26ª fecha, Torneo 1966 - 04/09/66
Es uno de los triunfos más resonantes en toda la historia de River Plate a pesar de no haber reportado demasiados beneficios, amen del enorme dato estadístico que quebrantó. En realidad la trascendencia del partido y del resultado final vienen de la mano de la estatura de super cuadro que en aquel momento tenía Racing Club de Avellaneda, el equipo de José. Campeón luego del Torneo de ese año, la Copa Libertadores y la Intercontinental de 1967. Con jugadores emblemáticos en sus filas como Roberto Perfumo, Agustín Cejas, Humberto Maschio, Juan Carlos Cárdenas o Alfio Basile.
Ese año River había perdido de manera increíble la final de la Copa Libertadores ante Peñarol y su único objetivo era lograr el título de la Temporada 1966, pero corría desde atrás a un conjunto que estaba haciendo historia. River y Racing llegaron esa tarde a Núñez en la cima de la tabla con 39 puntos. La Academia arribaba con un invicto de 39 partidos, producto de los 25 cotejos que iban del certamen actual y del remanente de 14 juegos del año 1965.
Era un partido clave que definía cosas importantes en el Certamen. Así lo entendió la gente que colmó el Monumental aquella primaveral jornada del 4 de septiembre.
Por el equipo millonario salieron a la cancha Amadeo Carrizo; Juan Carlos Guzmán y Abel Viéytez; Alberto Saínz, Roberto Matosas y Jorge Solari; Luis Cubilla, Miguel Ángel Loayza, Juan Carlos Sarnari, Ermindo Onega y Oscar Mas. Roberto Barreiro fue el árbitro del partido.
Hay varias cosas para el recuerdo de aquel legendario choque. Primero la multitud. También la formidable actuación de Ermindo Onega, pleno de categoría, prolongando el gran mundial que había coronado meses antes en Inglaterra. Luego, el primer gol del partido, marcado por Pinino Mas cuando se moría el primer tiempo. Mas tarde, los embates de Racing, con fuerza y personalidad, buscando el empate. Y finalmente, el tanto de Luis Cubilla, de cabeza y de anticipo, a los 26 del complemento para sepultar el marcador y el invicto famoso.
El triunfo fue tapa de diarios y tuvo una repercusión muy grande. Aunque no pudo ser usufructuado por un equipo talentoso pero inestable. A la fecha siguiente, River caería ante San Lorenzo en el Gasómetro y luego ante Atlanta en el Monumental, dejando en esos juegos, todas las chances de campeonar que se había ganado en ese triunfo ante el equipo de José. Fue una de las victorias mas importantes de una década riverplatense, que se cuenta de fracaso en fracaso. Por lo que significó para el orgullo institucional, por la magnitud del adversario y por el detalle estadístico de 39 partidos invicto que se cortó esa tarde del 66.
Ese año River había perdido de manera increíble la final de la Copa Libertadores ante Peñarol y su único objetivo era lograr el título de la Temporada 1966, pero corría desde atrás a un conjunto que estaba haciendo historia. River y Racing llegaron esa tarde a Núñez en la cima de la tabla con 39 puntos. La Academia arribaba con un invicto de 39 partidos, producto de los 25 cotejos que iban del certamen actual y del remanente de 14 juegos del año 1965.
Era un partido clave que definía cosas importantes en el Certamen. Así lo entendió la gente que colmó el Monumental aquella primaveral jornada del 4 de septiembre.
Por el equipo millonario salieron a la cancha Amadeo Carrizo; Juan Carlos Guzmán y Abel Viéytez; Alberto Saínz, Roberto Matosas y Jorge Solari; Luis Cubilla, Miguel Ángel Loayza, Juan Carlos Sarnari, Ermindo Onega y Oscar Mas. Roberto Barreiro fue el árbitro del partido.
Hay varias cosas para el recuerdo de aquel legendario choque. Primero la multitud. También la formidable actuación de Ermindo Onega, pleno de categoría, prolongando el gran mundial que había coronado meses antes en Inglaterra. Luego, el primer gol del partido, marcado por Pinino Mas cuando se moría el primer tiempo. Mas tarde, los embates de Racing, con fuerza y personalidad, buscando el empate. Y finalmente, el tanto de Luis Cubilla, de cabeza y de anticipo, a los 26 del complemento para sepultar el marcador y el invicto famoso.
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