Apertura 12ª fecha - 29/10/08
Estadio Monumental
RIVER PLATE: Vega (5); Ferrari (6), Cabral (4), Quiroga (4) y Villagra (5); Fernández (5), Ahumada (5), Abelarias (5), Flores (4) y Bou (6); García (3). Posteriormente Ponzio (5), Buonanotte (5) y Salcedo. DT: Diego Simeone.
NEWELL'S OLD BOYS: Peratta; Aguilar, Schiavi, Insaurralde y Ré; Machín, Bernardello, Vangioni y L. Torres; D. Torres y Fabbiani. Posteriormente jugaron Sperdutti y Grazzini. DT: Fernando Gamboa.
GOLES: Gustavo Bou (RP) 1 pt. Juan Insaurralde (NOB) 14 st.
ARBITRO: Juan Pablo Pompei (bien)
RESULTADO MORAL: River Plate 1 - Newell`s Old Boys 1.
Fue un espejismo. Abelairas levantó la cabeza y lo vió a Augusto que picaba por el otro lado. Le metió un pase al empeine como hace 3 meses no hacía. Fernández infló el pecho y encaró como hacía 6 meses tampoco hacía. El pase en cortada fue para el pibe Bou, que entró a la carrera y sacudió la red del Río de La Plata como para echar de un golpe a la mufa de tantos partidos sin ganar. Fue el gol de River. Al minuto de juego. El que anticipaba una tarde tranquila, que finalmente no fue.
Lamentablemente este 29 de octubre entrará en la historia. Después de mucho tiempo River quedó último en un torneo Argentino. No pasó muchas veces. La última vez fue en 1983, con un equipo plagado de inconvenientes, que ponía en cancha juveniles, y que tenía enormes problemas institucionales como fondo.
La fecha coincide con otro día histórico para la institución. Hace 22 años atrás, con gol de Juan Gilberto Funes, River le ganaba a América de Cali 1-0 en la revancha de la final de la Copa Libertadores de 1986. Tal vez el festejo mas impresionante que el club haya vivido en toda su existencia. Hay tanta distancia entre las imágenes de aquella multitudinaria noche lluviosa del Monumental y las de esta tarde de tribuna semivacía ante Newell's, que es imposible evitar que la nostalgia no nos gane.
Y entre tanto rumor de renuncia y presagio de tempestades hubo un partido. Y hubo un empate. Otro mas. River jugó mejor el primer tiempo. Pero se durmió la siesta en un centro (otro gol mas que nos hacen de pelota parada) y la tarde tranquila se transformó en un rosario de nervios, errores y desencantos. Tan evidentes y rutinarios que cuando se vayan de Núñez -ojalá que pronto- los vamos a extrañar.