¿Porque los jugadores símbolo siempre tienen que emparentarse con los buenos momentos?. Dominichi es una bandera de la mala época, de la racha torcida, del intento desesperado por campeonar. Y eso no invalida para nada una entrega devota por los colores que marcaron su vida deportiva. Porque nació y murió, literalmente, en el club.
Jorge Eduardo Dominichi, le decían el Gory, hizo todas las inferiores en Núñez y una tarde de junio de 1967 debutó en primera. Fue ante Banfield en el Sur, justo el partido después de la despedida del Toto Lorenzo de la dirección técnica millonaria. Llegó a primera impulsado por el liderazgo que había ejercido en el equipo Argentino que había participado –y ganado- en el Sudamericano Sub 20 de Asunción del Paraguay.
Rápidamente entró en el corazón de la gente y del equipo. Fue Ángel Labruna quién le dio mas minutos en cancha a partir de su llegada en 1968. No poseía la técnica de los más destacados pero lo compensaba con mucha personalidad, fuerza, garra y una cierta versatilidad para moverse en varios sectores de la defensa.
Jugó 151 partidos en la primera de River y convirtió 8 goles. El mas recordado de todos es el primero de ellos, aquel cabezazo ante Racing de Avellaneda en el Gasómetro de Boedo, por el desempate del Nacional de 1968. Ya afianzado en primera se convirtió en caudillo y referente de los múltiples equipos Millonarios que intentaron infructuosamente esos año cortar la racha sin campeonatos que se extendía cruelmente. Jugó en todos los puestos de la defensa. Esos buenos años lo llevaron a la Selección Nacional en el año 1971, camiseta que defendió en 13 partidos.
1972, tal vez, fue su mejor año. River armó un equipo con enorme poder ofensivo y Dominichi fue puntal de una zaga que varias veces por juego quedaba expuesta al mano a mano. River fue un lujo en ese Nacional del 72 pero fue derrotado en la final por San Lorenzo de Almagro. Esa amargura incidió decididamente en el futuro de Dominichi. Al año siguiente los dirigentes contrataron a Quique Wolff, Hugo Pena y el uruguayo Baudillo Jáuregui., tres defensas de categoría y experiencia. El Gory empezó a jugar cada vez menos y su último cotejo, el 1 de julio de 1973 ante Argentinos Juniors en el Monumental, lo hizo jugando de volante central.
A mitad de año llegó una oferta de España y se fue. En la península ibérica jugó para Córdoba y Elche. Volvió y se retiró en Gimnasia de La Plata en 1978. Luego fue entrenador y River lo tuvo en su banquillo interinamente en el año 1983, dirigiendo a veces equipos repletos de juveniles inexpertos, soportando el peor año en la vida institucional del club al que tanto quiso y por el que siempre puso el hombro.
Murió joven a los 51 años, víctima de un paro cardíaco. En ese momento se encargaba de la búsqueda de elementos juveniles para el Club. Pocos se enteraron que era para él, el minuto de silencio que se hizo en la previa de un River – Vélez, 7 días después de su partida.
Jorge Eduardo Dominichi, le decían el Gory, hizo todas las inferiores en Núñez y una tarde de junio de 1967 debutó en primera. Fue ante Banfield en el Sur, justo el partido después de la despedida del Toto Lorenzo de la dirección técnica millonaria. Llegó a primera impulsado por el liderazgo que había ejercido en el equipo Argentino que había participado –y ganado- en el Sudamericano Sub 20 de Asunción del Paraguay.
Rápidamente entró en el corazón de la gente y del equipo. Fue Ángel Labruna quién le dio mas minutos en cancha a partir de su llegada en 1968. No poseía la técnica de los más destacados pero lo compensaba con mucha personalidad, fuerza, garra y una cierta versatilidad para moverse en varios sectores de la defensa.
Jugó 151 partidos en la primera de River y convirtió 8 goles. El mas recordado de todos es el primero de ellos, aquel cabezazo ante Racing de Avellaneda en el Gasómetro de Boedo, por el desempate del Nacional de 1968. Ya afianzado en primera se convirtió en caudillo y referente de los múltiples equipos Millonarios que intentaron infructuosamente esos año cortar la racha sin campeonatos que se extendía cruelmente. Jugó en todos los puestos de la defensa. Esos buenos años lo llevaron a la Selección Nacional en el año 1971, camiseta que defendió en 13 partidos.
1972, tal vez, fue su mejor año. River armó un equipo con enorme poder ofensivo y Dominichi fue puntal de una zaga que varias veces por juego quedaba expuesta al mano a mano. River fue un lujo en ese Nacional del 72 pero fue derrotado en la final por San Lorenzo de Almagro. Esa amargura incidió decididamente en el futuro de Dominichi. Al año siguiente los dirigentes contrataron a Quique Wolff, Hugo Pena y el uruguayo Baudillo Jáuregui., tres defensas de categoría y experiencia. El Gory empezó a jugar cada vez menos y su último cotejo, el 1 de julio de 1973 ante Argentinos Juniors en el Monumental, lo hizo jugando de volante central.
A mitad de año llegó una oferta de España y se fue. En la península ibérica jugó para Córdoba y Elche. Volvió y se retiró en Gimnasia de La Plata en 1978. Luego fue entrenador y River lo tuvo en su banquillo interinamente en el año 1983, dirigiendo a veces equipos repletos de juveniles inexpertos, soportando el peor año en la vida institucional del club al que tanto quiso y por el que siempre puso el hombro.
Murió joven a los 51 años, víctima de un paro cardíaco. En ese momento se encargaba de la búsqueda de elementos juveniles para el Club. Pocos se enteraron que era para él, el minuto de silencio que se hizo en la previa de un River – Vélez, 7 días después de su partida.