Una historia. Una pasión. Una desgracia. La vida misma. Quienes hacemos del ejercicio de la memoria una cuestión ineludible, sentimos en el corazón un latido especial cuando podemos dar a conocer historias como la de este señor, que se entregó entero por la camiseta, hasta que la vida –esa que te da, esa que te quita- le marcó prematuramente el final del camino.
En algún momento de 1906 nació en Buenos Aires José Atilio Granara Costa. La opinión de sus padres y las imposiciones morales de un apellido de su alcurnia, no observaban con buenos ojos que un muchacho de su educación y de su porte, se dedique con tanta devoción al juego del pueblo, mezclándose sin pudores en los potreros con sudorosos empleados portuarios y con algunos inglesitos locos que veían el balompié como una excentricidad.
Algo habrá negociado en el seno de su casa de niño bien, en la calle Ayacucho al 1200, porque mientras se metía de lleno en la Universidad para estudiar la carrera de odontología, seguía dedicándole preciosas horas a la pelota, ya en el Club Estudiantes y luego en Colegiales. Sus evidentes condiciones lo hicieron debutar tempranamente en el fútbol amateur del circuito porteño. Se destacó tanto que River Plate lo sumó como refuerzo para la temporada de 1927.
Fueron 4 buenas campañas vistiendo la tricolor de pique. Tiempos románticos que permitían los deslices propios de una tarea que era más un pasatiempo que una obligación. De mañana, el Doctor Granara Costa atendía a sus pacientes en el consultorio y de tarde caminaba las cuadras hasta Alvear Y Tagle (Hoy la Plaza RepúblicaI Oriental del Uruguay) para entrenar en el reducto riverplatense. Su debut fue el 20 de marzo de 1927 ante Quilmes, y su primer gol una semana mas tarde, en una victoria como local 2-0 sobre Palermo. Fueron 20 los tantos de Granara Costa en el amateurismo. El lock out de los jugadores a comienzos del 31 lo encontró reclamando lo que todos: Ser reconocido como un profesional de la actividad, y recibir paga por ello.
Claro que la llegada de la era rentada opacó en demasía su protagonismo en el equipo. La llegada de algunas figuras, con Peucelle y luego Bernabé a la cabeza, lo ralearon al segundo plano. Granara Costa era un futbolista de estilo depurado, fino, armador de fútbol y con llegada al gol, se movía como insider derecho, pero podía jugar también en otras posiciones de ataque. No obstante, su principal virtud no era la técnica de su juego, sino la corrección y la caballerosidad con que surcaba el campo. Y eso fue ampliamente reconocido, no solo por compañeros y dirigentes, sino también por rivales y espectadores.
Jugó 14 partidos como profesional. El primero de ellos ocurrió el 28 de junio de 1931 ante Chacarita en San Martín. Ese día debutó en River Carlos Peucelle. Anotó el primero de sus cinco goles oficiales ante Tigre el 6 de diciembre de ese año. Jugó su último partido con la banda roja –recientemente reestrenada- el 18 de septiembre de 1932 ante Vélez Sarsfield. Hacía poco tiempo le habían descubierto una grave enfermedad que lo obligaría luego a cortar todo tipo de actividad deportiva. Una de sus últimas grandes alegrías fue dar esa vuelta olímpica en la cancha de San Lorenzo, vestido de civil, festejando el único título de su carrera, y el primero en la vida profesional de River Plate.
Murió el 18 de junio de 1933. Tenía apenas 27 años.
6 comentarios:
Que linda y trágica historia a la vez . Pudo cumplir su sueño de jugar en River como profesional y verlo campeón . Las cosas de la vida se lo llevaron muy jóven , una lástima .
me conmueve ,como el recuerdo de Omar Rossi ,hermano del patón ,murió joven ,llegó a jugar en la misma época de su hermano..es triste recordar que cuando murio este pibe se jugó con Boca ,los agravios fueron crueles ..Pipo perdonó..Y Danielito Labruna en plena juventud y como proyecto de grande..Lo vi jugar en tercera;son nuestro dolor..Pero son parte de la historia grande,así sea..
Gran post dalmasitto. respecto a lo que dice eduardo de lo de Omar Rossi, una vez lei que Pipo Rossi conto que el dia que jugaron contra boca, desde los palcos le gritaron algo irreproducible para cualquier ser humano que con un poco de sensibilidad y que de la calentura pego una patada tremenda que fue perdonada por el arbitro por que tambien habia escuchado lo que le gritaron.
muuuuuuchos años despues esa gente se indiganaba cuando a riquelme lo escupian en bahia.
Navarro M*nt*y* tambien tuvo un hermano que fallecio y a los pocos dias vino al monumental a jugar contra nosotros, se acuerdan que cuando iba para la tribuna del rio, lo aplaudio toda la gente de River?
que distintos somos no?
Pipo tuvo un hijo y le puso Guillermo Omar en homenaje a su hermano. Murió de lo mismo, el mismo día, a la misma edad.
Tremendo
Conmovedor relato¡¡¡
Me acuerdo muy pibe, allá por el 83, estar escuchando la radio, y enterarme la muerte de Oscar Trossero, en el vestuario de Rosario Central.
Todavia tengo la imagen en mi mente del Goyco, en "EL GRAFICO", llorando junto a Saporiti.
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