ELADIO ROJAS

River Plate 1963/64 – 7 partidos – 1 gol – 0 títulos.

El 26 de abril de 1964 jugaron en San Martín Chacarita y River Plate por la fecha inicial del Torneo de Primera División. Dos cosas extrañas ocurrieron esa tarde. Un joven debutante, chuequito y petiso, llamado Oscar Más desbordó por su banda, llegó hasta el fondo, levantó la cabeza e hizo lo que nunca más en su carrera: Tirar el centro atrás. De la asistencia sobrevino la arremetida sorpresiva por el segundo palo de un espigado morochón de bigotito dandy llamado Eladio Rojas. La calzó de derecha y anotó el único tanto del partido. El primer gol en la historia de un futbolista chileno jugando para la banda roja.

La compra de Eladio Rojas fue uno de los últimos estertores de la fallida experiencia del “futbol espectáculo” para la banda. Venía precedido de grandes antecedentes forjados como líder y patriarca del humilde Everton de Viña del Mar, más un aporte vital para llevar a la Selección Trasandina a ocupar el tercer lugar en el Mundial de 1962. Pero River no se la hizo fácil en ningún momento, tanto que resulta inverosímil que en 2 años de campaña, solo haya podido actuar en 7 partidos oficiales.

   Incorporado a principios de 1963, su nombre había sonado con fuerza a mediados del año anterior cuando un par de goles suyos (a Unión Soviética y Yugoslavia) empujaron a Chile a abrazar la medalla de bronce en “su” mundial. Rojas llegaba a Núñez con famas de líder, de sapiencia y personalidad. Encontró aquí un vestuario en donde liderazgo era lo que sobraba, y un puesto de volante central que estaba demasiado bien cubierto por gente de mucha mas trayectoria que la suya.

   Debutó el 14 de julio de 1963 en La Plata en un 4-1 sobre Gimnasia. Actuó en 3 partidos más ese año, saltando al elenco titular para tapar los huecos dejados por alguna hipotética lesión o suspensión de José Varacka, Vladislao Cap o el Nicha Saínz. Su panorama ennegreció un poco más en la temporada siguiente cuando River no tuvo ningún empacho en desembolsar 33 millones de pesos por el polifuncional uruguayo Roberto Matosas, que claro, por ese dinero no iba a quedarse sin jugar. Rojas volvió a comer banco rutinariamente y solo logró ver acción en 3 partidos oficiales y en algunos esporádicos amistosos jugados en el interior (por ejemplo anotó el gol de la victoria en un 3-2 ante Sportivo Belgrano de San Francisco) y el exterior (la foto que ilustra el post es de un 4-2 de River ante Colo Colo en Santiago de Chile). Jugó su último partido el 25 de octubre del 64 en un éxito riverplatense sobre Rosario Central 2-0.
Curiosa la historia de este referente del fútbol chileno, que dio sus primeros pasos como centrodelantero, pero que fue paulatinamente retrasandose en la cancha hasta forjarse como un completo volante central. Nacido en la localidad de Tierra Amarilla, poblado desértico cercano a Copiapó, Rojas logró sus mejores glorias vistiendo la casaca (ups) azul y amarilla del Everton de Viña del Mar. Tras su experiencia en Buenos Aires, se alineó en Colo Colo donde jugó 2 temporadas. Volvió a Everton para retirarse, hecho que se produjo en 1968, apurado por un accidente automovilístico que le aceleró la despedida. Vivió sus años posteriores cosechando el respeto que supo ganarse en su país defendiendo las banderas de un fútbol que siempre la tuvo que correr desde atrás. Gran tristeza causó su prematura muerte, ocurrida a los 57 años, en un poblado aledaño a Viña en el año 1991.