hasta que los años borraron las amarguras y trajeron el indulto para su genio impar.
Todo su juego era un deleite visual, La frente en alto y el pecho erguido, la calidad de su pegada, la forma elegante de correr la cancha, el radar para servir pases milimétricos, su gambeta, su cambio de ritmo, su llegada al gol, su carácter tibio. Armó duplas fantásticas con Luis Artime y su hermano Daniel, y llevó de la mano a River a pelear los campeonatos de toda la década del 60. Le pusieron muchos números en la espalda, pero el siempre llevó uno: el 10. El que lo definía y lo calificaba.
La rompió en la selección Argentina que ganó la Copa de las Naciones en Brasil y en el Mundial de Inglaterra. El Ronco era aplaudido en todos lados, pero en River ya estaban cansados de aplausos y se le exigían vueltas olímpicas. Frustrado por la mala racha se fue a Peñarol de Montevideo y fue figura durante 4 años pero sin festejos. Volvió a Vélez en el 72 para jugar en un equipo devaluado tras perder el torneo del año anterior. Jugó un tiempito en Rio Cuarto y se retiró un tiempo después en La Serena de Chile. Siempre llegó tarde dijo. Tristemente también llegó tarde al volantazo que evite el accidente que lo finalizó una mañana fatal del 21 de diciembre de 1979, en la Ruta 9, cerca de la localidad de Lima. Tenía 40 años.
La historia de Ermindo Onega es la historia de un campeón sin corona, la vida de un santafecino de Las Parejas, fanático de la banda desde la cuna, que logró que su apellido sea bandera y sinónimo del River de todos los tiempos. Lo hizo sin el aporte sustancial de las vueltas olímpicas, y para llegar a eso hay que ser muy grande.
Una vez, el Negro Fontanarrosa dijo “Yo no quería ser como Cortazar, quería ser como Ermindo”. Queda claro que los genios se reconocen.

martes, 19 de mayo de 2009

CUANDO LA HISTORIA ERA AL REVÉS

Lanús 1 - 3 River Plate
Torneo 1ª División 1956 - 29/10/56


Muchas cosas cambiaron desde 1956 hasta esta parte. Por aquel entonces, Lanús apenas era un entusiasta representante de una populosa ciudad del conurbano, que se debatía por afirmarse en el máximo escalafón del Fútbol Nacional, y no este rozagante club modelo a la europea del balompié local. River, en los cincuenta, era una verdadera máquina, tal vez mucho más máquina que la original, una tromba que ganaba todo lo que jugaba, y no esta famélica institución, que sobrevive por su gloria y su gente y no por los éxitos deportivos.
Desde 1952 hasta 1957, River ganó 5 de los 6 campeonatos jugados. 1956 vino con la novedad de un contendiente exótico: Lanús. Una sorpresiva potencia surgida del contagio del paso a paso, la suerte siempre aliada y de capacidad de verdaderos buenos jugadores como Jose Nazionale, Héctor Guidi, Dante Lugo y el tanque Alfredo Rojas. Les decían los Globertrotters, en honor al circense y espectacular cuadro de básquetbol del suburbio de Harlem. Además, Lanús por ser el chico, el débil, el convidado de piedra, se había ganado la simpatía de todo el resto del país futbolero.
El partido se jugó un caluroso y nublado 29 de octubre. En la fecha anterior, River había perdido por lesiones y expulsiones a Amadeo Carrizo, Pipo Rossi y Eliseo Prado, columnas vitales del equipo, situación que provocó en esa jornada el debut absoluto en primera del arquero Manuel Ovejero y el volante Henry Magri.
La precaria cancha de Lanús estaba llena. River llegaba con un punto de ventaja y en el Sur se frotaban las manos esperando el juego con el mejor equipo del país. Un empuje ciego y furioso arrinconó a River en su área durante todo el primer tiempo. Fue un monólogo granate antes y después del gol de Rojas a los 15 minutos. Solo un error cometió el local y lo pagaría muy caro mas tarde: Perdonó.
En el complemento River fue otro y con el aplomo de la experiencia y el peso del talento de enormes futbolistas comenzó a dar vuelta la tarde. Félix Loustau con un remate cruzado, Ángel Labruna de arremetida y José María Sanchez Laje de contra, pusieron la historia de acuerdo con la realidad de esos años, y postergaron la quimera granate de campeonato para otra ocasión.
Manuel Ovejero; Alfredo Pérez y Federico Vairo; Oscar Mantegari, Henry Magri y Omar Rossi -hermano de Pipo-; Santiago Vernazza, José María Sánchez Laje, Rodolfo Matti, Ángel Labruna y Félix Loustau, jugaron por River. El ingles Cross dirigió las acciones del cotejo. River ganó el Torneo de 1956 y volvería a ganar al año siguiente. Era una tromba imparable. Nadie sospechaba que luego tardaría casi dos décadas en volver a festejar.

sábado, 16 de mayo de 2009

RIVER NO TE CONOZCO

Huracán 4 - 0 River Plate
Torneo Clausura 2009 - 14ª fecha.
Palacio Tomás A. Ducó - 16/05/09.


HURACÁN: Monzón; Araujo, Filipetto, Cura y Arano; Toranzo, Bolatti, González y Pastore; Defederico y Medina. Posteriormente Nieto, A. Sánchez y Esmerado. DT: Ángel Cappa.
RIVER PLATE: Vega (4); Ferrari (3), Gerlo (4), N. Sánchez (4) y Villagra (3); Barrado (3), Ahumada (5), Rosales (3), Buonanotte (3) y Díaz (3). García (5). Posteriormente Fabbiani, Abelairas y Pereyra. DT: Néstor Gorosito.
GOLES: Javier Pastore (HU) 39 pt. Leonardo Medina (HU) 19 st. Javier Pastore (HU) 29 st. Patricio Toranzo (HU) 42 st.
ARBITRO: Sergio Pezzotta (bien).
ROJAS: Cristian Villagra (RP).
RESULTADO MORAL: Huracán 4 - River Plate 0.

Sábado. 6 y pico de la tarde. Parece mentira con que facilidad se te amarga un fin de semana. Hace minutos terminó el toque que Huracán le dió a River en el Palacio Ducó, propinándole al riverplatense la enésima amargura de la temporada. Vimos la pelotita pasar como si fueramos espectadores de un partido de tenis. Pastore, Bolatti, Defederico. Tiki tiki, tan sencillo que asusta. River también asusta, pero para mal. Conseguir generar una situación de gol es una odisea, la debilidad mental, la ausencia patética de categoría. Siempre llegamos tarde, hasta para pegar una patada. Nos golearon, nos bailaron, nos hicieron precio.
Aventurar un comentario lúcido ante tamaño cuadro es -cuanto menos- desubicado. ¿Explicar que?. River ha llegado a tal grado de humillación que no merece ni siquiera que alguien queme neuronas pensando una crónica interesante para describir su debacle.
Un planteo táctico risueño. Jugadores devaluados e indolentes. Gente que sigue llenando tribunas con el amor como único argumento. Tres tiros al arco en todo el partido. Un rival con una idea clara de juego. Una idea que se parece tanto a la nuestra, que da envidia y pena verla exhibirse tan de cerca y no poder hacer nada.
Y mientras la tarde se muere tan triste en su ocaso como el dolor de ya no ser, queda flotando una duda que podrá ser resuelta en los cinco tortuosos partidos que restan de campeonato. ¿Como es que llegamos a pensar que se podía ganar el Torneo?.

viernes, 15 de mayo de 2009

RIVER / ADIDAS SUP / 1992 - 1994


Desde 1985, la empresa Adidas fue la responsable de instalar por mucho tiempo al rojo como color predominante en la indumentaria suplente de River Plate. Tal vez el diseño mas famoso es el de las tres bandas horizontales usado hasta 1989, pero hubieron más.
La camiseta que aquí se presenta fue utilizada desde mediados de 1992 hasta finales de 1994, coincidió con el arribo de Sanyo como sponsor del Club, y a decir verdad, tuvo una existencia bastante exitosa.
Oficialmente River jugó con esta camiseta 11 partidos de los cuales solo perdió en uno de ellos (ante Platense 1-3 por el Clausura 1993). Algunos de esos partidos tienen un lugar en el recuerdo común del hincha, como el 2-2 ante el Mandiyú de Maradona en el Apertura 94, o el empate ante Vélez por el mismo torneo que propició el campeonato ganado en forma invicta por el cuadro que dirigía Américo Gallego.
Pero no solamente fue utilizada ante conjuntos del fútbol doméstico. River también la usó para jugar de visitante en torneos internacionales. Fue en la Libertadores del 93 ante Olimpia de Paraguay (1-1) y ante Nacional de Montevideo por la Supercopa 94 (1-0). Además, cuando Real Madrid vino de gira a Argentina en 1993 y enfrentó a River en el estadio Malvinas Argentinas, el millonario también utilizó esta casaca. La suerte en aquella ocasión fue esquiva y el los de Passarella cayeron 1-4.
De diseño poco ortodoxo y de opinable buen gusto, la camiseta suplente de River entre el 92 y el 94 tenía la particularidad del cuello redondo, y de portar una banda blanca vertical justo en el medio del pecho, adornada por 4 franjas blancas y negras mas pequeñas que caían desde el hombro izquierdo en forma diagonal.
Dejó De utilizarse a comienzos del año 1995 cuando Adidas renovó la indumentaria. La usaron jugadores como José Fabián Albornoz, Gabriel Amato, Facundo Villalba y Guillermo Rivarola.

miércoles, 13 de mayo de 2009

CRÓNICA DE UN DESACATO


El 19 de octubre de 1958, River Plate (ya en la curva descendente de una campaña mediocre) cayó en el estadio José Amalfitani ante Vélez Sarsfield 1-0. El partido no alcanzó a terminar. A los 44 del segundo tiempo una gresca iniciada entre los propios hinchas de River provocó una desafortunada intervención policial, quién intentó repeler a los exaltados con gases lacrimógenos en plena popular. Una de las granadas arrojadas por los uniformados acertó de pleno en el pecho de Mario Linker,18 años, hincha de River, quién falleció en el acto. Linker fue la primer víctima de la violencia del Fútbol. La imagen de su cuerpo tendido en los escalones de la tribuna es la postal inicial de un flagelo perdurable en nuestro país.
El Tribunal de Disciplina de la AFA (en aquel momento conformado por un triunvirato) se tomó 10 días para llegar a la siguiente resolución: Suspender el Estadio Monumental por 5 partidos a partir cotejo ante Huracán, que debía jugarse 4 días mas tarde de ese comunicado.
La Dirigencia de River, al comando de Enrique Pardo, reaccionó con beligerancia y razonó de una forma simple y contundente: ¿Cómo van a suspender el Monumental, si el partido no se jugó allí?. La postura de River fue tan firme que amenazó con hacer algo que nunca nadie pensó que podría llegar a concretarse. No presentarse a jugar en partido ante Huracán, programado para el domingo 2 de noviembre en la cancha de Ferro Carril Oeste.
Pero lo impensado ocurrió. Varios miles de hinchas se toparon con los portones cerrados del estadio de Caballito en la siesta del domingo, al tiempo que se anoticiaban por la radio y por el boca a boca de la novedad de la suspensión. River había desacatado una orden del máximo organismo disciplinario del Fútbol Nacional. Una decisión jugada.
En la semana posterior llovieron las controversias y las versiones. Los apocalípticos arriesgaban una tremenda quita de puntos al millonario, e incluso, la pérdida de la categoría. Otros, menos dramáticos y mas informados, sospechaban de una victoria legal de River y de una rebaja en la pena, sobre todo por la certeza de que en la AFA estaban convencidos que el Triunvirato había metido la pata.
Y tenían razón, nomas. Acosado por la presión del ente rector y del peso especifico de un grande del país como River, el Triunvirato decidió renunciar. Días mas tarde, un nuevo Tribunal Disciplinario sancionó lo siguiente: a) Dar por ganado a Huracán el partido ante River con el resultado de 1-0. b) Rebajar la suspensión del estadio Monumental de 5 a 2 partidos, comenzando desde el juego contra el globo. Pese a que no era todo lo que pretendía, la dirigencia de River se había salido con la suya.
River jugó como local en la cancha de Ferro el miércoles 12 de noviembre en el triunfo ante Central 5-1 (Labruna -3-, Ermindo Onega y Zárate), cumpliendo su sanción. Volvió a ser local en Núñez siete días mas tarde cuando derrotó a Central Córdoba de Rosario 5-2 con goles de Ermindo (3), Héctor De Bourgoing y Juan Apolonio Vairo.
Pero sin embargo, lo mas importante de esa novela -la muerte de Linker-, quedó para siempre en un nuboso segundo plano.

lunes, 11 de mayo de 2009

RITUAL DE AUTODESTRUCCIÓN

River Plate 1 - 1 Lanús
Torneo Clausura 2009 - 13ª fecha.
Estadio Monumental - 09/05/09.


RIVER PLATE: Vega (6); Ferrari (4), Cabral (5), Sánchez (5) y Villagra (5); Rosales (4), Ahumada (5), Barrado (5), Díaz (4) y Buonanotte (5); García (5). Luego Domingo (4), Gallardo (4) y Fabbiani (4). DT: Néstor Gorosito.
LANÚS: Bossio; Arce, Faccioli, Quintana y Velázquez; Salvio, Salomón, González y Blanco; Lagos y Sand. Posteriormente Valeri, Ledesma y Biglieri. DT: Luis Zubeldía.
GOLES: Radamel Falcao García (RP), 6 pt. José Sand (LA), 2 st.
ARBITRO: Saúl Laverni (bien).
RESULTADO MORAL: River Plate 1 - Lanús 2.

Varios cantitos, algunos trapos con mucha prensa, silbidos e insultos a discreción, un juego sin ninguna luz, un empate, un campeonato que se aleja, si es que alguna vez estuvo cerca. Reflejos de la tarde noche del Monumental, en la que -otra vez- volvió a quedar claro que River está en un avanzado proceso de autodestrucción.
Nadie con dos dedos de frente tomará como espontáneas las banderas que colgaron desde la segunda bandeja. No son leyendas producto de una bronca genuina, sino que son una elaborada estrategia de distracción. Carne de cañón para la prensa mercachifle y su sed de avivar el fuego con mas nafta. Trapos con una finalidad: Putear a los jugadores, porque ellos tienen la culpa de todo. Burdas y evidentes muestras del juego de favores que existe impune entre los dos grupos delictivos mas importantes de nuestra institución: La dirigencia y su barra brava.
Hay que ser muy soberbio o muy autista para pretender salvarse uno solo de las llamas del incendio cuando ese alguien fue el principal responsable de que se genere. Y hay que estar muy adornado para poner la cara ante tanta obscenidad.
Pero también las banderas son un insulto a nuestra inteligencia. Los verdaderos hinchas de River, los fieles que apoyan en las buenas y en las malas. Los que pagan la entrada religiosamente, los que dejan cualquier cosa para estar frente a la radio, la tele o la internet. Los que vuelven pese a la malaria. A esos hinchas no los engañan con banderas y cantitos mercenarios, y no le sacan de la cabeza la convicción de que el mal de River arranca y se genera en su sillón presidencial, y que si bien la enfermedad tiene fecha de caducidad, costará años recomponer todo con lo que han arrasado.
En medio del pandemónium hubo un partido del que no hay muchas cosas nuevas para comentar. River volvió a jugar muy mal. Inconexo, impotente, descerebrado. Ni si quiera pudo aprovechar el envión de un gol en el amanecer del partido. Poco a poco, Lanús reacomodó sus fichas y mostró, con poco, que es mucho mas. No ganaron porque la puntería les falló.
Con el empate ya estampado, surgio desde la mas genuina importencia de la gente el grito de "Se va a acabar, la dictadura de Aguilar". Fue el acontecimiento mas sensato en una nueva tarde para el olvido.

viernes, 8 de mayo de 2009

LO MEJOR SIEMPRE ESTÁ POR VOLVER


Y si, se nos escapa la sonrisa. Es como cuando te acordás de un chiste gracioso en medio de la calle. La gente te mira y se dice “¿Qué le pasa a este pibe?. Y claro, como no te vas a reír. Si Ortega vuelve a River. Y no es chiste.
Es una pequeña gran satisfacción. Un final aprobado. Una mirada cómplice de la chica que te gusta. 33 de mano. Un viernes a la tarde a la salida del trabajo. Ortega vuelve. El aroma de la cocina de mamá. Una noche con los amigos. Un trámite finiquitado con éxito. Pegar las tres cifras a la cabeza. Tu canción favorita a todo volumen. Tu primer sueldo. El viaje de ida de tus vacaciones soñadas. Ortega vuelve.
Ortega siempre tuvo a su favor el beneficio de la alegría. Jugador que regala sonrisas, jugador que no muere jamás. Pueblo contento, pueblo que no olvida. Descalabró la lógica de este juego. Se atrevió a reinventar lo inventado. Hizo de un enganche su mundo y su horizonte. Fue entonces cuando una multitud se rindió a sus pies. Hasta el día de hoy y para siempre.
No soy capaz de exigirle nada. No puedo exigirle nada. No pido que nos haga ganar partidos y campeonatos. Ya lo hizo muchas veces. Solamente quisiera que todos los domingos se ponga la camiseta que es “su” camiseta. Solo eso, que juegue en River hasta que ya no tenga mas ganas de hacerlo. El se ganó ese derecho y esa alegría. Y si el está contento, nosotros también.

miércoles, 6 de mayo de 2009

GERMÁN LUX


A comienzos de los 2000, una de las certezas que existían en River era que el arco de primera estaba cubierto por lo menos por 10 años. No era para menos. Aparecían Franco Costanzo, Germán Lux y Juan Pablo Carrizo, jóvenes, arrojados, talentosos, y recién horneados en la cocina riverplatense.
Las historias de Costanzo y Carrizo no vienen al caso. Sin embargo, lo que ocurrió tiempo después con Germán Lux quedaría muy en las antípodas de aquel pensamiento que era avalado por todo el mundo River. Sencillamente, a Lux lo colgaron, y en verdad, nunca se supo bien del todo porque.
Nacido en Carcaraña, provincia de Santa Fe, el 7 de junio de 1982. Poroto Lux se destacó siempre en las inferiores como una promesa de gran arquero. Elástico, atlético, poderosas piernas y buenos reflejos. Debutó en primera en el año 2001, pero no se asentó definitivamente como titular hasta el segundo semestre de 2005, cuando Costanzo fue transferido al Basel de Suiza. El suyo es un caso similar al de Javier Mascherano, que mientras calentaba banco en River, era titular en la Selección Nacional.
Lux fue el arquero titular del equipo Argentino que ganó de forma invicta y sin recibir goles la medalla de oro en los Juegos Olímpicos de Atenas en 2004, y de la Selección mayor que en 2005, meses antes del mundial, fue finalista de la Copa de Confederaciones en Alemania. Poroto le atajó el penal decisivo a Ricardo Osorio en la definición ante México que propició el arribo del cuadro de Pekerman a la final. Fue ese su mejor momento.
2006 fue un año fatídico para él. En Enero su hermano Sebastián se quitó la vida en un campo cercano a Carcarañá. Lux entró en un lógico poso anímico que se profundizó con la sorpresiva e inexplicable no convocatoria de Pekerman para jugar el Mundial. El entrenador eligió a Abbondanzieri, Leonardo Franco (suplente suyo en la Copa Confederaciones) y Oscar Ustari (que no había debutado aún en la selección mayor).
Su salida de River despierta todavía muchas dudas. Y para encontrar alguna respuesta es necesario entrometerse en el terreno de los rumores y de las declaraciones off de record, que solo logran aumentar las sospechas. La explicación oficial fue que Passarella decidió no tenerlo mas en cuenta por bajo rendimiento. Otros, van mas allá de lo meramente deportivo, y sostienen que el arquero, luego de la fatalidad de su hermano, habría caído en un estado depresivo que lo habría llevado a actitudes extra deportivas con las que Passarella no coincidía.
Sin embargo, el rumor que se instaló con mas fuerza en el mundo River es que el Kaiser borró a Lux por un interés personal. Es sencillo. Passarella había arrimado a River a un empresario llamado Ricardo Hardoy con la intención de comprar un importante porcentaje de varios jugadores del plantel millonario entre los que se encontraban Ahumada, Higuaín, Augusto, Domingo, Buonanotte y Juan Pablo Carrizo, etc. Hardoy era testaferro del mismísimo Passarella. En toda esta trama, ¿Cuántas chances de jugar tenía Lux, si el DT era dueño de parte del pase del suplente?. La respuesta se vió a los pocos días. River y Newells empataron 3-3, Lux tuvo cierta responsabilidad en algunos goles y listo. Nunca mas jugó. Desde ese momento siempre quedó instalada la sensación en el hincha de River de que con él se cometió una injusticia muy grande.
Desde 2007, Poroto Lux está en Mallorca de España, peleando para volver a ser el gran arquero que prometió ser.

domingo, 3 de mayo de 2009

MUY LEJOS DE TODO

Newell's Old Boys 1 - 0 River Plate
Torneo Clausura 2009 - 12ª fecha.
Coloso del Parque - 03/05/09.


NEWELL' S OLD BOYS: Peratta; Schiavi, Spolli e Insaurralde; Pillud, Bernardi, Bernardello y Vangioni; Formíca, Sperdutti y Armani. Posteriormente Salcedo, Pérez y Quiroga. DT: Néstor Sensini.
RIVER PLATE: Vega (6); Ferrari (5), Cabral (5), Sánchez (5) y Villagra (4); Domingo (4), Ahumada (5), Díaz (4) y Buonanotte (4); Fabbiani (3) y García (4). Luego Gallardo, Barrado y Rosales. DT: Néstor Gorosito.
GOLES: Mauro Formica (NOB) 37 ST.
ARBITRO: Federico Beligoy (bien)
RESULTADO MORAL: Newell's Old Boys 1 - River Plate 0.

Dicen que para encontrar la solución, primero hay que tener resuelto cual es el problema. El dilema de River es no saber cual de todos los problemas que tiene debe subsanar primero. El problema de River es que tiene un equipo clase C. Escuálido, sin brillo, ausente de inventiva, de vértigo, sin sentido colectivo. En realidad, el único colectivo que River vio ante Newell's fue el que lo trajó de vuelta de Rosario.
El problema de River es pensar demasiado en sus rivales. Los respeta hasta tratarlos de usted. Los deja hacer, les infla el ánimo, los agranda, no impone condiciones, no marca territorio. Esta situación es causada por otro de los problemas mayores. La mentalidad de Gorosito. Nadie sabe a ciencia cierta a que juega River. ¿al ataque?. No. ¿De contra?. Tampoco. ¿A que?. A ver que pasa. Nadie comprende porque sigue jugando con doble cinco. Nadie sabe cual es la función de Fabbiani, nadie conoce -mas allá de la inspiración de Gallardo- como generar situaciones de peligro que no sean con centros a la olla.
El problema de este River es la historia que lo antecede. Si este equipo no defendiera estos colores, tal vez, se diría que es un cuadro peligroso. Pero a la luz de los hechos y a la exigencia de nuestra tradición, la cuenta por abonar sigue siendo muy abultada.
El problema de River es no animarse. No soñar. No querer romper las reglas. No es la intención comparar, pero Barcelona no goleó a Real Madrid solo por los jugadores que tiene. Lo goleó porque están convencidos del fútbol que tienen que jugar. Y si uno está convencido del fútbol que juega, las satisfacciones -y los resultados- deberían llegar solos.
Ante Newell's, River llegó 3 veces. Un cabezazo de Falcao, una cachetada de Cabral y otro cabezazo de Ferrari. 3 centros. 3 bochazos. Nada mas. Muy poco como para pensar en una victoria que nos arrime a la pelea por el campeonato. Así las cosas, encerrado en una habitación oscura, River busca desesperado una linterna, para poder comenzar a encontrar la salida.

viernes, 1 de mayo de 2009

CUMPLIMOS UN AÑO


Y bien amigos, Este experimento cumple un año. 365 días atrás arrancaba sin saber bien porque. Tal vez por que mi enfermedad riverplatense debía escapar por algún lado. Tal vez por el hobbie de la escritura. Nació en la peor semana del 2008 con las derrotas ante San Lorenzo por la Copa Libertadores y ante Boca en el Superclásico. Hemos vivido de todo. Campeonato, último puesto, alegrías, desalientos, broncas, esperanzas nuevas. La marcha de los acontecimientos y cierto afán perfeccionista le han ido dando a este portal una especie de identidad muy marcada y un objetivo que es la clave de todo. Cada palabra publicada en este blog tiene una inequívoca finalidad: Aportar aunque más no sea mínimamente a la causa de hacer aún mas grande a nuestro amado River Plate.
No se busca otra cosa. Ni records de visitantes, ni cantidad de comentarios publicados, ni pilas de seguidores, ni premios virtuales, ni influencia en la vida institucional. El objetivo es mucho mas romántico que vanidoso. Ser digno en el deber autoimpuesto de honrar de nuestra historia.
Un año que no necesariamente es augurio de muchos más. La aventura on line durará lo que tenga que durar. Esta patriada tiene un enemigo cruel: El tiempo. Pero además, esa identidad pretendida y –tal vez- esporádicamente lograda, impone inexcusablemente una rigurosidad “literaria”. El día que no se esté a la altura de la exigencia, será el tiempo del adiós. Pero eso (hoy) está lejos de suceder.

A los fieles de cada post.
A los ocasionales visitantes.
A los que vieron nuestro nombre y sintieron que no valía la pena.
A los que algún día verán luz y entrarán.
A River Plate, por supuesto.
A todos gracias.
Sinceramente.

TARDE PIASTE

River Plate 3 - 0 U. San Martín de Porres (Perú)
Copa Libertadores 2009 - 6ª fecha.
Estadio Monumental - 30/04/09.


RIVER PLATE: Ojeda (5); Villagra (5), Gerlo (6), Sánchez (5) y Archubi (5); Barrado (5), Domingo (5), Flores (6) y Sambueza (6); Bou (6) y G. Fernández (7). Luego Fabbiani. DT: Néstor Gorosito.
UNIVERSIDAD SAN MARTÍN DE PORRES: Butrón; Salas, Ramos, Reyes y Guizasola; García, Inostrozza, Carrillo y C. Fernández; Ludueña y Arzuaga. Posteriormente Pérez, Del Solar y Ballón. DT: Víctor Rivera.
GOLES: Gustavo Bou (RP) 17 pt. Rubens Sambueza (RP) -penal- 43 pt. Diego Barrado (RP) 13 st..
ARBITRO: Carlos Amarilla -Paraguay- (Bien)
RESULTADO MORAL: River Plate 2 - U. San Martín de Porres 0.

Se ha ido una Copa Libertadores más. Vieja señora esquiva. La muy guacha nos ha seducido y abandonado nuevamente. Coqueteó sus formas, cautivó con su perfume, encandiló con su encanto de sueño imposible. Pero se ha vuelto a ir, insolente, histérica, como un amor frustrado por las circunstancias mas ordinarias, dejando una huella que querrá cicatrizar tal vez dentro de un año. Su partida duele, pero alimenta la esperanza de cruzarla nuevamente en el camino para volver a intentar llegarle al corazón.
Y entre el frío de la noche y el desinterés por el partido, River dejó ante la Universidad San Martín de Porres su mejor imagen en estos seis juegos de Copa. Alcanzó con poco. La polenta juvenil de Tortuga Fernández, la habilidad embarullada de Bou y el talento lagunero de Robert Flores. 3-0. Un triunfo cómodo, gris y anecdótico. Todo lo que había que hacer no fue hecho en el momento indicado.