Torneo Apertura 2009 - 2º fecha.
Estadio Monumental - 30/08/09.

RIVER PLATE: Vega (4); Ferrari (4), Cabral (6), Coronel (4), Villagra (5); Barrado (5), Paniagua (4), Gallardo (3), Buonanotte (6) y Ortega (7); Ríos (4). Posteriormente Díaz (6), Villalva (7) y Almeyda. DT: Néstor Gorosito.
CHACARITA JRS: Tauber; Fontana, Echeverría, Gravinsky y López; Zarif, Vismara, Pereyra y Centurión; Parra y Alustiza. Posteriormente Sciorilli, Ramírez y Cano. DT: Ricardo Zielinski.
GOLES: Diego Buonanotte (RP) -tiro libre- 5 pt. Matías Alustiza (CHA) 22 pt. Gustavo Cabral (RP) 32 st. Matías Alustiza (CHA) -penal- 46 pt. Facundo Parra (CHA) 8 st. Daniel Villalba (RP) 23 st. Ariel Ortega (RP) 41 st.
ARBITRO: Rafael Furchi (bien)
RESULTADO MORAL: River Plate 4 - Chacarita Juniors 3.
Si Freud viviera se haría un picnic con este River de sonrisas volátiles e insultos descartables. Escribiría nuevos postulados sobre el comportamiento de la mente humana sometida a los impulsos de la histeria y la desesperación. Se quedaría perplejo observando esas remeras que ahora se revolean exultantes sobre las cabezas de tantísimos miles de fieles, que 10 minutos atrás, exigían a viva voz, múltiples sacrificios para los responsables de una nueva amargura.
Acaba de jugar River y uno termina contracturado, con dolores en el cuerpo, con los nervios a flor de piel. Este River te saca. Te sube de prepo a una montaña rusa. Te cura o te mata. Parece que está muerto hasta que lo impensado pasa, y es imposible no soltar un alarido que sacuda la siesta cuando Ortega blandea a varita y saca del pañuelo tenso de la tarde una paloma en forma de golazo, que modifica caras de tuje e inventa una victoria de la nada misma.
Quienes somos enfermos del fútbol, y vimos a Chacarita en la B Nacional, sabíamos que el funebrero no era el rival accesible que los medios pintaban desde la previa. Por la astucia de un DT como Zielinsky, por la categoría de jugadores como Vismara, Parra o Alustiza, o por la valía de nuestro River, alejado de aquellos tiempos donde solo con la camiseta se intimidaba. El partido fue una moneda que giró en aire y cayó del lado de la fortuna. ¿Por qué ganó River?. Porque Gorosito entendió a tiempo que el camino era por abajo y con los pibes, porque no siempre hay que ser mejor que el rival para festejar, y porque –afortunadamente- el ídolo del siglo XXI está contento, esta intacto, y está de vuelta.
¿En verdad puede cambiarnos tanto el panorama una victoria como la lograda ante Chacarita?. Hay una respuesta que se cae de madura, pero que omitiéremos expresarla. Más no sea para que el encanto que produce este nuevo hipo de esperanza, perdure en el tiempo mas que una burbuja de detergente.
Acaba de jugar River y uno termina contracturado, con dolores en el cuerpo, con los nervios a flor de piel. Este River te saca. Te sube de prepo a una montaña rusa. Te cura o te mata. Parece que está muerto hasta que lo impensado pasa, y es imposible no soltar un alarido que sacuda la siesta cuando Ortega blandea a varita y saca del pañuelo tenso de la tarde una paloma en forma de golazo, que modifica caras de tuje e inventa una victoria de la nada misma.
Quienes somos enfermos del fútbol, y vimos a Chacarita en la B Nacional, sabíamos que el funebrero no era el rival accesible que los medios pintaban desde la previa. Por la astucia de un DT como Zielinsky, por la categoría de jugadores como Vismara, Parra o Alustiza, o por la valía de nuestro River, alejado de aquellos tiempos donde solo con la camiseta se intimidaba. El partido fue una moneda que giró en aire y cayó del lado de la fortuna. ¿Por qué ganó River?. Porque Gorosito entendió a tiempo que el camino era por abajo y con los pibes, porque no siempre hay que ser mejor que el rival para festejar, y porque –afortunadamente- el ídolo del siglo XXI está contento, esta intacto, y está de vuelta.
¿En verdad puede cambiarnos tanto el panorama una victoria como la lograda ante Chacarita?. Hay una respuesta que se cae de madura, pero que omitiéremos expresarla. Más no sea para que el encanto que produce este nuevo hipo de esperanza, perdure en el tiempo mas que una burbuja de detergente.