domingo, 17 de abril de 2011

SANGRE SUDOR Y PUNTO

Gimnasia (La Plata) 0 - 0 River Plate
Torneo Clausura 2011 - 10ª fecha.
Estadio Único de La Plata - 17/04/11.



GIMNASIA: Monetti; Casco, Masuero, Magallán y Sapetti; Castro, Rinaudo, Capurro y Aued; Vizcarra y Neira. Posteriormente Barros Schelotto y Méndez. DT: Ángel Cappa.
RIVER PLATE:
Carrizo (7); Ferrero (6), Maidana (6) y Román (6); Ferrari, (5) Acevedo (5) Almeyda (5), J.M. Díaz (5), Buonanotte (4) y Lamela (4); Pavone (4). Luego Caruso y Lanzini. DT: Juan José López.
GOLES: No hubo.
ARBITRO:
Gabriel Favale -bien-
MAN OF THE MATCH: Fabián Rinaudo (Gimnasia La Plata)
RESULTADO MORAL:
Gimnasia 0 - River Plate 0.

Tips de un show difícil de presentar. El Único de La Plata podrá ser imponente, tener una pantalla monstruo suspendida en las alturas y unas formas futuristas que lo asemejen a uno de la NFL, pero su campo de juego es un picadero lamentable. La hinchada de Gimnasia coloca las banderas patas para arriba porque no quieren por nada del mundo ser locales allí. El graph de la transmisión pone a Sessa como el arquero titular de los locales. Marcelo Araujo dice que el zaguero central se llama “Mansueto”, y que Tigre empató con Boca 3-3 con dos goles de Straqcualursi. El juego es una competencia por ver quien la patea más lejos del área propia. Las llegadas más emocionantes son dos centros a la olla y un rechazo desafortunado. River se va del estadio sin hablar porque en las canillas no había agua caliente. Cappa declara que a su equipo “solo” le faltó el gol. Lo primero que ocurre luego de concluido “esto” al que insisten en llamar fútbol, es un enorme reclamo de piedad. Hay quienes dicen que el fútbol nunca morirá en tanto aparezcan talentos como los que (milagrosamente) aún surgen. Puede que sea verdad. Lo que también es cierto es que con espectáculos como el que ofrecieron triperos y millonarios, nuestro fútbol jamás logrará escaparse de este coma irreversible.
La pregunta es ¿sirve el punto?. La respuesta es sí, para sumar y para estar una unidad mas cerca de ese objetivo que no se ha variado, por mas que la prensa haya fogoneado toda la semana con aquello del River puntero y candidato. La actitud alerta, precavida y pijotera del equipo lo dejó bien en claro. Ahora, ¿Sirve jugar así para zafar?. El silencio y un ademán confuso es la respuesta. Y es toda una respuesta.
Es muy difícil hablar de un partido donde primó el miedo y la avaricia, tanto como las chambonadas y el mal gusto. River y Gimnasia compartieron sobriedades defensivas y carencias en ataque. Ambos se anularon mutuamente y apenas ofrecieron un puñado de remates a distancia de Lamela, Buonanotte, Vizcarra y Castro. Un cabezazo afuera de Román y un nuevo milagro de Carrizo ante un rechazo fallido de Pavone. Tercer mundo futbolístico y muy poco para tanta expectativa.
Seguirá Gimnasia con su pobreza franciscana en su inexorable camino al patíbulo. Seguiremos nosotros atando todo con alambre y abriendo a machetazos una senda en la espesura, al menos hasta que los números sigan dando. Seguirá el fútbol en esta espiral decadente, quemando los leños del bosque sagrado, mientras los leñadores afilan sin pudor el hacha en la pantalla de alto rating, y reciben el perdón de todos los enamorados en nombre de esta pasión incomprensible.

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